El grupo de cinco hombres, había partido después del anochecer, y estaba para entonces muy oscuro, eran cerca de las 3 de la mañana, cuando se iban a cercando a la casa, la cual quedaba a unos cuantos kilómetros de la base, los cuales habían recorrido a pie está vez, los deslizadores extrañamente se habían dañado, como si su fuente de energía hubiera sido robada.
Finalmente llegaron a la casa, en un par de horas saldría el sol, lo más conveniente era comenzar a trabajar ya en esa cerradura, uno de los hombres sacó una bolsa llena de extrañas herramientas con puntas y picos de diferentes formas y grosores.
— ¿Por qué no se abre?—cuestionó molesto
— ¿Qué tal si se congelo la cerradura?—exclamó otro de los hombres
Un tercero tomo un soplete de la bolsa, y lo acercó a la cerradura, la cual comenzó a calentarse poco a poco, el viento helado era un gran impedimento para su labor, el sol comenzaba a asomarse muy levemente por el horizonte cuando pudieron entrar a la casa, las nubes rojizas eran su máxima representación. Los humanos se quedaron extrañados al ingresar, la casa estaba totalmente decorado con motivos navideños, llena de luces apagadas, incluso un bonito árbol de navidad con esferas de colores, más luces y algunos bastones con forma de caramelos.
— ¿No es esto lo que se había perdido en la base John?— Cuestionó un humano a otro
—Si lo es, que extraño— dijo mientras inspeccionaba el objeto que estaba sujeto a la puerta, cuya elaboración y detalle dejaba boquiabierto—Esto fue hecho por un auténtico genio, solo un pequeño error, no consideró la temperatura, pero es muy bueno en sí, jamás hubiera podido armarlo, he leído sobre otros como estos en manuales de física para expertos estudiados. Debemos tener cuidado con quien se encuentre en este lugar. Es una mente muy brillante.
La casa era un auténtico paraíso navideño, incluso la chimenea que aún tenía cenizas, de la noche anterior, que dejaba ver claramente que había sido usada, servía como sostén de cuatro calcetines rojos con unos garabatos que pudieron distinguir después de varios intentos, como...
—No creerán esto— exclamó alterado el humano que había estado inspeccionando el mecanismo de la puerta. Todos corrieron a la habitación donde estaba y con la misma confusión miraron la conmovedora escena, eran cuatro pequeños pingüinos dormidos sobre la tibia cama, abrazados entre sí y cobijados para protegerse del frío, y sus nombres eran como los humanos pudieron deducir: Skipper, Kowalski, Rico y Cabo.
—A juzgar parecen tener pocos meses de vida, son apenas unas crías, vean a este pequeño, sus plumas aún son totalmente grises. ¿Dónde están sus padres? No podrían sobrevivir solos— Comentó el mismo humano mientras acariciaba al pingüino más pequeño.
Al tiempo que esto pasaba, el pequeño despertó, al abrir sus ojos, lo primero que vio fue a un grupo de humanos observándolos fijamente y uno de ellos acariciaba su cabeza.
— ¡Skipper!—murmuró asustado— ¿Qué es esto?
Skipper despertó, seguido de Kowalski y Rico, quienes alerta tomaron la posición de batalla que debían tomar ante una emergencia como tal. Los humanos no podían creer lo que veían, eran un grupo de pingüinos bebé, que no solo sobrevivían solos, habían decorado su casa para navidad y sabían fabricar complicados mecanismos anti-intrusos, además adoptaban posiciones de artes marciales.
Los pingüinos intentaron huir, pero los humanos predijeron esta acción de su parte y pronto los tenían ya a los cuatro capturados.
— ¿Qué hacemos, le decimos a Steve?—preguntó uno de los humanos
— ¿Crees que alguien creerá en lo que acabamos de ver?— dijo otro— No hay que contar nada de esto, solo decir que los encontramos desprotegidos y es todo.
Los humanos salieron de la casa y decidieron volver al campamento de estudios, los pingüinos merecían regresar a su hábitat natural.
— ¿Dónde los hallaron?—cuestionó Steve al ver a los pequeños
—Camino a casa ¿podemos liberarlos ya?
—Son muy pequeños, y no tienen padres, me temo que no podrán sobrevivir solos, tendrán que vivir en cautiverio, conseguiré algo en un buen zoológico para ellos, son tiernos y merecen especial atención por su edad.
El hombre tomo un teléfono y comenzó a conversar con personas distintas, según los presentes pudieron saber, después de media hora de espera, el hombre tenía noticias, favorables para los descubridores de esos pequeños y lamentables para los pingüinos.
— ¡Conseguí el mejor! ¡Se van a Nueva York!
— ¿Qué es Nueva York Skipper?— cuestionó Cabo
—Es una ciudad, muy habitada por cierto— respondió Kowalski en tono serio
—Pero ¿Qué haremos en un lugar como ese y nuestro hogar?—cuestionó con tristeza el pequeño mientras observaba como sus hermanos y él eran obligados a entrar en una caja oscura— Skipper, no quiero alejarme de ustedes.
—No nos alejaremos, estaremos juntos, es una promesa y yo jamás rompo mis promesas
— ¿Na-vi-dad?—pronunció Rico
Skipper palideció un poco, pues recordó que también había prometido que les daría una navidad perfecta en familia a sus hermanos, y esta nueva situación amenazaba con arruinarla, no tenían un hogar, ni decoraciones ni sardinas para comprar. —Si Rico, también prometo que tendremos una excelente navidad.
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Volando a casa para Navidad
FanfictionInspirado en la canción "Flying home for Christmas" de Black and White Christmas Album interpretado por los Pingüinos de Madagascar, esta historia tiene como objetivo mostrarte una tierna aventura que te enseñara lo que la Navidad significa. Acompañ...