(Nico di Angelo)
Cuando me quito los restos del vendaval de los ojos, ahogo un grito.
La creadora, comprensiblemente tranquila, palmea el esbelto cuello de un semental hecho de arena negra cambiante que piafa, furioso. Sus ojos son dos rendijas rojas como la sangre recién derramada, que brillan entre la bruma matutina.
A pesar de la distancia, veo la nuez de Rick moverse en un trago de saliva repentino.
- Es una lástima que no lo necesite... - suspira, acariciando su larga crin - Si intento disparar un rifle mientras monto a caballo, igual le saco un ojo a alguien.
La figura del animal se deshace en sus materias primas: polvo y arena. Kortés recoge los dos rubíes semi enterrados en el montículo y se los guarda en el bolsillo.
- Gracias, Carlos - suelta automáticamente cuando el endo, visiblemente tembloroso, le devuelve la Hecate II.
- De poco te va a servir eso - critica Serapis, señalándola.
- Quíone no parecía opinar igual cuando destruyó las demás.
Parece que Cronos va a decir algo, pero finalmente opta por permanecer callado.
- Esto de vacilaros... Nunca lo encuentro tan satisfactorio como esperaba.
- Venga, anímate, otra vez será.
- ¡Ya es suficiente! - chilla Rick - ¡Estamos en el campo de ba-ta-lla!
- ¿No me digas? - alzo una ceja - Creía que esto era el hotel y casino Loto. Jaja, sarcasmo.
- ¿"Jaja, sarcasmo "?- repite mi creador, mirando a Elena - Sabía que habías cometido algún fallo, Kortés, pero no me imaginé que fuera tan gordo. Nico no es tan petardo.
- ¡Hey! - protesto.
- "Crónicas de una semidiosa" fue mi primera historia - se defiende ella sin entusiasmo - Nadie hizo perfecta su primera creación. Ni siquiera tú.
- Eso no lo sabes.
- Si tan seguro estás, enséñamela. Y no me digas que el protagonista de tu primera historia fue Jackson Très Navarre, porque en una entrevista dejaste bien claro que llevabas escribiendo mucho más tiempo.
Ambos creadores se fulminan con la mirada, frunciendo los labios en una mueca desafiante.
- Una bonita reprimenda, Kortés - Serapis los separa con brusquedad - Si no te importa, prefiero acabar esto cuanto antes.
Chasquea los dedos y, todos a una, el ejército nos apunta con sus armas diversas. Y estalla el caos.
Las flechas vuelan perfectamente sincronizadas; atraviesan cuellos y atraviesan estómagos. Las espadas trazan arcos letales; cortan piel y cortan carne.
Caen cuerpos aquí y allá, amigos y enemigos, semidioses y monstruos.
La cantidad de ira que envuelve la cruenta vorágine es tan intensa que me quedo petrificado, mi mirada absorta en la sangre y las vísceras. La flecha de Will aterriza en el cuello de un telekhine que quería atacarme por detrás. Tiene una herida bastante profunda en el hombro derecho.
- Gracias - jadeo, recuperando la compostura.
- Distracciones fuera, chico Muerte - señala mi espada y desaparece entre la multitud. Lo veo cargando su arco de nuevo con una mueca de dolor.
- Aguanta... - mi brazo se alza casi de forma automática y bloquea el aguijón venenoso de Espino.
- No está mal, Di Angelo - mi antiguo subdirector retrocede un poco - Para un aprobado.
- En tal caso, subiré la media a notable.
Con un giro de muñeca, hundo la hoja de hierro estigio en su estómago. Se derrumba con un quejido. Quisiera permitirme un segundo de descanso y ánimo autodirigido, pero...
- ¡Se acabó! - proclama Rick, triunfal.
Campistas y amazonas, magos y cazadoras, visiblemente confundidos, nos volvemos hacia el escritor. Forma parte del círculo que los del bando contrario han formado en torno a Elena, las armas de metal mortal y divino apuntando directamente a su corazón. Ella todavía sujeta la Hecate II y da vueltas sobre sí misma, buscando una brecha, una escapatoria que no existe.
- ¿Tienes unas últimas palabras? - la espada de Serapis corta a través de la ropa. Un par de gotas de sangre salpican el asfalto.
- Sí - la escopeta cae al suelo con estrépito. Kortés levanta la mirada- Game Over.
La ciudad que nunca duerme estalla en un fogonazo de luz blanca, como si nunca hubiera existido.
...
(Bianca di Angelo)
Nunca se me ha dado bien mentir. Incluso el más leve engaño se nota a kilómetros si sale de mis labios. Tampoco es que me entusiasme. Prefiero decir las cosas como son: fue todo idea suya.
Cuando aparecieron los dioses exigiendo una explicación, consiguió escabullirse hasta el cuarto de la limpieza y me llamó con evidente urgencia en la voz.
- Creadora...
Nada más pronunciar la última sílaba, habló ella.
- Bianca, necesito un favor.
- ¿Un favor? - repetí, confusa.
- Sí - me tendió su móvil, con una mueca de resignación - Si las cosas se tuercen para nuestro bando, tendrás... - tragó saliva - Tendrás que borrar la historia.
- ¿Qué ?
- Bianca, esto me duele mucho más a mí que a ti. Por favor. No quiero que muera nadie más.
Me humedecí los labios antes de aceptar el teléfono, un arma más poderosa que todas las nuestras juntas.
- ¿Cómo sabré cuándo hacerlo?
- Game Over. En el momento en el que diga Game Over, tendrá que pulsar Anular la publicación.
- Mu-Muy bien...
Diez segundos después, los brazos de Elena rodearon mi cuello, torpes y temblorosos. Soy incapaz de recordar la última vez que alguien me tocó.
- O-Os voy a echar d-de menos - solloza - A todos.
- No se lo has dicho a nadie, ¿verdad?
- No soporto las despedidas - admitió, secándose las mejillas húmedas - Estos tres años han sido los mejores que he tenido en mucho tiempo.
- Créeme, todos lo pensamos. Gracias por darme una segunda oportunidad.
- Un placer...
Se llevó el dedo índice a los labios, pidiéndome silencio. Pude escuchar con claridad el avance del ejército contrario.
- Deberías irte.
- Debería - asintió ella - Mucha suerte, Bianca.
- Que los dioses te acompañen.
¡TENÉIS HASTA MAÑANA POR LA TARDE PARA PARTICIPAR EN EL JUEGO!
ME HAN LLEGADO MUCHOS MENSAJES POR PRIVADO, PERO NINGUNO HA ACERTADO.
OS DARÉ UNA FRASE RELACIONADA CON EL VIDEOJUEGO, PARA FACILITAROS LAS COSAS...
"VEN CONMIGO Y TE PROMETO QUE AL FIN VEREMOS PARÍS " - BD
¡MUCHA SUERTE A TODOS! ¡EN NOCHEVIEJA EL EPÍLOGO! QUIZÁ HAYA ALGO INTERESANTE EN ÉL...
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CRÓNICAS DE UNA SEMIDIOSA #3
Fanfiction(Puede contener spoilers de Percy Jackson, Los Héroes del Olimpo y las Crónicas de Kane) Después de casi tres años de lucha (tanto física como emocional) y constantes sacrificios, todas las piezas están dispuestas en el tablero. Listas para jugar...