Me despierto a mitad de la noche con los gemidos de mi prima. Miro hacia todos lados hasta recordar que ella está en la cama de al lado. Se retuerce, gime, como si algo le produjera dolor. Quizás le duele la panza, pensé, recordando las noches en vela cuando era niña por el mismo motivo. Me acerqué a su cama y pude oír que murmuraba palabras, y no podía entender qué decía, pero parecía realmente desesperada. Me inclino para despertarla pero me detengo en seco cuando logro entender una palabra.
-Tekocatu... déjame... no, no, no. ¡No voy a volver!- dijo con lágrimas resbalando por sus mejillas y una expresión de dolor en su rostro.
Dijo Teko, lo oí perfectamente. Decidí despertarla y preguntarle que sabía.
-Ey! Nai, Nai- dije mientras la zarandeaba con suavidad- despertate Nai... Nai, ¿Qué pasa?..
-¿Qué?- dijo incorporándose y mirando a todos lados, y por ultimo posó sus ojos sobre mí- ¿Por qué me despertaste?
-Tenías pesadillas, estabas como loca, me asusté.- ella me mira con duda, como si no supiera de que le hablaba- ¿Qué soñaste?
-Yo no soñé nada, al menos no me acuerdo.
-Decías que no querías volver, y hablabas con un tal Tekocatu. ¿Quién es?- realmente parecía no saber de qué le hablaba, pero si dijo su nombre seguro lo conocía. Y no creo que existan muchos Teko por aquí.
-¿Cómo? No se Ainara, no me acuerdo haber soñado algo.
-Dijiste Tekocatu Nai, de algún lado lo conoces, si no como ibas a decir eso.- Naiara se frotó el rostro con un dejo de exasperación, y miró el reloj.
-Ainara son las 3 de la madrugada, vamos a seguir durmiendo, al menos yo tengo que levantarme temprano. No sé quién diablos es Tekocatu, y tampoco me interesa. ¿A caso vos lo conocés y por eso me insistís?
-No, no lo conozco. Pero...
-Nada, déjame dormir Ainu, por favor.- Entonces apagó el velador, se dio media vuelta y siguió durmiendo, como si nada hubiera pasado, dejándome a mí con numerosas dudas.
Al otro día, decidí que no iba a ir al lago. Tenía que dejar mi investigación un poco, y reconectarme con mi verdadero yo. En la noche era la fiesta, y, como mis padres no me dejaban ir, debía idear un buen plan para escapar, sin que se enteren.
Nai se levantó como si nada. Yo estaba extrañada, cuando tenía pesadillas no las olvidaba tan pronto, y me pasaba el día sintiéndome rara. Pero a ella no le afectaba en lo absoluto.
Por la tarde, luego del almuerzo, decidí ir al potrero para hablar con ella sobre la salida de esta noche. De paso, indagaría un poco sobre sus pesadillas, estaba segura que algo tendría que recordar.
-¿Cómo vamos a salir?- dije entrando al potrero. Naiara se sobresaltó tirando el cubo con agua que tenía. Luego se volteó con la mano en el pecho, suspirando profundamente.
-Sos un fantasma, un día me vas a dar un infarto Ainara.
-Bueno, pero pensaste en algo ¿No? Vos conocés mas que yo. Ya se podemos salir por la ventana, o podemos esperar a que se duerman todos y robar la llave. - dije sin parar, ese día estaba por completo verborrágica.
-¿Qué? No, no vamos a salir por la ventana, estas loca. - respondió Naiara retomando sus quehaceres.
- Dale Nai, dejá eso un rato.
- Bueno, hablá- contestó Naiara al tiempo que abandonaba lo que estaba haciendo y tomaba una jarra de un costado. Cebó un tereré, lo bebió y me pasó uno a mi.
-Tenemos que ponernos de acuerdo en cómo vamos a salir sin que nadie se de cuenta- dije, y tomé un sorbo de tereré- ¡que asco! Que ¿tiene esto?
-Es de menta y cocú, es rico, dame acá.
-Horrible. Gusto a pasto. Bueno no te desvíes, decime alguna idea.
-Este.... Mira Ainu no se si voy a ir, es que me tengo que levantar temprano y...- dijo, titubeante, incomoda, mirando a todas partes menos a mí.
-No pasa nada, cuando volvemos todavía nadie se levanta, es lo mas Nai no te vas a arrepentir
-No se...
-Obvio que vamos a ir, y prepárate, porque esta noche vas a aprender a escaparte por una ventana- dije orgullosa de mis conocimientos escapistas, ignorando por completo el malestar de mi prima, otra vez.
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El reflejo de mi deseo
Fantasy"El reflejo de mi deseo" Ainara es una joven rebelde y obstinada, a los 17 años está pasando por esa etapa complicada de la vida que se llama adolescencia. Siempre lleva la contraria, y parece ser que las discusiones con sus padres son su fuerte. Ci...