Capítulo 3

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Todo fue muy extraño, pero aun sin saber en dónde me encontraba logre volver sin problemas. Memoricé donde se hallaba tal lugar. Creo que no podre dejar de pensar en ese extraño lago.

Decidí que averiguaría sobre el lago. Cuando entro en la casa había un silencio tan maravilloso. En la cocina estaba Naiara, sentada mirando por la ventana.

-¿¡Ainara dónde estabas?!- dice Nai con un gesto de preocupación.

-Salí a dar una vuelta por el monte, necesitaba reponerme de la noticia que me dieron, y el bullicio que había acá era insoportable. ¿Donde están todos?

-se fueron a la plaza del centro y a hacer unas compras que faltaban. Mentí que sabía dónde estabas y que me iba a quedar con vos. Ni se te ocurra volver a salir así sin avisar Ainu, me preocupe mucho.

-está bien Nai, no pasa nada.- conteste mientras me iba hacia la heladera para sacar algo que merendar.

-no sé que voy a hacer con vos...- dice Naiara, pero sé que no se ha enojado.

- Nai, ¿que sabes sobre un lago acá cerca, en el valle del Cuña Pirú?- le pregunto mientras me giro hacia donde se encuentra, mordiendo la manzana que saque. Naiara se detiene en seco, y abre mucho los ojos.

-¿¡ahí estuviste!? Nunca se te ocurra volver, dicen que está contaminado, por eso está cercado- me dice, y yo no entiendo porque lo estaría, parecía normal.

-¿de verdad? No te preocupes, solo pase cerca, no entre –miento- pero me da curiosidad, ¿Qué mas sabes?

-bien, esto es lo que se... hace muchísimos años, antes de que el abuelo naciera, llego acá una compañía norteamericana y puso una fabrica, no sé de qué. La cuestión es que estaba justo al lado del lago, y lo termino contaminando. La gente del pueblo los echaron a patadas, ellos se fueron pero cercaron el sitio, porque se dice que la contaminación de ese lugar es enorme, que cualquiera que pase el cercado puede enfermarse al instante. Por eso hay un cartel que dice peligro.- Naiara me relata todo con los ojos muy abiertos. Siempre fue tan miedosa, y cree cualquier historia que le cuentan, obviamente eso no es tan así, si no yo ya estaría muerta. Soy muy escéptica a veces, más cuando se trata de estas leyendas absurdas.

-ya- replico pensativa- ¿y no sabes nada más?

-no. Te acordas de Airton?

-ah! El chico que te gusta- le digo mientras subo y bajo las cejas y le doy un codazo.

- ya Ainu, me gusta pero nunca se fijaría en mi- dice con el rostro gacho y tristeza en su expresión, frunzo el ceño pero no me deja decirle nada- sh!! Te iba a decir que él sabe más sobre el lago ese, como se que te gusta investigar estas cosas. Puedo llevarte con él, pero solo si me prometes que jamás, jamás, jamás vas a entrar.

-Nai, ¿no te parece que sos demasiado asustadiza?

- no Ainu, yo te conozco, y quiero que me prometas que no vas a volver. Es más yo voy a ser tu sombra, me voy a encargar de que no vayas a ese lugar.

- no seas ridícula Naiara, ¿me vas a llevar con ese chico o no?- replico con el ceño fruncido, para que deje de molestarme con sus ridículos miedos. Ella suspira pesadamente y mira por la ventana.

-si te voy a acompañar, pero vamos a ir mañana, a esta hora Airton sale con su amigos y no está en su trabajo.

-¡¿se van?! ¿Dónde van? Nai, ¿Por qué no vas nunca con ellos?- digo entusiasmada, quizás si hay un lugar bueno donde pueda divertirme estas vacaciones.

- ya sé que estas pensando Ainara, y no vamos a salir. Bueno si queres te paso la dirección y te vas, pero yo no voy. Es una larga historia ¿sí? Y no quiero hablar de eso- me responde, primero con odio plasmado en su voz, y podría arriesgarme a decir que en la última frase su voz se quebró. La miro atónita, Naiara nunca habla así.

Ella suspira, se levanta y se dirige a las escaleras, seguro quiere encerrarse en su habitación. Siempre fue así, desde pequeña, cuando estaba triste o no se sentía cómoda ella se encerraba en su habitación hasta sentirse mejor. Y nunca nadie la seguía para saber que le pasaba, o para hacerla sentir mejor. Solo yo, cuando venía de vacaciones, la seguía, la abrazaba, dejaba que me lo contara todo, luego le aconsejaba y ella se sentía mucho mejor. Y esta no será la excepción, voy a subir allá y averiguar qué le pasa a mi prima.

Al subir me doy cuenta de que la puerta esta cerrada con llave. Golpeo suavemente.

-Nai, abrime quiero saber que pasa. ¿estas bien?- digo suavemente.

-no pasa nada Ainara, solo me duele la cabeza. Voy a dormir.- me responde, y creo que ha estado llorando.

-no me mientas- digo- estas mal.

-que no Ainara, estoy bien, dejame.

Escucho el ruido de los autos y como se abren las puertas. Pronto el bullicio llega a la casa, otra vez.

-si alguien se acuerda de mi, deciles que estoy con dolor de cabeza, que prefiero dormir, no quiero que me molesten, después te dejo abierta la puerta para que entres- termina, y se que no querra darme mas explicaciones, asi que decido bajar con los locos, digo, con mi familia. 

El reflejo de mi deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora