Daniel
Tengo la vista fija en la carretera mientras conduzco el auto hacia algún lugar tranquilo. Necesito de la compañía de alguien pero la que más quiero es la de ella. Conduzco hacia la casa de uno de mis amigos, no sé con quién ir, si voy con Karina me arrepentiré de lo que pueda suceder, si voy con Jack sé que me convencerá de tomar cerveza y no quiero, sé que si voy con Trevor me obligará a darle una calada a su churro de marihuana, todos mis amigos no son los indicados para tenerme en este instante en su hogar porque se aprovecharán de la ovación para obligarme a algo que no quiero hacer. La noticia del coma de Isa me ha dejado dolido y vete a saber cuándo será el día que despierte.
Al último me decido a ir a casa de Jamie, mi mejor amigo. Me estaciono frente a una casa de dos pisos. Tiene un jardín enorme. Las paredes de afuera son de piedras grises. Me bajo del auto dando un leve suspiro y me encamino hacia la puerta de entrada. Toco el timbre pero no se oye nada ni nadie me abre. Lo intento de nuevo. Nada. Me giro y resoplo mientras me llevo las manos a mi cabello y lo estiro un poco. Cierro los ojos e inhalo hondo. Al abrirlos una pequeñísima lágrima se escapa de mi ojo y me la limpio rápidamente con la mano. No más lágrimas, me repito una y otra vez pero cada vez el intento es más en vano.
Me siento en el escalón de afuera de la casa, cruzo mis brazos y los poso sobre mis piernas.Observo como la gente pasa por la calle con sus perros, otros pasan trotando y estirándose, otros pasan agarrados de la mano de su pareja... Hay Isabella, si hubiera sabido que sería la última vez que nos veríamos te hubiera abrazado fuertemente y te hubiera dicho lo mucho que te quiero. Saco mi teléfono de mi bolsillo de los vaqueros y conecto los auriculares, me los pongo y enciendo la música al volumen más alto que soportan los auriculares. La voz de Christina Perri resuena en mis oídos cantando las palabras de la canción de Human. Llega a mi mente la primera vz que conocí a Isa, cuando tropezó en la acera y me acerqué a ayudarla a levantarse. Ese día lo recuerdo perfectamente como la palma de mi mano y sin duda alguna jamás olvidare ese momento, el momento cuando la conocí.
Suspiro y me enderezo, me paso una mano por el pelo y me regreso a mi Ferrari. Enciendo el auto y lo echo a andar. Detengo el auto en un semáforo y aprovecho para quitarme los auriculares y conecto el auxiliar al estéreo del auto. Selecciono mi lista de reproducción y le pongo play. Mi mente esta a mil por hora, cada segundo, cada minuto, cada hora que Isa no esta conmigo me parece un infierno total. Katy Perry inunda las bocinas de mi auto con su hermosa voz: Unconditionally. Los ojos comienzan a arderme y sé que comenzaré a llorar en cualquier momento. No más lágrimas, me vuelvo a repetir. Recargo mi codo en el reposa brazos del auto y pego mi cabeza a la mano. Los labios comienzan a temblarme y no aguanto más, las dejo salir. Sé que la gente me ha de decir que soy un cobarde por llorar tanto pero no ellos no saben como es que me siento en este momento. Acelero cuando se pone en verde la lámpara del semáforo dejando atrás miles de autos. Los sollozos se escapan de mi como aves volando hacia el sur. Me estaciono frente al hospital.- Daniel, me han avisado que Isa ya está en una habitación, ¿quieres verla? -asentí -. Bien, vamos yo te llevo y te dejo ahí con ella un momento a solas
- Se lo agradezco mucho suegra -cierro la boca rápidamente después de decirle suegra. Ella me sonríe -, lo siento, señora
- Puedes llamarme suegraMe abraza y después me guía a la habitación de Isa. Balbucea un número pero solamente le entiendo que dice cinco. Recorro con mi mirada cada número de habitación para saber cuál es el de ella. Su mamá se detiene frente a la habitación número cincuenta y nueve. Comienzo a temblar.
Me mira a los ojos y me dedica una pequeña sonrisa. Acto seguido me hace una seña con la cabeza para que entre a la habitación. Entro y cuando cierro la puerta tras de mi, mi cuerpo se congela. Y ahí está. Después de tantas horas esperando información me la encuentro ahí, delgada y pálida, con bata blanca, cabello castaño y tubos conectados a su cuerpo... Es la persona que jamás pensé que me haría tanto daño, pero ahora sé que es mi todo porque me he dado cuenta que por el amor verdadero se lloran lágrimas de sangre.
Mi corazón da un vuelco repentino cuando me acerco a ella. Un cosquilleo me recorre la espina dorsal y me dan escalofríos cuando le tomo la mano y se la aprieto fuertemente. Siento una corriente eléctrica recorrerme el brazo completamente; si, indudablemente aún siento esa chispa cuando le toco su suave y delicada piel.- Isa, no sabes lo mucho que te extraño desde el día en el que entraste en ese maldito quirófano, siento que mis días se vuelven negros cuando tu no estas conmigo. Cada segundo me parece insoportable sin ti -comienzo a hablar aunque sé perfectamente que no valdrá la pena porque no me escucha, yo sé que ella en algún lugar me esta escuchando y me esta diciendo que me ama. Continúo hablando -. No he parado de llorar desde que te vi tirada en el pavimento, sin duda alguna estos días han sido los peores de toda mi vida. Tal ves han de decir que estoy loco por hablar con alguien que esta en coma pero yo sé y confío en que en lo más profundo de tu corazón tu me estás escuchando. También sé que el único que está en coma es tu cuerpo pero tu alma sigue viva junto a la mía -las lágrimas vuelven a brotar de mis ojos nuevamente y veo como cada gota cae sobre su hermoso rostro y se desliza por su mejilla. Sorbo por la nariz -. Te prometo, Isabella, que a partir de hoy vendré todos los días a contarte historias, o solamente a contarte lo que ha sucedido en el día. Comenzando por hoy -inhalo hondo y exhalo -. Día uno sin ti, y siento que un tsunami arrasa con mi vida. Hoy es el cumpleaños de la pequeña Karla, mi hermana, no tengo ni idea de que regalarle porque ni siquiera he estado con ella todo el día, me la he pasado preocupado por ti. Te he llorado demasiado que siento que toda el agua que complementaba mi cuerpo ha desaparecido, sin ti no se vivir, me haces demasiada falta. -Tocan la puerta y aparece la cabeza de la mamá de Isa, me avisa que es hora de salirme porque el tiempo de visitas ha terminado. Le beso la mano a Isa y después la frente. -. Te prometo que mañana regresaré y así sucesivamente hasta que despierte mi bella durmiente.
Me enderezo y salgo de la habitación.
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Cuando Te Conoci (#1)
Teen Fiction1). Me enamoró su sonrisa, es tan bella que nadie puede evitar no mirarla; (2). Me enamoraron sus ojos, tiene un color tan precioso que me encanta; (3). Me enamoraron sus labios, son tan carnosos y deliciosos; (4). Me enamoraron sus besos, me he dad...