Capítulo III [Parte I]

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________ se frotó los ojos mientras despertaba. Ese sonido… ¿De dónde provenía?

“I came in like a wrecking ball I never hit so hard in love All I wanted was to break your walls All you ever did was break me I came in like a wrecking ball…”

¡Su celular! ¡Era su celular! ¿Dónde estaba?

Entonces lo localizó a unos metros sobre el escritorio lleno de papeles, vibrando y sonando con el aturdidor coro de Wreking Ball, corrió logrando poder contestarlo antes de que fuera quien fuera quien la estuviera llamando colgara.

-¿Hola? –pronunció aún soñolienta.

-¿________? ¿Eres tú? ¿Enserio estabas dormida?

Entonces fue cuando todo el peso de la pregunta la aturdió. Había dormido. Toda la noche. Ahora que se ponía a pensar mejor… sentía los músculos relajados y la cara mucho más fresca (tan fresca como se puede estar cuando uno acababa de levantarse asustada a causa de una canción tronadora)

Hizo una nota mental: Debía cambiar el tono de llamada.

-¿________, sigues ahí?

Entonces reconoció la voz: Selena Gomez.

-Sí, sí, lo siento. Yo… supongo que los medicamentos por fin están haciendo efecto –mentía. Había tirado los medicamentos a la basura hace una semana.

-Me alegro. Ya estoy en Nueva York, ¿Podríamos vernos para comer?

¿Comer?

Fue cuando revisó la hora.

2:00 p.m. ¿Cuántas horas había dormido?

Recordaba la noche anterior, llegando agotada desde la agencia de diseño de interiores, preparada mentalmente para otra noche de películas. Sentía los parpados pesados. Llegó a su mente su reflejo en el espejo: ojos hundidos, escondidos detrás de unas inmensas y oscuras ojeras, la piel morena careciendo de su color latino y bronceado, Moon jamás se había considerado bonita, lo que vio en el espejo la hizo desesperarse aún más. Dos de sus amigas estaban casadas, varias comprometidas… o al menos tenían una pareja sentimental ¿Cuándo alguien se iba a fijar en ella?

Recorrió su habitación con la mente lejana, se recostó sobre el colchón después de ponerse el pijama y prendió el televisor… eso era lo último que recordaba.

Suponía que se había dormido antes que la película empezara.

-Eh… yo… -por dios, estaba hablando como tarada.- Sí, ¿en dónde nos vemos?

-Olive Garden, en una hora ¿te parece?

-Perfecto. Te veo ahí.

_________ volteó comprobando de nuevo la hora. Debía olvidar todo y pensar en lo feliz que se sentía ahora: Había descansado. Se iba a ver con su mejor amiga. Y su trabajo iba de lo mejor, tanto que hoy le habían dado el día libre.

Se preparó para darse una buena ducha y elegir su ropa para así poder llegar puntual. Ayer se había muerto de la pena cuando medio edificio la vio llegar tarde. No quería que pensaran que por ser dueña ella tenía derecho a llegar a la hora que le diera la gana, siempre había tratado de comportarse como cualquier trabajador y la conducta de ayer junto que no recibió ningún castigo probaban que ella sí tenía privilegios, tal y como había dicho Austin.

Entro a la regadera y dejó que el agua se llevara todo lo malo de la semana: el insomnio, la impuntualidad, su reflejo en el espejo, aquel taxista que le cobró más de lo que debería, y al sueño que ella clasificaba mejor como pesadilla.

¿Por qué no podía dejar de pensar en aquella voz y en aquel sueño?

En las sensaciones que provocaba él en su piel, aunque bien sabía que “él” no existía.
Y eso, eso era lo que más le entristecía.

~°~

-¡Selena! –gritó mientras abrazaba efusivamente a su amiga.

________ había conocido a Selena en la preparatoria y al instante se dieron cuenta que eran idénticas, poseían gustos iguales en música, artistas, ropa y hasta el deseo de estudiar la misma carrera. Selena se convirtió en la hermana que nunca tuvo _______. Ella siempre había adorado a sus hermanos, pero ninguno era mujer y por lo mismo… ninguno la entendía al 100%

-¡________! Te extrañaba tanto.

-¡Yo no fui la que se fue de viaje sin celular! –le reprochó.

-Ya te expliqué lo que pasó, no me hagas pagar por ello. Cambiando de tema… ¿Sabes? estaba pensando que después de aquí podríamos ir a un establecimiento que queda cerca de mi casa. Vas a morir cuando pruebes el café que sirven ahí, es el mejor de todo el planeta.

_______ asintió, el café nunca fue una de sus bebidas favoritas, en especial después de darse cuenta que podría ser un provocante de su insomnio, pero había dormido bien toda la noche y parte del día… una taza no haría daño.

-Me encantaría.

-¡Genial!

-Cuéntame ¿cómo estuvo tu viaje?

-Ni te imaginas… México tiene unas playas preciosas, debemos ir juntas alguna vez. Sé que no te gusta el mar, pero puedes quedarte por ahí conquistando hombres mientras yo nado en el océano.
-¿Yo conquistando hombres? Buen chiste Sel.

-¡Que boba eres! Te acabo de invitar a México y lo único que sacas de la conversación es eso – la rubia negó con la cabeza, siempre le había molestado la inseguridad de _______.

Después de terminar sus platillos, y pagar la cuenta se dirigieron al café del cuál Selena había hablado.

-Luce acogedor para ser un restaurant.

-No es un restaurant, solo sirven café y bizcochos. Pero sí, es muy acogedor.

__________ se quedó analizando la estructura, si no fuera por el gran letrero que decía “Coffee Shop” podría pasar bien como una casa común pero bonita. Las paredes cubiertas de ladrillos y los ventanales grandes con plantas en ellos le recordaron a _______ el lugar donde pasaba su infancia: la casa de su abuela. Sí, de verdad lucía muy hermoso el lugar.

Cuando entraron algo en el interior de la morena se estrujó… más bien fue como un jaloneo. Como si algo o alguien dentro de aquel lugar esperara por ella…

El farsante (James Maslow) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora