Capitulo 37

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Dániel

Me parte el alma verla ahí envuelta en mis brazos. La lluva le moja su bello rostro. Estaba tan dolida por lo que sea que le haya dicho Scarleth cuandi estaban juntas en la habitación.
La lluvia asota fuertemente mi espalda y el cabello me cae sobre la frente cusandome un cosquilleo en la cabeza.
Mis ojos se llenan de lágrimas y no puedo guardarlas. La verdad ya ni distingo cuáles son mis lágrimas y cuáles son las gotas de la lluvia.
Isabella... Mi Isabella... No me dejes sólo..
Después de varios minutos comienzo a notar que la gente se está amontonando formando un pequeño circulo alrededor de nosotros. Yo sigo tumbado en el piso con ella unvuelta en mis brazos... La amo y me moriría no tenerla conmigo.
Por qué tuve que ser tan estúpido para no haberla alcanzado y no detenerla... Me detesto.
Las sirenas de la ambulancia comienzan a zumbar en mis oídos y cuando levanto la mirada hacia el cielo vuelvo a gritar:

- ¡Por qué tú Isa!

Los paramédicos me intentan separar de ella pero me aferro tanto que casi les resulta imposible alejarme de ella. Al final me doy por vencido yo y me suelto de ella y ellos comienzan a subirla a la camilla, la dirigen hacia la ambulancia y me levanto del piso medio atontado por el dolor que siento en mi interior... Mi vida se está apagando cada segundo que ella está inconsciente...
Pensé, de alguna manera, qué ella y yo estaremos juntos en esta vida, en la que sigue, y en la siguente, y en la que viene mas adelante, yo me prometí a mí mismo cuidarla y protegerla... Me he fallado a mi mismo... Le he fallado a ella...
Siento unas fuertes punzadas en el pecho cuando llegamos al The Columbia en el mismo hospital donde está Scarleth, me pongo a pensar que le habrá dicho cómo para que ella saliera de la habitación con los ojos hinchado y rojos, cómo para qué saliera corriendo a la calle sin importarle la lluvia... No consigo pensar en nada, tendré que preguntarselo a Scarleth, es la única forma de averiguarlo...
Nos dirigimos al quirófano y cuando me intento meter un enfermero me pone una mano sobre el pecho y me empuja fuera de éste. Le levanto el dedo de en medio sin importarme que sea un hospital.

~♡~♡~

Nueve horas.
Llevo nueve horas esperando aquí en la sala de espera del hospital alguna información sobre Isa.
Llevo nueve horas sin probar ningún bocado.
Llevo nueve horas sin levantarme de ésta torpe silla.
Llevo nueve horas llorando sin parar ni un segundo y la verdad me vale lo que piensen de que un hombre llore, porque los hombres si lloran, y en verdad la mayoría de los hombres en éste jodido planeta lloran por una mujer.
Llevo nueve horas sin verla a ella.
Me pongo de pie un momento para estirarme un poco y salgo del hospital un rato. La lluvia dejó de caer hace como dos horas así que hace un aire súper refrescante.
Me coloco los auriculares en los oídos y pongo Rise de Katy Perry. Esta canción me a consolado cuando me siento mal o algo parecido. Con música he bailado, he llorado, he reído, he recordado, he besado, he amado, con música he vivido.
Me pongo a caminar un poco hacia un carrito de hot dogs que está estacionado cerca al hospital y me compro uno solo para matar el hambre.
Cuando estoy a punto de abrir la puerta del hospital saco el teléfono de mi bolsillo de los jeans y marco al número de la mamá de Isa; mi suegra que me odia.

- ¿Dániel?
- Hola, oiga tengo que contarle algo
- ¿Qué pasó?
- Isa está en el hospital, tuvo un accidente -mi voz se escucha medio ahogada
- ¿Qué? -se queda callada durante un rato y después escucho sollozos a través de la línea -, ¿en dónde está?
- Está en el hospital The Columbia, venga por favor
- ¿Ya te dieron alguna noticia sobre ella?
- No, lleva nueve horas en el quirófano y la verdad estoy muy preocupado
- Voy para allá, en diez minutos estoy ahí
- Okay, aquí la espero
- Adiós

Me cuelga la llamada y entonces entro al hospital de nuevo. 
La madre de Isa llega justo después de media hora con una sombrilla en las manos; está cerrandola, así que me levanto de la silla y me acerco a ella.
No me había dado cuenta que había comenzado a llover de nuevo, está cayendo un diluvio, a duras penas puedo distinguir los árboles que están afuera. Se abalanza contra mi envolviendome en un fuertisimo abrazo y comienza a sollozar. Retengo las lágrimas porque no me puedo permitir volver a llorar pero como toda esta situación me duele demasiado no puedo retenerlas más tiempo y comienzan a brotar de mis ojos lágrimas que siento ya que son lágrimas de sangre...

- ¿Cómo está? -me pregunta su madre después de varios minutos
- No lo sé aún...
- Pero dime, ¿qué sucedió?
- No sé, estaba en la habitación de Sca... Y luego salió con los ojos hinchados... Y... -arrastro las palabras -, Y después sucedió... Y yo no pude... -las lágrimas emanan de mis ojos como corrientes del río, por más que intente detenerme no lo logro. Me rodea con sus brazos y me acaricia el pelo -. Lo siento mucho señora Young, no pude...
- Shh -me calla -. Tú no tienes la culpa de lo que haya sucedido, tienes que hablar con Scarleth para que le preguntes qué fue lo que le dijo para que ella reaccionara así
- Voy a su habitación, cualquier cosa me llama -asiente y me alejo a la habitación 65

Me enjugo los ojos con las manos antes de tocar la puerta y abrirla. Lo hago y me encuentro a Scarleth platicando con su mamá, ambas me miran confundias.
No sé que fue lo que le dijo pero de una cosa si estoy seguro y es que jamás volveré a perdonarle nada a Scarleth ya que ella tuvo la culpa de que mi Isa esté en ese maldito quirofáno durante horas.
Me acerco lentamente y la mamá de Scarleth voluntariamente se dispone a salir y dejarnos solos en la habitación... Estoy furioso y a la vez destrozado...
Inhalo varias veces lentamente para tranquilizarme pero no lo logro. Cuando estoy a punto de abrir la boca ella habla:

- ¿Qué pasó?

Cuando Te Conoci  (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora