Open Your Heart ; twomin

Despertando

Si hubiera sabido que en ese momento nada sería como antes al menos se habría ido a bañar a su casa y a cambiarse de ropa. Pero no, todo paso rápido que al menos y le dio chance de medio peinarse y poner su mejor sonrisa o la que pudiera llegar a esa, aunque a estas circunstancias lo que menos podía hacer era fingir o mentir.

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Otro día mas se iba de sus manos, otro sueño más se arremolinaba en su vida "OTRO MAS".

Y es que desde hace bastante tiempo (o es lo que él cree) que ese era su círculo de vida, sueño tras sueño y así sucesivamente.

Hasta ese día en su sueño era un día muy brilloso y muy caliente el señor Sol estaba en su máximo esplendor calentando todo a su paso, ese sueño era como una primavera en las películas que medio recordaba, a pesar de ser pensamientos simples le costó mucho "medio" acordarse.

La misma persona de siempre un joven no muy delgado, pero tampoco tan gordo, con un cabello negro como las noches con un largo que ya llegaba a sus hombros lo veía y lo vigilaba siempre, casi siempre traía ropas diferentes siempre cada una muy extrovertida a excepción de cuando era una pesadilla y el estaba usaba la misma muda de ropa que algún sueño lindo.

A pesar de que él podía ver su rostro perfectamente hasta tal punto de describirlo concienzudamente no lo recordaba, no recordaba haber visto semejante rostro hermoso con labios gruesos y redondos a veces rosados, a veces blancos, ojos redondos de tamaño promedio de un intenso color café chocolatoso que con solo verlo te perdías. No lo recordaba.

Ese sueño tan calurosamente adorable y perfecto después de una espantosa pesadilla le abría las puertas a algo inimaginable que él jamás pensó, encontrarse a él mismo de una manera en la que nunca pensó o imagino ni mucho menos en esas circunstancias. Comenzó a caminar sin rumbo fijo con aquel muchacho de poca habla que siempre lo vigilaba o de cierto modo lo cuidaba o así lo quería ver él. El pasto verde que le llegaba hasta las pantorrillas le rosaba de una manera placentera, hacia mucho que no sentía eso, el sol le picaba en la piel de una manera tan magnífica que lo adoro aun más, ese pequeño tacto por muy mínimo que fuera le llenaba por completo.

Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que nunca se percato de lo cerca que estaba aquel joven de él, él que siempre permanecía a una distancia prudente suponía él para no incomodar, estaba tan cerca que podía escuchar como medio respiraba, abrió sus ojos y lo vio con esa mirada penetrante puesta en él.

"Tienes que Regresar"

A ese joven siempre le encantaba hablar, lástima que lo hacía sin voz él solo gesticulaba su boca de alguna manera en la que le pudiera entender pero él jamás podía hacerlo.

"Tienes que Regresar"

Otra vez eso se volvía un poco molesto.

"Tienes que Regresar"

Una vez más eso colmaba la poca paciencia que él poseía.

Oye sabes no sé leer labios, me facilitarías muchas cosas si al menos dices una palabra con tu voz, tan solo una. –de verdad se estaba exasperando siempre era lo mismo, pero algo le decía que esta vez sería diferente.

Regresar... -silencio, por un momento pensó haber escuchado algo salir de su boca una pequeña voz aguda pero varonil, débil pero segura y luego todo se vino abajo ese joven volvía a gesticular solo su boca.

Vamos ibas bien, puedes hablar eso es algo bueno, ¿no crees?. –le estaba dando ánimos de verdad que el siempre quería saber lo que ese joven decía y como siempre se quedaba con la duda, siempre.

Te... tenemo..tenemos q.. que regre... regresar –era un murmullo débil pero que a él le había impactado de una manera difícil de explicar, ese joven le había dicho que tenían que regresar pero a donde.

¿ a donde tenemos que regresar?.-espero a que este joven contestara y otra vez pura gesticulación.- ay no por favor ahora no, dime a donde tenemos que regresar. –ya no era una pregunta ya era una exigencia.

Pero el joven ya no hablo mas solo se dedicaba a gesticular y así pasaron dos, tres, cuatro, cinco y seis sueños (ah sí por qué él los contaba).

Caminaba sin rumbo fijo como siempre y a sus espaldas el joven de siempre el que nunca lo abandonaba por más que él le decía que quería estar solo el siempre ahí.

Hasta que una noche en el sueño numero 5 de la tercera semana" suponía él de que aquel joven hablara, tuvo una pesadilla horrible.

Estaba en una cosa que no recordaba el nombre, con otra persona es apersona reía hasta que se detuvieron y de repente sintió como volaba, volaba lejos y alto, muy alto como jamás pensó luego sintió un golpe y ahí estaba el joven con la misma ropa que en la "mañana"

"Tienes que regresar"

"Tenemos que regresar"

No te entiendo, ¿Qué es eso que siento?, dime por favor tienes que compadecerte de mi.- él le suplicaba a aquel joven que solo se limitaba a verlo con una sonrisa de oreja a oreja que él no entendía.

Llego el momento. –aquel joven hablo de forma fuerte segura sin tartamudear como aquella vez que él recordaba, el joven siguió halando.- te deseo suerte, recuerda que siempre te estaré vigilando, siempre estaré contigo pero todo depende de ti, abre bien tus ojos.

¿Qué no te entiendo?, ¿de qué momento hablas? Tengo mis ojos bien abiertos-él le pregunto a aquel joven.- ¡OYE NO TE VAYAS TE ESTOY HABLANDO!. –empezó a gritar cuando vio que ese joven se marchaba

Lo siento te ayude hasta donde pude, si me quieres volver a ver por favor abre tus ojos de aquí en adelante y jamás le digas no a aquello que llama a tu alma. –su tono era neutro pero deseoso si lo escuchabas bien y así se fue dejándolo a él solo.

Entonces los abrió, abrió los ojos y una espantosa luz blanca le pego de golpe, hasta ese entonces comprendió que si tenía que abrir bien los ojos y que ahora estaba por fin despierto, como le dijo aquel joven que abriera los ojos de aquí en delante así lo haría por qué a pesar de no conocer a aquel joven el le había cuidado a su propia manera y ahora le había dado la oportunidad de volver a "vivir" si se lo plantea de esa forma.

Así que él abriría siempre sus ojos.

Siempre.

Por que se había vuelto una promesa de esas de sangre.

De él con aquel joven que ahora que lo pensaba bien era más que eso, era como su Ángel Guardián.