Cae la tarde y decido ir al River Place y tomar unos tragos... no olvido que allí estará Amy y que posiblemente tenga que decirle por lo menos una palabra, pero después de todo, no fui yo esta vez quien dejó plantado a alguien.
Llego al lugar y me dirijo directamente a la barra, y como esperaba allí esta ella, pero a diferencia de la última vez, viene hasta mí a tomar mi pedido, luce tal como siempre lo hace, y creo que eso comienza a gustarme un poco, sin embargo eso no influye en que mi tono de voz sea un tanto duro.
En un instante ella vuelve a entregar mis tragos y yo sólo la miro y le agradezco mientras observo a un grupo de chicas sentadas a unos metros de mí.
Ya han pasado un par de horas y decido volver a casa, pago la cuenta y mientras salgo de aquel lugar siento una delicada pero nada débil mano tomar mi antebrazo y llevarme hacia ella.
Me encuentro en la pista de carreras, la cual ya está cerrada y por lo tanto solo estamos los dos aquí. El frio de la noche logra traspasar mi chaqueta de cuero y el fuerte viendo hace mover el cabello de Amy de una manera casi hipnotizante.
La verdad estaba muy confundido, ¿Qué se supone que tenía yo que decir ahora? O mejor ¿Qué se supone que me diría ella después de plantarme?, decido solo mirarla y esperar que sea ella la que se encargue de romper el silencio y explicarme que sucedía.
Muy bien –Dice Amy- supongo que debo pedir disculpas por lo de anoche, pero vamos Chris, ¿De verdad creíste que soy la clase de chica que iría hasta tu casa solo para compartir una pizza contigo?...
intento no responder nada pero mi yo interno me gana la contienda.. Después de todo –Digo- no fui yo quien te dejo su número dos veces escrito pidiendo casi a gritos que te llamara, discúlpame tu a mí Amy, por intentar seguirte la corriente y tratar de entender que rayos pretendes.
El silencio vuelve a tomar protagonismo por unos minutos mientras Amy aclara su garganta y reacciona. Sólo es que.. –ella intenta continuar- te había notado en la escuela desde antes del parque, después de todo, eres Christopher Verlander y todos lo saben. Pero hasta entonces, solo eras otro chico estúpido encargado de hacer pasar malos ratos a chicas tontas e ilusionadas.
Aquella mañana en el parque –continua- sin embargo, sentí que no eras tú, es como si esa mañana se hubiese despertado el otro lado de ti.
Y aun así, no llegabas a estar ni siquiera cerca al tipo de chico que me interesaría...
Me encuentro entre sorprendido e indignado por la manera en que me define, sin embargo siento que hay algo más... estas palabras esconden otra cosa, algo tuvo que cambiar para que su razón le permitiera colocar su número en aquella factura y luego volverlo a poner en aquel papel en mi motocicleta.
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TRES PUNTOS SUSPENSIVOS
RomanceÉl Christopher Verlander, un agraciado joven cuyo carácter le hace tener menos amigos de lo que piensa y le permite obtener menos beneficios que cualquier otro. Ella Amy Parker, cuyas posibilidades van más allá de lo que imagina y tiene la convicció...