—Es solo que... ¡no lo entiendo!— Hiccup miraba a su madre lleno de confusión. —El se supone que debía ser un.. Y ahora es...— sus ojos se posaron en Toothless.
—¡Oh! Hola pequeñito— entre sus manos levantó a una pequeña cría.
La nevada piel brillaba a la par resaltaba en las negras ropas de piel. —Es... Eres adorable Chiquitín... ¡Tal vez mi pareja y yo tengamos cientos de crías tan adorables como tu!—
¿¡Pareja!? Hiccup giró abruptamente su rostro frunciendo el rostro mirando a su humanizado compañero.
—Mira, tan suave y chiquito, espero a que mi pareja quiera tantas crías como yo— soltó cargando al pequeño. Al ser el alfa, la dulce cría no le huía como haría con cualquier otro humano.
—Bueno... Pareces estar tu más histérico que el— soltó la secreta pareja del alfa, que hasta ahora se había mantenido tras Valla en silencio. Sus ojos dorados se posaron contra los de Hiccup. Valka los miró.
—De cierto modo... Esto tiene que tener remedio cariño —
