Capitulo 14

0 0 0
                                    

Cuánto tiempo hubo de pasar no lo sé. Hubo noches en donde el dolor de mis brazos era insoportable, fuertes garras se cernian sobre mí carne sobrevolando los cielos. Mis pocas ganas de vivir y reencontrarme con mí familia me tentaba. Ya es tu hora, despliega tus alas y elevate hacia nosotros. Me hacía la idea de ser el hijo soñado, parientes lejanos anhelando mí regreso.

El relieve cambiaba momentáneamente, suelos verdes a bastas aguas y pequeños desiertos. Algún animal nos avistó desde lo bajo, no más que pura curiosidad y el poder apreciar una presa difícil de atrapar. El viejo con suerte decía algo más que una queja. Su cara se transformaba al momento de comer, me ataba a un árbol y con prisa escabullia en la maleza buscando cómo llenar su estómago.

En tiempos de larga espera me digné a practicar mis dotes. Claramente cuando el viejo volvia, cerca de llamarme loco estaba, pues esas chiquilinadas de hacer figuras con las manos eran comunes en los niños de la aldea. Haciendo fuerza con su hombro y ayudándose con sus brazos dejó un ciervo delante de mis ojos. Con una mirada asesina me dirigió unas palabras - Ya va siendo hora que sepas que no hay presa que se me escape - Me límite a voltear la mirada. Un escupitajo cayó cerca mío. Desprecio, desprecio sentía de compartir algo con él. Reconocido como

El viento era tan fuerte que no me dejaba ver. Mis pelos se revoloteaban por cada brisa y azotaban mi cara, sin más remedio de sucumbir a aquella molestia. No me preocupaba en lo más mínimo de lo que me sucediera, habíamos parado unas cuantas veces en la tierra; siempre atado a un árbol o bien vigilado por aquella monstruosidad de pájaro. Todas y cada una de mis ideas para eludir su vigilancia fueron en vano, acababa por estar tendido en el suelo por sus garras. A veces me pongo a pensar por qué fueron tan vagos mis intentos, quizás por el solo hecho de saber que me llevaban a donde quería, el ser atrapado era indispensable. Saber que sin su "ayuda" estaría perdiéndome en la enormidad del norte.

De pronto pude avistar por donde sobrevolamos, estábamos cerca de un risco. Las olas golpeaban con violencia las rocas de la costa. La nota de sal se impregnó en mi nariz. El escozor de mis brazos era insoportable, mejor eso que ser tomado por mis piernas. Hubo un momento en que el anciano se empecino por verme sufrir un poco más.

- Me cansé de tus estupideces, ahora veras rata inmunda - de pronto un golpe seco me había noqueado por detrás. Al despertar, la panorámica que tenia desde un principio se había invertido; las nauseas se hicieron más presentes y algún conmemorativo le otorgué a las plumas. Una golpiza fue lo que me esperó. Ojo morado, nariz hinchada y labio partido.

No se cuanto tiempo hubo de pasar hasta que llegamos. En lo alto de un cerro nos detuvimos, el viejo me amarró los brazos y las piernas, y de un rodillazo me hizo caer de frente. Con un tirón de pelo me puso de pie, unas suaves gotas de su saliva bañó mi rostro mientras me hablaba. Mis oídos estaban aturdidos y no pude cazar ninguna de sus palabras. Mientras me sermoneaba sin sentido, me percaté de que su guardián no recataba en mi. Aproveché la oportunidad, unas pequeñas creaciones se deslizaron a mis espaldas, ocultándose en la maleza para luego poder actuar.

Antes de hacer nada debía reconocer cada rincón del pueblo. Sus edificaciones eran vastas, aprovechaban cada rincón por más inhabitable que pudiese ser para dar a luz su hogar. No podía decirse que su infraestructura era pobre, pero comparado con el pueblo del sur, no eran más que un ápice de su grandeza. La sola presencia del hombre no podía compararse con la fusión de las culturas. He de recalcar que los Micrass dieron mucho aportes hacia nuestros habitantes. Nos enseñaron a poder usar la savia de los arboles como pegamento de maderas, a utilizar las piedras planas para evitar el enmohecimiento de las misma por las lluvias, como también a conservar las aguas de las lluvias de otoño.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 15, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El InterpreteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora