Queda

3

Lo encontré fumando- dijo Mayte mientras jugaba nerviosamente con sus dedos bajo el escritorio del director.

Manuel la miraba con ojos vigilantes, los nudillos en la barbilla, una ceja arqueada y una sonrisa amable.

Mh, en el baño?-

No, al lado de la ventana del salón de clase, antes del toque-

Oh, es muy serio-mientras lo dijo, hojeaba su agenda, desplazando el dedo por los números en las hojas; hasta que encontró el que buscaba. Entonces tomó su teléfono, Mayte lo miraba de reojo, cuidando que no se notara; era guapo muy guapo, incluso con el teléfono pegado a la mejilla y el cuello, con los ojos perdidos en algún lugar indefinido y su sonrisa paciente y amable, siempre impresa en sus labios.

Mayte no esperaba verlo, no tan pronto, pero seguía recordándose que ese era su trabajo, su deber es informar sobre las infracciones, él es el director y lo necesita estar informando. No había nada más, sólo trabajo.

Él estará aquí en un momento- dijo colgando el teléfono, enterró sus ojos avellana en los de ellas y su sonrisa se convirtió en un ser dulce. Mayte sintió que su corazón se aceleraba, y le devolvió la sonrisa.

Yo....yo no creo que sea necesario suspenderlo- dijo, tratando de seguir centrada en la escuela y nada más. Manuel  parecía divertido:

Okay- ella no apartó la mirada, fue capaz de soportar los ojos avellana de ese hombre que la hacía sentir increíblemente extraña, como no se había sentido durante mucho tiempo.

Entonces... es mejor que me vaya, tengo un descanso-

Sándwich de jamón y queso otra vez?- dijo con una risa divertida.

Atún con tomate, y tienes que dejar de juzgarme- ella también se rió. Se siente tan bien con ese hombre. El tiempo con él es capaz de iluminar sus días oscuros, sólo quiere regresar el tiempo para poder repetir los pocos momentos con él.

Oh, pero sabes, aún no es suficiente- dijo entre sonrisas y el corazón de Mayte perdió el ritmo por un segundo, por un segundo se le dificultó respirar, y tenía un preocupación muy grande por el rubor de su pecho.

Sr. Mijares, el joven Fernandez está aquí-una tercera voz(la misma que había irrumpido su lunch con unos días antes) los interrumpió. El joven entró con una sonrisa orgullosa, tan seguro de si mismo, que May sintió nauseas. Estaba vestido de negro, cabello oscuro y rizado, ojos claros. Una especie muy familiar para ella.

La mujer dejó a los 3 solos y los ojos de Manuel dejaron de ver a Mayte para centrarse en el chico: 

Sabes que está prohibido fumar dentro de la escuela, verdad?-

De hecho estaba fumando afuera-

Su profesor de matemáticas que me dijo que te vio fumando en el aula- Isaac vio a Mayte de pies a cabeza, deteniendo sus ojos en su escote, arqueando la ceja por la maravillosa vista que tenía enfrente. Mayte sintió los ojos del joven en ella, se sintió como un pedazo de carne. Asco. Miró hacia abajo, tratando de ignorar la devastadora sensación de nauseas que hasta entonces Fernando era capaz de provocarle.

Mi brazo estaba fuera de la ventana- se rió entre dientes, todavía mirándola con orgullo, May sintió unas ganas muy fuertes de darle una bofetada.

Oyó la voz de Manuel:

Va contra las reglas, pero esta vez solo tienes una advertencia, para la próxima serás suspendido- dijo seriamente, pusos sus gafas de lectura sobre unos papeles. Mayte por un segundo olvidó la presencia de Isaac y dedicó su atención a Manuel: él era aún más hermoso con gafas, si eso era posible, lo hacían verse como un profesor y le encantó. Mucho. Volvió a fantasear con un hombre después de muchos años; años durante los cuales  la había asustado tener un hombre desnudo frente a ella, pero con él, Oh Dios Qué le ocurre? Por qué se sentía como si quisiera ver TODO de él? Por qué sentía como si quisiera TENER  todo de él? Está mal, pero aún así, se sentía tan bien.

