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Hola, soy yo otra vez, lo siento por el otro fic, pero he estado ocupada con la universidad en fin, ya estoy volviendo a escribir ese otra vez. Pero en fin, este fic me gusto mucho y lo estoy traduciendo, lo siento por la ortografía, les recuerdo que mi lengua materna no es español. En fin lindo día. 

La campana sonó, Mayte Lascurain respiró de alivio.

Es solo el tercer modulo y todavía tiene 3 mas, pero era tiempo para el lunch, se podría decir que tiempo para ella misma. Aunque solo 15 minutos.

Miss Lascurain, el director quiere hablar con usted en su oficina- oyó que alguien llamaba, una voz femenina que la sacó de sus pensamientos.

Es mi hora del lunch, por favor dile al señor Mijares que voy a estar ahí en 20 minutos- no sabia su nombre en lo absoluto, nunca lo había visto, solo sabia que era el nuevo director, que había llegado hace un par de días. Pero aun así había escuchado muchas cosas de él, acerca de lo apuesto que era y lo caballeroso.

Probablemente solo quería presentarse y Mayte no quería  perder los únicos 15 minutos libres que tenia ese día con un hombre al que apenas conocía.

La chica- que probablemente es uno de los asistentes- asintió y sonrió amablemente antes de salir.

Mayte sonrió para ella misma y buscó una caja en su bolso que contenía su almuerzo: un sándwich de jamón y queso, una botella de agua y una manzana. Era todo lo que había sido capaz de tomar por la mañana antes de salir de su casa, mientras las lagrimas llenaban sus ojos y le impedían ver las cosas con claridad. Su rostro se oscureció ante ese pensamiento, mientras revisaba su teléfono: ninguna llamada, solo un mensaje.

Fernando: Buenos días hermosa. Perdón por lo de anoche. Ten un hermoso día. Te amo.

A pesar de que ese mensaje fue aparentemente dulce, Mayte no podía sonreír.

Mentiroso, Bastardo

La petición de perdón no era lo suficiente ya, y lo sabia demasiado bien.

Puedo?- llamaron de nuevo, pero esta vez una voz profunda, cálida y baja. Mayte levanto la vista y se encontró con unos ojos color avellana de un hombre frente a ella. Oh Dios mio 

Antes que pudiera decir algo, se dirigió hacia ella y le ofreció la mano:

Manuel Mijares- se presentó con una sonrisa y Mayte sintió sus rodillas débiles, de inmediato dejo su bocadillo en la caja y limpiaba sus manos en su falda roja. Mierda

Lo siento, yo...- era torpe, como si la hubieran sorprendido haciendo algo indebido- es mi hora del almuerzo y yo estaba comiendo- ella siguió tratando de justificarse, por no darle la mano como si su carrera dependiera de ello.

Está bien. Lo sabia, insistí en verte- sus ojos azules con una mirada penetrante la observaron por un largo tiempo. Sus ojos color avellana, sus hoyuelos, sus labios perfectos y sus hermoso cabello castaño.

Dios es realmente hermoso, Ahora ya comprendía a sus colegas cuando le reían y charlaban sobre lo encantador que es. Era muy guapo, de verdad. Y había insistido en conocerla.

Oh- se sonrojó ligeramente, mirando de inmediato hacia abajo.

Si bueno... usted es el único maestro que no conocía- el sonrió y ella juro que podía sentir su corazón golpeando contra su pecho como si estuviera pidiendo liberarse.

Oh, bueno aquí estoy..- con una dulzura que no imaginó que tuviera.

Debo decir que no estoy decepcionado. Para nada- susurró como si fura un secreto que Mayte tenia que mantener, como si estuviera encantado con sus hermosos ojos miel, su cabellera pelirroja y su delicada piel blanca.

Estaba coqueteando con ella? sentía mariposas en el estomago, igual que cuando tenia 15 años con su primer amor. Por un momento con él se le olvidaron todos los problemas que tenia en casa, de lo mucho que sufría, de lo miserable que se sentía. Qué diablos estaba haciendo este hombre con ella?

Sus ojos se fijaron en el anillo de compromiso que Maye llevaba en su mano izquierda, y su sonrisa desapareció inmediatamente. Estaba casada y sin duda era una anillo muy costoso.

Se aclaró la garganta y volvió a sonreír un poco incomodo.

Por lo que matemáticas, verdad? su tono era amable y suave, Mayte siguió recordándose que no había nada extraño en esa conversación, que no tenia que hacerse una falsa esperanza, porque el era solo su jefe y ella estaba casada, que el solo era amable, pues se estaba presentando. Y probablemente estaba casado también.

Tenia que dejar de sentir ese algo por el hombre.

si claro- finalmente ella sonrió también

Puedes llamarme Manuel- Manuel, sonaba muy dulce, pero aun así sexy. De repente sintió la necesidad de pronunciarlo en voz alta.

Me puedes llamar Mayte-

Mayte- lo dijo, sintió recelo pues ella no pronuncio el suyo, con la hermosa voz que tiene, Mayte, es un nombre realmente hermoso.

Se miraron a los ojos nuevamente, pero esta vez por un largo minuto, hasta que finalmente volvió a hablar: ese es tu almuerzo? señaló su sándwich con su dedo indice

si-

Estás seguro que con eso basta? Mayte notó su escepticismo y decidió jugar con él:

Estás juzgándome? Cruzo los brazos sobre su pecho

Manuel la miro por un momento tratando de entender si estaba jugando o no, luego se echo a reír.

No e lo absoluta, pero ya sabes, el comedor esta en el segundo piso, y no hay mucha gente a esta hora, ademas tenemos un ascensor.

Mayte lo vio por un instante y rio:

Hey tu eres el chico nuevo, no yo. Conozco esta escuela muy bien- por qué se siente tan natura al rededor de este hombre? Era como si lo hubiera conocido de toda la vida. Que hay de diferente en él? Solo el puede destruir todas sus paredes.

Prefiero esta aquí sola- se encogió de hombros y sonrió con dulzura

Entonces creo que debería irme- Por un momento Mayte pensó que imagino eso ea frase. Ella realmente quería que se quedara; era la primera vez en mucho tiempo que se sentía cómoda a solas con un hombre en una habitación. Ella solo quería conocerlo mejor, él era tan amable , quería seguir riendo con él.

Ha sido un placer señorita Lascurain

Mayte- le corrigió amablemente

Mayte- y otra vez un escalofriar recorrió su espalda. Fue increíble escuchar su nombre de una voz tan cálida, quería que lo dijera una y otra vez, en diferentes circunstancias que solo su cabeza podía imaginar.

Igualmente Manuel- Finamente dijo ella su nombre y casi podía jurar que lo había visto sin aliento al momento de escucharle.

Sus ojos avellana se encontraron con sus ojos miel y un largo silencio cayo entre los ellos una vez mas y dos tímidas sonrisas fueron pintadas en sus labios. De nuevo. Todo era tan embarazoso, pero no se sentía incomodo en lo absoluto.

Solo se quedaron así hasta que uno de los dos-him- trago saliva y asintió, rompió esa magia de sus miradas y la dejo sola- De nuevo.


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