Mi Príncipe De Hielo

*Capítulo 1*

Hola, es un gusto conocerlos :3 soy LuPhantom y espero que esta historia les agrade, por favor evitar el plagio y malos comentarios acerca del género del que trata esto. Agradezco en sí ya por leer :3.
Aviso antes también que es un fanfic Ereri en donde las personalidades de ambos personajes principales las cambié para mi propia satisfacción (?) Los mismos no me pertenecen, son obra de Isayama Hajime
Lu^^

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-¡Bastardo!- gritó Levi mientras golpeaba su puño contra el espejo de baño de hombres, lo había quebrado un poco, pero poco importaba. Tiró su bolso contra una de las puertas de uno de los tantos cubículos, furioso, y se apoyó contra la pared de espaldas, dejándose caer hasta sentarse en el frío, y para nada limpio, suelo del baño del colegio. Otra vez había pasado, otra vez el maldito de Eren Jaeger le jugaba una de sus tantas bromas para nada agradables, el muy hijo de puta iba y le estampaba un golpe seco directo a su estómago sin razón cuando Levi trataba de abrir su casillero en un intento inútil y desesperado de poner la contraseña correctamente, y luego, cuando yacía en el suelo tratando de recuperar el aire, le toma de sus pelos para que lo mirase al rostro y le dijera: "¿Cómo amaneció el asqueroso gay el día de hoy?" con una sonrisa tan repugnante. Si, Levi era gay, lo había aclarado en una clase de sexualidad obligado por el profesor, y desde entonces todos lo molestan.

Lo peor fue que nadie dijo nada, sólo se habían echado a reír como los chupa medias que eran para el niño mimado y popular de colegio.

Continuó en la clase de matemáticas, cuando el más sabiondo del colegio daba una explicación fluida sobre la composición de, en sus palabras, "Un simple ejercicio algebraico", y por más sabiondo se refería a Eren, quien le había llamado al frente a Levi para que realizara lo que había explicado, pero digamos que nuestro enano no tenía un buen fuerte con las matemáticas, ni con el contacto visual de los profesores, o ser el centro de atención por apenas unos segundos, ni hablar de tratar de escribir la pizarra, en un momento se mareó y dejó caer el plumón, nuestro enano asocial y quejumbroso no lo había soportado y tuvo que ir a la enfermería; en donde la señora encargada le regañaba por tener un cuerpo tan flacucho y pálido además de pequeño, lo irritable que estaba Levi no se puede describir, y eso que fue a primera hora.

Cuando sonó la campana del primer receso Levi se encontraba en su casillero, rebuscando entre todo ese revuelo sus libros de Historia y Geografía para su siguiente clase y, tal vez, iría a sacar un refresco a la máquina, sino fuera porque estaba acaparada por muchos estudiantes que rodeaban a Eren, alagando su vestimenta del día, aunque una camisa a cuadros verde abierta sobre una remera blanca y unos jeans ajustados negros con unas zapatillas simples no era para alardear tanto. Levi se miró, siempre usaba lo mismo, un buzo negro con capucha y abajo una remera casual, mientras que sus pantalones eran unos simples jeans sin alguna marca famosa, o unos buzos que encontraba en su ropero tan pulcra mente ordenado, pero bueno, antes de que pensamientos deprimentes le invadieran a la segunda hora cerró su casillero con fuerza y, abrazando sus libros, tomó camino al baño, tal vez haría una pequeña llamada.

Había llamado a su hermana mayor, Mikasa Ackerman, quien cursaba primer año universitario en la carrera de derechos para poder ser una gran abogada, pero siempre podía hacer un espacio entre sus estudios para su pequeño hermano. Habían hablado trivialidades, ambos como hermanos se llevaban sumamente bien gracias a las dificultades de entablar amistades de Levi, pero en este tiempo ya poco importaba, Levi se sentía seguro con ella cerca, pero lamentablemente no estaban muy cerca que digamos, Mikasa había viajado a Estados Unidos,  para realizar sus estudios en la universidad de Kennedy, dejando solo a Levi en Forks, Wahington, y ya no podían contar con el apoyo de sus difuntos padres, si, difuntos, el doctor Ackerman falleció cuando trasladaban a un herido de gravedad por una carretera en medio de una tormenta, Mikasa tenía apenas 13 años y Levi 10, y unos meses después, en un robo armado en una tienda cerca de su hogar, apuñalaron a su madre en el estómago y espalda al resistirse contra los ladrones para que sus hijos no fueran heridos, y cuando fue sedada en el hospital, murió mientras la operaban por pérdida de sangre. Fue un momento difícil para ambos.