Sonrió cuando estaba segura que no la veía

Sr, Mijares- Asintió a Manuel, luego miró a Mayte y le guiño el ojo; Miss Lascurain.

Manuel no se dio cuenta, pero May si, ya que Isaac se había asegurado que lo estuviera mirando. Ella sintió su estómago girar, igual que en casa con Fernando. ahora ni sus estudiantes la respetaban.

El chico salió y ella lo siguió de inmediato:

Cómo te atreves, Fernandez?- gritó

Oh vamos, Miss Lascurain, no mienta, veo la forma en que me mira durante sus clases, veo la forma en que se ruboriza cada vez que le devuelvo las miradas- se acercó y le acaricio el brazo, haciendo caer la mano de su hombro hasta el codo. Sintió la misma horrible sensación que le provoca Fernando cada vez que la toca.

Fernandez-

Oh, por favor, llámame Isaac y dame tu número para que pueda llamarte en mis noches solitarias y aburridas- se rió mientras su mano bajaba mas y mas hasta llegar a su espalda, le agarro el culo, haciéndola saltar, May reaccionó esta vez;  ella dio un paso hacia atrás y le soltó una fuerte bofetada.

Cómo se atreve? Estás suspendido-

Se rió de ella:

No tienes los huevos, miss Lascurain-  lo dijo y salió corriendo.

Fernandez- gritó en vano, sintió la puerta de la oficina de Manuel abrirse y s estaba ahí, para defenderla, para luchar por ella. Pero está vez fue demasiado tarde.

Qué pasó?- preguntó preocupado.

Mayte tragó saliva. Era su oportunidad. Ella podía decirle todo, o al menos lo que había sucedido en ese corredor, para que pague por hacerla sentir como un pedazo de carne.

Ella podía dejar ser débil por un segundo y aceptar la ayuda de alguien. Pero no lo hizo.

Nada solo estaba.. corriendo por el pasillo- miró hacia abajo y él se dio cuenta que la luz que tenía hace unos momentos en su oficina se había desvanecido. Estaba preocupado por ella, algo le sucedía, tenía que hacer algo para distraerla:

Perdí mi hora del lunch y tengo que volver al trabajo, sabes de quién fue la culpa?- dijo riendo, y fingió ver su reloj. Mayte finalmente alzo la vista hacia él:

No la mía, Mijares-

Sí, allí estaba de nuevo la luz, su mirada radiante. Que sucede contigo Mijares.

Oh pero por supuesto que es tu culpa, así que estaba pensando Cómo perdonarte?-

Era muy extraño, normalmente el solo con hablar con hombres la hacia sentir terriblemente incomoda, pero con el era diferente, nunca sintió esa sensación ni por un segundo, todo era tan natural, como es normal la relación hombre-mujer. Había un complicidad inexplicable y extraña entre los dos, una complicidad que habían construido en menos de 48 horas.

No voy a trabajar horas extras-

Oh no no no, de hecho es una invitación a almorzar- su sonrisa se enanchó con l¿mientras el la invitaba- Me gustaría invitarte a comer, y no estoy hablando de un bocadillo de jamón o atún como los que traes a la hora del lunch, me refiero aun verdadero almuerzo. Aquí en mi oficina, voy a pedir comida del mejor restaurante que conozco y voy hacer espacio en mi escritorio. Acepta mi solicitud, Miss Lascurain?-

Su corazón latía locamente y no podía hacer nada para detenerlo. No podía creer lo que oía; él realmente la había invitado a salir, bueno no exactamente, o tal vez. En realidad a su oficina; pero no importaba, quería pasar su descanso con ella, quería conocerla mejor, igual que ella a él.

Sí, por supuesto, me encantaría- dijo ella tratando de  controlar su voz y sonar relajada.

Manuel sonrió ampliamente: entonces no se hable más, mañana en mi oficina a las 12:30, cuento contigo-

No me lo perdería por nada- ella le devolvió la sonrisa y esta vez la su sonrisa le invadió sus bellos ojos avellana.