Pov Claudia
Vi salir a mi hijo seguido de Melissa, ambos con el rostro destrozado, este último me mataba el verlo así.
-¿Qué paso? ¿Emma esta bien? -Le pregunté a León, pero el sólo se acercó a mi con los ojos cristalizados, y no hizo otra cosa más que abrazarme y echarse a llorar desconzoladamente. Por ensima de su hombro mire a Melissa tratando de encontrar algúna respuesta, pero esta sólo negó con su cabeza y salió de ahí.
Pov León
Al separarme de mi madre, le dije que iría a ver a Emma. No le conté nada sobre lo que el doctor nos dijo, preferí decirle hasta llegar a casa, ya que si lo hacía ahora me pondría a llorar de nuevo, y no quieria que Emma me viera así.
Iba por un enorme corredor, a los lados había bastantes habitaciones, en cada una se podía apreciar una gran ventana, que te permitia obseravar lo que había atrás. Buscaba con la mirada la habitación de Emma, 214, 215, 216....... 242, 243, y por fin, 244. Estaba a punto de girar la perilla, cuando escuché gritos desgarradores, como si estuvieran torturando a alguien. Me decidí a voltear, y el hacerlo sólo causó que mi cuerpo se tensara al instante. Sentí como mi nuca se erizaba, y sentí como mi labio inferior comenzaba a temblar. Era una escena para nada agradable. Una señora rogaba a gritos que dejarán en paz a su hija, mientras se aferraba al cuerpo de la misma, sin embargo nadie la ayudó, simplemente los doctores decidieron ignorarla y desconectar a la joven de cabello rojizo, ahora un rojizo opaco. No queria seguir viendo esa ecena, éso sólo hacía que pensara en lo que podría o no podría pasar con Emma. Y si, y si ella llegará a mo morí ¡No! Vamos León, no puedes pensar éso, Emma es fuerte, y tu sólo un idiota.
Entré a la habitación, era totalmente Blanca, había una máquina que marcaba todos los signos vitales de Emma, también había una gran ventanta, en dónde se podía observar la ciudad entera, estambos un poco alto, éso hacía que todo allá abajo luciera tan pequeño. -¡Hey! -Una pequeña y frágil voz me llamo. Me giré sobre mis talones y la observe. Su cabello no brillaba de la misma manera, ahora era un castaño opaco, sin vida, sus ojos estaban hinchados, sus labios se encontraban secos, y ella estába pálida, se veía tan indefensa, tan desprotegida, que sólo me acerqué a ella a paso veloz, y la abracé. Ni este olor a hospital podía quitarle ese aroma tan peculiar en ella.-¿Cómo estas? -Le pregunte ya estando un poco alejado de ella.
-Un poco cansada.- Me respondió con una sonrisa un poco forzada.
-Vas a estar bien.- Dije seguro de mis palabras.
-No me digas que voy a estar bien León, porqué ambos sabemos que eso no es verdad.
-Vas a estar bien.- Volví a insistir.
-Pues los diagnósticos no dicen lo mismo.- Me dijo desviando su mirada a otro lado, y por el rabillo de sus ojos logre darme cuenta que estaba apunto de llorar, así que tomé su mentón y la obligue a mirarme.
-No me interesa lo que los diagnósticos digan, o lo que los doctores pronostiquen. Tu vas a estar bien.- Volvió a desvíar su mirada y yo volví a obligarla a mirarme. - Emma, es una promesa.- Ella sólo asintió y me dedico una cálida sonrisa, sin mostrar sus perfectos y alineados dientes.
Nos quedamos en un silecio cómodo, hasta que escuché como su suave y adorable voz, salía de ella en una encantadora y juguetona carcajada.-¿De que te ríes?
-¿Sabes? Ahora se porqué te amó tanto.- Dijo mirándome con esos ojos chocolate que tanto amaba.
-¿Así? ¿Porqué? -Le pregunté provocativamente y acercandome ahun más a ella.
-Porqué... Tengo un gran corazón.- Me dijo inocentemente. A esto los dos comenzamos a reír, yo negué con la cabeza divertido y la bese, dejando que nuestras bocas hablarán, dejando que ellas dijeran lo que era imposible decir, hasta que ella lo cortó.
-¿Qué sucede? -Pregunté un poco preocupado por lo que fuera a decir.
-¿Siempre vas a estar aquí, verdad? -Me dijo apunto de volver a llorar.
-No no no, shhh shhh, tranquila, no llores. Siempre, escuchame bien, siempre estaré para ti.- Le dije tomando su suave rostro entré mis manos y mirándola directamente a los ojos.
-¿Aunque no estemos juntos?
-¿Qué? Emma, siempre estaremos juntos.- Le dije riendo un poco, ya que su pregunta me causó un poco de gracia, ya que... ¡Vamos! Yo siempre estaré con ella, ¿No?
-Respondeme León, ¿Aunque no estemos juntos?
-¡Emma! -Le dije ya cansado de la pregunta.
-¡Por favor! - Volvió a insistir, mirándome con unos ojos suplicantes.
-...
-...
-Aunque no estemos juntos.- Le dije ya derrotado -Siempre.- Está vez me encargué de juntar nuestras frentes y cerrar los ojos.
-Te amó León.- La escuche decir en un susurró casi audible para los demás, en un susurró que sólo ella y yo podíamos escuchar.
-Te amó, nunca lo olvides.- Le dije mirándola a los ojos, y pude sentir cómo los míos se cristalizaban, y mi alma se rompía. Así que sólo besé su frente y salí de ahí.
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¡Hey! ¿Cómo estan? Bueno... eseperemos que bien.
Ok, este es el cuarto capítulo, sabemos que hemos estado tardando un poco en actualizar, pero es que se nos complica más al ser tres personas las que están escribiendo esto, así qué pedimos poquita paciencia.
Muchas gracias por leer esta historia, es muy importante para nosotras el que la leean, aunque sólo sean 200 vistos, pero no importa, es muy especial que ya tengamos 200, ya que apenas iniciamos en Wattpad juntas y esta es nuestra primera novela, así que ¡Gracias!PD: No olviden comentar y votar.
Rayitas fuera 😝💜👌
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Promesas y decisiones
Подростковая литератураY cuando creía que todo era perfecto, una simple palabra cambio nuestras vidas... -Aun no es tarde, ve- dijo. Y cuando vi sus ojos, vi mi realidad. --------------------------