Mientras observo cada mesa del comedor mi mirada se detiene casi con autoconvicción en un punto, es ella, la chica del parque, intento dejar de mirarla pero sus intensos ojos cafés dirigidos a la nada y su apariencia casi perfecta me lo impiden. ¡Por Dios Christopher!, debes controlarte, nadie debe notar que aquella extraña chica aparecida casi de la nada se metió en tus sueños y tus pensamientos desde aquella mañana en el parque, se supone que esto no te pasa, ¡no a ti! –Pienso-.
En un Instante noto como su mirada y la mía se cruzan en un segundo casi eterno en el cual los dos luchamos por evadirnos, y es que ni siquiera se su nombre, algo aún peor, ella ni siquiera sabe que existo.
Sigo simulando comer y estar atento a las malas bromas de mis amigos mientras suena la campana indicando que debemos volver a nuestras clase.
Entro a mi siguiente clase buscando su mirada en cada par de ojos que encuentro en el salón. No está allí. Dylan me espera con mi asiento apartado, junto con Monic, Susan y Patrick, tal como siempre lo hacemos.
¡Es viernes! Dice Susan con voz alegre y un "¿A dónde iremos?" camuflajeado en ella, mientras Patrick y Dylan se miran y dicen al mismo tiempo ¡es noche de motocicletas en el River Place!
El plan estaba hecho, Patrick iría con Susan, Dylan con Monic y yo... creo que tendría que revisar entre mi lista de chicas no interesantes y escoger una al azar, total todas estaban siempre disponibles para Christopher Verlander.
Entro a mi cuadro y comienzo a repasar el directorio de mi teléfono, ni siquiera recuerdo la cara de alguna así que cuento el contacto número 8 y marco llamar. Confiado en que recibiré un si como respuesta.
Enciendo mi motocicleta e inicio mi camino hacia la casa de Samantha, intento disfrutar mi soledad mientras el viento resopla fuertemente sobre mi rostro, puedo sentir entonces lo que es realmente la libertad, admiro la noche y su luna mientras noto que ya estoy frente a su casa. Usa su habitual falda corta y blusa con escote, ¡otra chica totalmente básica!, que no quiere nada más que presumir andar con nada más y nada menos que con Christopher Verlander .
–pienso-Al llegar al River Place nos encontramos todos e inicia la noche. Intento prestar atención como todos los demás a las aparentemente interesantes historias de Samantha pero sinceramente me siento como si estuviese en una charla escolar.
Dejo al grupo y decido ir a hacer algo más interesante e ir a comprar un par de tragos, después de todo mi noche debe mejorar de alguna manera.
Entre los fuertes sonidos de las personas, la música y motocicletas, mi cabeza está a punto de estallar.
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TRES PUNTOS SUSPENSIVOS
RomantiekÉl Christopher Verlander, un agraciado joven cuyo carácter le hace tener menos amigos de lo que piensa y le permite obtener menos beneficios que cualquier otro. Ella Amy Parker, cuyas posibilidades van más allá de lo que imagina y tiene la convicció...