Capitulo XIX [Parte I]

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Todo su cuerpo se sentía pesado, como
si tuviera agua en lugar de órganos en
su interior, su cabeza era un infierno,
dolía con cualquier movimiento que
hacía, esto era peor que una resaca,
¿Qué diablos le habían puesto en su
trago anoche?
Estúpido él por haberlo bebido. Aun
recordaba sus propios pensamientos
antes de la fiesta “Se cauteloso,
James” Y lo primero que hace es tomar
una bebida de la chica que lo quiere
conquistar, por así decirlo.
Bien hecho, James eres un genio, se
reprochó.
Su cuerpo estaba débil y sentía los
tímpanos palpitar al compás del ardor
dentro de su cerebro, esto era como
tener fiebre pero multiplicada por cien.
Estaba sudando. ¿Qué hora era?
¿En dónde estaba?... ¿Y con quién?
Se obligo a sí mismo a abrir los ojos,
arrepintiéndose al instante por el
brillo encandilador de la ventana y
cerró los ojos lo más rápido posible,
era de día… al menos eso estaba
comprobado.
¿Seguía Olivia con él?
Oh no… Oh Cristo por favor que no
haya pasado lo que él estaba
pensando…
-¡Olivia! –gritó furioso, ganándose
una buena tortura en las sienes. ¿La
noche anterior le habían taladrado la
cabeza? Eso podría tener mucho
sentido tomando en cuenta todo el
dolor.
Escuchó pasos pequeños acercándose y
luego unos labios sobre los suyos,
besándolo, con la pequeña fuerza que
tuvo la apartó de encima de él.
-Has despertado –murmuró ella
cariñosamente.
Total y absolutamente confirmado,
Olivia era una psicópata. Tal vez el
accidente lo había provocado… O tal
vez era una loca de nacimiento.
-¿Qué me hiciste ayer?
-Nada que no quisieras, cariño. –
James bufó.
-No recuerdo haberte dicho “Hey
Olivia, invítame a una fiesta de
disfraces, cuando estemos ahí no
olvides drogarme”
-¿Quién ha dicho que te eh drogado?
-Bien entonces ¿Qué me has hecho? No
encuentro otra puta razón por la cual
ese liquido me hizo daño tan rápido, es
incoherente, había tomado un traguito
y ya estaba mareado.
-Bueno, ese era el plan –Maslow pudo
sentir el peso de ella viajar al lado de
él, sobre la cama.- Siendo sincera, no
sé qué fue lo que puse en la bebida, yo
pedí algo que te noqueara y bueno
hicieron bien su trabajo…
-¿Fueron los del bar? ¿Ellos te dieron
esa porquería? –los demandaría.
-No, James. Yo tengo contactos por mi
parte, me dieron lo que quería y yo
después te lo puse en el alcohol.
-¿Ósea que ni idea tienes que me ha
entrado al organismo? ¡Pudiste
haberme matado! ¿Captas? Imagínate
que es una droga a la que mi organismo
no reacciona bien, o solo piensa si me
hubieras dado más de lo debías… ¡podía
estar en este mismo instante
convulsionándome por una sobredosis!
-Pero no fue así…
-Pero no fue así –repitió él,
refunfuñando- Tuviste suerte. Y yo
también la tuve –gimió al sentir una
punzada en la cabeza.
-Te he traído una pastilla, para el
dolor de cabeza.
-No planeo poner en mi boca ninguna
cosa que tú me des.
-Es aceptarla, o seguir muriendo de
dolor, tú decides. –sentenció.
James estiró la mano sintiendo como
ella le entregaba la pequeña pastilla y
lo ayudaba a reclinarse un poco para
poder tragarla.
-Tendrá efecto en unos minutos,
aguanta.
Él espero mientras el dolor disminuía
pausadamente, cuando despareció por
completo abrió los ojos.
Estaba en su casa.
En su cama.
Desnudo.
Olivia solo tenía un albornoz.
-Te exijo que me digas que ha pasado.
–musitó.
-¿No recuerdas absolutamente nada?
–pregunto ella.
El negó firmemente- Nada, estoy en
blanco- una sonrisa maliciosa cursó
los labios de Olivia.
James se puso derecho y se sentó
mirando a su alrededor, comprobando
que nada faltara. La foto de _______
___ ¿dónde estaba? La había dejado en
el mueble a lado de él y ya no estaba
ahí…
-¡Contéstame! –pidió desesperado
mientras recorría una y otra vez su
cuarto con mirada de halcón, no había
rastro de la foto.
-Estuvimos juntos –dijo- Me hiciste el
amor como nunca lo habías hecho.
-¿Drogado? Sí, es que nunca había
probado la droga antes –murmuró él,
sarcástico.-
-No hagas bromas ahora, James. Me
refiero a que estuviste muy potente,
me hiciste sentir… –él levantó la mano
silenciándola, no quería escuchar las
tonterías que ayer cometió.
-Abusaste de mí.
-No te oí quejarte en ningún
momento.
-¡No podía! –Gruñó- No estaba en mis
cincos sentidos, no recuerdo siquiera
como llegamos aquí.
-En mi auto.
-¿Y cómo abriste?
-Me diste las llaves –respondió
mientras encogía los hombros.
-Quiero que entiendas que yo no quise
que nada de eso pasara Olivia, te
aprovechaste, lo tenías todo calculado.
Tomó su ropa interior y salió de la
habitación. Mientras se vestía sintió
como Olivia estaba detrás de él.
-Tú también disfrutaste, James. No
solo fui yo…
-Yo nunca quise dormir contigo, Olivia.
Deja ese tema por la paz, y mejor has
como si nunca hubiera ocurrido ¿de
acuerdo? Toma tu ropa y sal de mi
casa.
Ella puso los ojos en blanco y poco
después salió con el mismo disfraz que
vestía en el bar, se dirigió a la puerta.
-La foto de _______ -murmuró
mientras se iba, James la miró
atento.- La quemé.
Después cerró la puerta escuchando
como él la maldecía a gritos.

El farsante (James Maslow) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora