Chimuelo e Hipo habían salido para entrenar y de paso vigilar Berk.
En cambio Cloudjumper solo andaba por ahí, paseandose en silencio sumiso a sus pensamientos.
Sabía que solo restaba una semana para aquella fecha del año que, como Valka solía explicar, todos los dragones aprovechaban para procrear los unos con los otros, o en el caso de muchos otros, para atar definitivamente a su pareja, para oficiar la situación.
Bufó sonoramente deteniendose para obserbar esa escena tan irritante y grotesca.
Aquella dragona perteneciente a la pareja de Hipo trataba de cortejar a SU pareja buscando insitarlo a estar con ella en aquella fecha especial.
No podía soportar ver como aquel intento de seducción incomodaba a su cachorro y le hacía, literalmente, arder el hecho de ver como ella se frotaba contra el menor de un modo grotesco y poco decente. No pudo más. Corrió dando un potente gruñido en advertencia a la dragona tras ponerse frente a su pareja de forma protectora.
Mostró sus afilados dientes que podrían bien ser espadas, dio otro rugido y lanzó una enorme bola de fuego haciendo retroceder a aquella hembra que se atrevió a intentar algo con SU propiedad, se erizo lanzando un zarpazo que bastó para que ella se alejara entendiendo claramente el mensaje "te asesinare si algo como esto vuelve a suceder".
Aprovechó su gran tamaño y acercó su osico al menor tomandolo por el cuello entre sus fauses sin herirlo para dar media vuelta comenzando a andar rumbo a su nido.
El pequeño ojiverde se mantuvo quieto hasta que tocó suelo, el suelo de su nido, poco a poco subio su mirada hasta encontrar la del más grande penetrando en cada fibra de su juvenil cuerpo.
Sonrió, nervioso, se acercó y lamio la mejilla de su pareja frotando sus narices después sintiendose pronto indefenso al ser tumbado en su "cama" con el mayor dedicandose a marcarlo como suyo en cada rincón de su cuerpo.
