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No me odien por favor, está un poquito fuerte, pero vienen peores.

Ella se detuvo frente a su propia casa un par de minutos, en su coche, sus manos agarraban el volante y los ojos llenos de lagrimas. 

Ella podía hacerlo, era lo suficientemente fuerte. Tal vez hoy Fernando estaba de buen humor,quizás no volvería a ocurrir. Tal vez no habría lagrimas con que mojar la almohada.

Mayte se preguntó hasta donde podía seguir con esa historia. Como extrañaba a su hermana, le hacia mucha falta, debió irse a España con ella cuando tuvo la oportunidad. 

Su vida era tan miserable, tanto , que la simple idea de volver a casa le aterraba como el infierno. Tan miserable que ella seguía cerrándose a las personas que tenia alrededor de su triste burbuja; ella perdió contacto con sus amistades, estaba sola, se alejo de sus amigos, no podía hablar con nadie. La única amiga que le quedaba era su prima Fernanda, pero su "adorable esposo" le preohibió su amistad y ella por su bien lo aceptó. Ni siquiera la ayuda de un psicólogo quiso.

A veces pensaba que el morir era la solución a  todos sus problemas, todo seria mas fácil. En  varias ocasiones , durante la noche, después de una pelea , ella se había encerrado en el baño y tomo la navaja, que tomaba con fuerza, gritaba tan silenciosamente, pero nunca pudo, la dejaba caer.

Ni para eso tienes valor, Lascurain

Ella se pasó la mano por el pelo, tratando de borrar los malos recuerdos; dio un salto de valor y entro a casa.

Oh mira quien está por fin fin en casa, señorita Lascurain-su voz fue lo primero que oyó. Ella cerró los ojos, tomo una respiración profunda y se calmó. Puedes hacerlo.

Hola Fa- trató de sonreír pero cuando lo vio caminando hacia ella con una sonrisa pervertida en su cara, no podía dejar de temblar. Sintió como su mano sucia se posaba sobre su trasero, cuando la noche anterior había abusado de ella.

Cómo estuvo tu día amor?- sonrió y por un segundo pensó que iba tiempo atrás, hace siete años, cuando todo era perfecto, cuando estaba "locamente enamorada".

Bueno he tenido todas las clases de hoy, fue un poco complicado, pero al fin estoy en casa, ademas tengo que revisar un montón de pruebas, para descansar finalmente.- aunque le decía todas esas cosas, sabia que le iba a importar un comino. 

Interesado, te he esperado para el almuerzo- espera por mi porque quiere que le hiciera el almuerzo 

Ya comí, pero puedo prepararte algo, qué quieres comer?- se mordió el labio, se maldijo por ser tan amable con él después de todo lo que había pasado. Ayer por la noche, la semana anterior; todos los días en  los últimos 3 años.

Tu- él comenzó a besar, lamer y chupar su cuello. Mayte sintió que su estómago girando al revés , una increíble sensación de nauseas invadiendo por completo hasta que sintió el vómito quemando su garganta. 

Fa.. estoy muy cansada..

vamos, que he estado esperando por ti todo el día- no era una petición, sino era una orden, y lo sabía demasiado bien. Por favor, no ahora.

Fernando- gimió al sentir sus manos frías deslizarse debajo de su ropa, en su piel caliente.

mmmh...

Fernando, tengo que...- con una fuerza y un coraje que no creía que tenía, le empujó y corrió al baño, abrió la puerta y se inclinó por el inodoro para tirar lo que fue su almuerzo. Mierda 

Pensó en Manuel y como había iluminado su día.

Maldita sea, María Teresa- le oyó gritar desde la cocina, justa antes de un ruido increíblemente fuerte, había golpeado la mesa muy duro. Mayte cerró los ojos. De nuevo.

Ni siquiera puedo follar contigo, ahora vomitas?!- caminaba hacia ella, agarrando su brazo, obligándola a ponerse de pie.

Fernando, por favor... es que... Creo que cogí la gripe. No eres tú.-

Oh lo sé- gritó- el puto problema eres tu Teresa, ya ni siquiera puedes satisfacerme-la presionó mas fuerte contra la pared, podía sentir perfectamente su aliento en el cuello. Su horrible y pútrido aliento.

Lo..lo siento-

Tienes que estar agradecida que todavía te encuentro atractiva, tienes 32, Mayte, abre los ojos! Quién te puede encontrar atractiva o interesante? No eres nadie-

Perfecto ahora ni siquiera era digna de sus miradas.

Lo siento.. si quieres podemos intentarlo de nuevo, si así lo deseas. Puedo hacer que funcione nuevamente, solo dame unos minutos- la única idea de tenerlo dentro de ella y tocar los puntos más profundos, le daban ganas de vomitar de nuevo, pero así ésa era la única manera de detener todo eso... tenía que hacerlo.

Por supuesto!- dijo irónicamente- crees que es tan fácil hacerlo de nuevo?- mientras el dijo(gritando) se bajó los calzoncillos. Mayte levantó la mirada, tratando de pensar en cualquier para distraerse de esa horrible situación. Sintió nauseas y volvió a cerrar los ojos.

Mira, pudiste tener todo esto duro dentro de ti, mira ahora , lo que hiciste!!-ordenó pero se negó a obedecer, siguió mirando al techo, hizo una pequeña oración el que está allá arriba para que la tortura terminara pronto.

Ya te he dicho que lo siento- murmuro en voz baja, tratando de contener las lagrimas tanto como pudo, pero era inútil pues sus mejillas ya estaban mojadas con sus lagrimas.

Me importan un carajo tus disculpas- la soltó, y ahí lloró, en silencio como siempre.

Todo pareció detenerse por un momento; Fernando estaba ahí, a pocos pasos de ella, pasando una mano por el cabello oscuro, tratando de calmarse. Mayte aun estaba de pie( no sabía donde encontró la fuerza para mantenerse de esa manera) contra la madera de la puerta, ora mentalmente para que finalmente pueda  estar solo,  aunque sea durante un par de minutos, para poder llorar su alma, y explotar en suspiros.

Ve a revisa esas putas pruebas, que te hacen sentir muy orgullosa, ya lo arruinaste todo- dijo mientras salia sin antes susurrarle PUTA!, cuando estuvo segura de ,o que escucho lo llamó.

Fernando- lo llamó con su voz entrecortada por las lagrimas- Quiero el divorcio-

La miro por un segundo, sus ojos eran serios por un momento y luego se echó a reír, de la nada como si estuviera loco. Se acercó a ella y le dio una bofetada muy fuerte. Luego se largo.

Ella dejó que su espalda se deslizara por la puerta, hasta el suelo. Finalmente cerró la puerta y dejó salir todas las lagrimas contenidas, todos los suspiros, todos los gritos que había tratado de contener por mucho tiempo.





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