1: "Alemania"

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                Veo las nubes pasar debajo de mí, hoy dejé todo atrás, dejé atrás mi país, dejé atrás a mi tía Oriana y todo por cumplir lo que prometí hace dieciocho atrás... Prometí vengarme de aquellos malditos traficantes que mataron a mis padres por equivocación, se habló de un ajuste de cuentas, pero no era así, mis padres eran gente buena, tenían un trabajo honesto, solo estuvieron en un lugar donde no tenían que estar a una hora que no tenían que estar... Esos malditos narcos los mataron a sangre fría y luego los dejaron desangrándose en la calle, yo lo vi todo, ellos nunca se dieron cuenta que yo estaba ahí escondida, aún recuerdo ese momento en que las balas impactaron el cuerpo de mi mamá y de mi papá, no me puedo quitar de la cabeza ese recuerdo, pero él que sí se fue de mi cabeza fue el de la cara de esos malditos, solo tengo recuerdos borrosos de ellos, pero sé que cuando los tenga en frente sabré quienes fueron...

Cuando mis padres murieron tuve que irme a vivir con una tía materna, era la única familia que me quedaba, o bueno me quedaban mis abuelos paternos, pero ellos vivían en Alemania y no querían saber nada de mí por la simple razón de que no querían a mi mamá, así que no me quedó más remedio que irme a vivir con la tía Oriana, ella era un sol, una muy buena persona, irradiaba felicidad por los poros, a pesar de no tener mucho dinero y de solo tener gatos como compañía, era feliz. Ella me cuidó mucho y me daba cariño, pero yo desde el momento en que murieron mis padres, me convertí en una niña que lo único que quería era venganza, ya nunca sonreí a pesar de todos los esfuerzos de mi tía...

Por eso apenas cumplí los dieciocho años de edad ingresé a la ESCIPOL, la escuela de investigaciones de policía de Chile. Trabajé duro, tanto que logré graduarme con honores, me convertí en experta en armas y explosivos y también en el combate cuerpo a cuerpo. Y ahora soy parte de la brigada Antinarcóticos... esa es exactamente la razón por la que voy a Alemania...

El avión aterriza en la pista del Aeropuerto Franz Josef Strauss luego de casi un día, al fin he llegado a Múnich, he vuelto a mi lugar natal, nací en Múnich, pero desde hace veinte años que vivo en Chile, mi madre era chilena así que cuando cumplí ocho años mis padres decidieron irse a vivir allá, dijeron que allá habían más oportunidades de trabajo... pensar que si nunca hubiésemos ido a Chile, ellos no estarían muertos, pero los "si" no sirven de nada. Suspiré. Era tiempo de bajar del avión y no de pensar en cosas que no podían ser cambiadas.

Luego de bajar del avión, un bus me acercó al aeropuerto, donde recogí mi maleta y luego pasé por la policía internacional para hacer mis papeles de entrada al país. No tuve problemas en mi pasada por ahí, ni siquiera con el idioma, mi alemán estaba un poco oxidado, pero aún funcionaba de buena manera, es que la lengua materna nunca se olvida...

Después me dirigí a la salida del aeropuerto, ahí había un hombre alto, rubio y vestido completamente de negro. Él me venía a buscar, lo reconocí al instante, ya me habían mostrado su foto para poder identificarlo.

—Bienvenida a Alemania, señorita Constanze— asentí con la cabeza y le di un escueto saludo— Sígame— lo hice. Él me llevó a un auto polarizado, me ayudó a subir mis maletas, luego subimos al auto y nos alejamos del aeropuerto.

Era Julio así que hacía bastante calor en Múnich, no como en Santiago que había estado lloviendo torrencialmente cuando me fui, luego de unos minutos que se me hicieron eternos, llegamos a un edificio blanco que no tenía ningún cartel ni nada afuera. Me bajé del auto con mis maletas, luego seguí al hombre hacia adentro del edificio. Era grande, no como el edificio de Interpol de Chile.

El Director Höhner la está esperando señorita— me dijo el hombre de negro. Asentí con la cabeza e ingresé a la oficina del director de la Interpol de Alemania.

Dangerous Woman || Arturo VidalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora