1. Nico di Angelo

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La sombra de un helicóptero nos expulsa muy por encima de la azotea del Empire State.

Pero no ha acertado dentro. Caemos al vacío desde más de 230 metros.

La presión del aire nos deja sin respiración. Carlos tiene los ojos cerrados y aprieta los labios tan fuerte que sus comisuras están blancas. Me imagino lo que debe costarle reprimir los gritos.

- ¡Ag... a mí! - exclama Elena, tendiéndonos las manos.

160 metros.

Agarra la manga de mi cazadora y la bufanda verde camuflaje de Carlos, que tira de ella falto de aire.

90 metros.

Ella nos rodea con los brazos, tan largos y delgados como sus dedos, como si quisiera protegernos del impacto. Como si pudiera protegernos del impacto.

20 metros.

- ¡Elena...! - empiezo a chillar.

Y aterrizamos, suavemente, en la terraza vallada del piso 85.

Ambos exos jadean de forma sincronizada. Él, aterrado. Ella, agotada.

- Dioses, qué dolor de cabeza.

- Quizá pueda encargarme de eso. Creo que tengo algún medicamento mortal en el botiquín, aparte de néctar y ambrosía.

Will me tiende una mano, que acepto encantado. A pesar de que no me he encargado al completo de realizar el viaje, Elena ha tomado prestada parte de mi energía. Necesito dormir. O un Powerade.

Elena se levanta con cierta dificultad. Carlos le ofrece ayuda, pero la rechaza con un gesto de la mano.

- Oye, Will, ¿tienes una aspirina?

...

- Que has hecho... ¿QUÉ?

- Sí, ya lo sé. Soy genial.

- ¡Por todos los dioses, Elena, podríais haberos matado! ¿Es que soy la única que piensa de forma lógica?

- Oh, mi forma de pensar es muy lógica, Kane. El chico Muerte estaba totalmente K.O y Carlos solo podía mirar. ¿Hubiera sido mejor que le pasara las palomitas?

- ¡Hubiera sido mejor que nos avisáseis! ¡Jose también puede viajar por las sombras!

- Y yo no me fatigo con tanta facilidad - añade, mirándome con evidente burla.

- ¿Quieres un boli con luz de premio, hermano? - mascullo entre dientes.

- ¿Alguien me puede explicar todo esto? - Carlos hace aspavientos de forma exagerada a posta, tratando de abarcar su situación al completo - Porque es imposible que tenga que ver con Per... - se calla de golpe al ver la mirada que le dirige la creadora - ¿Verdad?

Ella suspira. Posa ambas manos en sus hombros, como hizo en el instituto para tratar de calmarlo.

- Te dije que, si te lo explicaba todo, no me creerías. ¿Real o no real?

- No te atrevas a ponerte en plan Katniss conmigo - la advierte su amigo, señalándola con un dedo.

Ella retira las manos de sus hombros con una risa de infante. Me estremezco.

- Además, esa posibilidad no es viable. Es decir, Percy Jackson es...

- ¿Una historia? ¿La mera invención de un chiflado? - inquiere Rick desde el sofá, mirando por encima de los cristales tintados de sus gafas a un sorprendido Carlos, que abre la boca - Lo era. Pero, gracias a ella, ha cambiado todo eso.

- ¿Y yo qué tengo que ver con todo esto?

- ¡Me alegro de que lo preguntes! ¡Forestgreen!

La delgada figura del hijo de Hefesto sale de la habitación contigua. Ha estado ahí dentro con Harley unas cuantas horas, tratando de mejorar las armas. Lleva una de las dos supervivientes en los brazos. Cuando se acerca, ambos se quedan en silencio.

- Carlos, éste es Carlos. Y bueno... Pues eso - resume Kathya.

Los endos sueltan una risita.

- Me rindo. Sois unos inmaduros - sentencia Carina.

- Y habló la que tiene un canario llamado "Pájaro Gordo"

- Touché.

- ¿Pájaro Gordo, eh?... No creía que hubiera un nombre de mascota que superase Tarta en ridiculez.

Salimos como una exhalación a la terraza, de donde ha provenido la voz.

Los hermanos Kane y todos los iniciados del Nomo, además de Zia y Amos, nos miran desde la barca egipcia que remolca el grifo Freak, sonrientes.

- ¿Alguien ha pedido una élite de magos? - Carter se apea de un salto.

- Dudo que haya sido alguien que viva ahí abajo - señala Sadie, imitándole - Están todos dormidos.

- Puede que haya sido mi pad... - masculla Clovis antes de caer de morros contra el suelo, profundamente dormido.

Trago saliva.

-Esto está empezando a parecerse demasiado a la primera vez contra Cronos. Y eso no me gusta. Ni un pelo.

CRÓNICAS DE UNA SEMIDIOSA #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora