Suena mi teléfono y descubro que un nuevo día está esperando por mí. Levantarme, ducharme, preparar mi desayuno e ir a la escuela seria mi habitual rutina, en cambio decido cambiar. cepillo mis dientes y mientras lo hago noto en mi reflejo como los vellos de mi barbilla exigen a gritos que los rasure, ignoro eso y sigo con mi plan.
Mientras camino por el parque decido estudiar a cada una de las personas que allí están, ancianos cansados de serlo, niños que solo anhelan seguir jugando todo el día y jóvenes enloquecidos por crecer.
Entre tantas personas inconformes con su estilo de vida la noto a ella. Su blancura es casi angelical y las negras hondas de su cabello bailan con cada paso que da; puedo notar como prefiere ignorar lo que pasa a su alrededor, sumergiéndose en otros universos cuyo portal son sus notables audífonos. Sólo sigo su camino y termino rodeando el parque una y otra vez.
Voy observando el amanecer al mismo tiempo que noto como se achican cada vez más aquellos benditos metros que me separan de aquel castigo denominado "escuela".
Al llegar me encuentro a Dylan, quien al igual que yo está un tanto desubicado respecto a las clases, "por algo somos mejores amigos" -pienso- . Entramos a nuestra clase de álgebra y como de costumbre vamos a nuestros ya reservados puestos de atrás, quien diría que ser el "amor" de tantas chicas tontas me traería tantas ventajas, ¿cómo pueden ser tan gentiles con alguien que ni siquiera les ha agradecido alguna vez?...
Es la hora de almuerzo, nos dirigimos al comedor y nos encontramos con el resto de los chicos, este es el tiempo donde no nos cansamos de molestar a todo chico nuevo del primer año o a los "sabelotodo" que pasan cerca de nuestra mesa.
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TRES PUNTOS SUSPENSIVOS
RomanceÉl Christopher Verlander, un agraciado joven cuyo carácter le hace tener menos amigos de lo que piensa y le permite obtener menos beneficios que cualquier otro. Ella Amy Parker, cuyas posibilidades van más allá de lo que imagina y tiene la convicció...