Capítulo 4

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Camine hasta el despacho, ahí se encontraba el Rey revisando algunos papeles.

- Buenos días mi señora, como amaneció hoy? - dijo dedicándome una sonrisa.

- Muy bien mi señor! Y usted?

- Fantástico, después ayer... - sonrió pícaramente.

Me senté y dispuse de comer algo. Los cocineros habían traído muchas cosas, claro, nada de carne, pero las frutas y los panecillos están geniales.

- Almaré... Necesito tu ayuda - dijo después de un rato Thranduil.

- En que lo puedo ayudar mi señor?

- Necesito que vayas a Gondor, a visitar a los señores Arwen y Aragórn. Estos papeles - dijo dándome un sobre - son de suma importancia, la alianza entre los dos reinos es necesaria.

Me quedé impresionada. ¿Tanta responsabilidad para mí sola?

Thranduil noto mi expresión y prosiguió.

- Mi luz de estrella, en ti tengo toda la confianza del mundo, y creeme que no la molestaría si no fuera sumamente importante.

- Esta bien Thranduil, iré- dije sonriendo.

- Saldrán de inmediato, el viaje dura 3 días... Claro no viajarán sola, mis mejores soldados te acompañarán, porque si te pasará algo - acarició mis mejillas con suavidad.

- No te preocupes Thranduil - dije tomando su mano - estaré bien.

(...)

Ya en el carruaje, un pensamiento invadió mi mente.
Había dejado solo a mi Thranduil con aquella elfa... La elfa que quiere apartarlo de mi lado... Que me quiere robar su amor.

- No te preocupes, el Rey confía más en ti, estas últimas semanas te ha demostrado su cariño - me dije a mi misma.

(...)

Cuando llegue a Gondor, me recibieron los Señores Arwen y Aragórn.

- Bienvenida, usted debe ser la hermosa dama de que me había comentado Thranduil - dijo Aragórn guiandome por los pasillos.

- Soy Almaré, y el rey me ha enviado por esto - dije entregándole los papeles antes de entrar a una hermosa sala.

Había una enorme mesa en medio y un balcon enorme.

- Y como es que una humana - dijo Arwen - allá traído esto, y no un elfo?

- Mi señor me tiene mucha confianza... - dije ruborizada - el se disculpa por no venir personalmente.

- Arwen - dijo Aragórn revisando los papeles - porque no llevas a nuestra invitada a un recorrido por el lugar?

- Con mucho gusto, sígueme - dijo haciendo ademán para que la siguiera.

El palacio es hermoso, todas sus paredes blancas, y. Los acabados en piedra hacen que se sienta cierta calidez en el lugar.

Ya en mi habitación, Arwen y yo platicamos.
Es una persona muy agradable, cálida y con muchas anécdotas.

- Arwen... Como es que tu padre aceptó lo tuyo con Aragórn? - me atreví a preguntar.

- En realidad, le costó mucho, pero entendió que yo no dejaría a mi rey por nada, ni por vivir todas las edades de esta tierra...

- Ay Arwen - suspiré.

- Lo amas mucho verdad?

- Como no tienes idea, pero tengo miedo... De que no me acepten...

El Secreto Del Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora