4. Walkie-Talkie

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- Joder. -gruñó Daryl al ser interrumpido. -espero que sea importante.

- Daryl, ¿estás ahí? - dijo Rick con desesperación.

- Sí, ¿qué pasa?. - dijo Daryl con un tono preocupado.

- Maggie está muy mal, y tememos que su bebé también lo esté, vamos a ir a Hilltop.

-¿Quién más va?

-Eugene, Abraham, Carl, Rosita, Sasha, Glenn, Aaron, Michonne, tú y yo.

- Yo también iré. - dijo (T/N)____ apretando el botón del walkie para que Rick la escuchase.

- No, tu no irás, estás mal de la mano, y no quiero que empeores si pasa algo.- dijo Daryl a lo que Rick le dió la razón.

- Por favor, dejadme ser útil para la comunidad, he estado tres semanas viviendo en el bosque sola, hambrienta y sedienta, se cuidarme y un esguince en un dedo no me va a impedir poder hacerlo.

- Vale, pues en diez minutos os quiero ver en la puerta. - dijo Rick serio.

   Subí a mi habitación para cambiarme de ropa, me puse unos vaqueros, una sudadera de manga larga y una chaqueta, el pelo me lo recogí en una trenza de raíz, ya que era muy rápida de hacer y muy práctica.

   Ya habíamos salido hacia Hilltop, y había un silencio algo incómodo en la caravana.

- Chicos, ¿por qué estáis tan tensos?, quiero decir, es sólo una visita a Hilltop y vosotros ya habéis ido alguna vez.

- Ya, pero no habíamos matado a la mitad de los hombres de un grupo que podría acabar con nosotros perfectamente. - dijo Abraham desde el volante intentando sonar lo más obvio posible.

- Y si es más numeroso que vuestro grupo, ¿por qué lo hicisteis?- dije intentando buscar razones.

- No lo sabíamos.... hicimos un trato con los de Hilltop, si acabábamos con todos los salvadores ellos nos darían la mitad de sus provisiones durante dos meses en muestra de agradecimiento, pero no acabamos con todos y Negan, el líder, está al acecho. - dijo mi precioso amigo coreano con paciencia y detalle.

- Por eso estamos siempre alerta. -dijo Maggie tosiendo.

- Xxxxxt, Maggie no hagas esfuerzo en hablar y duérmete que tienes que recargar energías. - dije dándole un beso en la frente mientras le acariciaba el pelo. 

- Gracias. - dijo ella sonriendo para después cerrar los ojos y dormirse cuando le puse un paño de agua fría en la frente.

- Muchísimas gracias (T/N)____, Maggie y yo habíamos pensado en preguntarte si te gustaría ser la madrina de nuestro bebé - dijo Glenn dándome la mano y acariciandome con su pulgar. - Igual piensas que es un poco precipitado, pero nos has caído muy bien y pensamos que sería una buena forma de que cogieses confianza.- me miró a los ojos esperando una respuesta. - Y bien, ¿qué me dices?

- ¡Siiiii!, muchísimas gracias de verdad. - dije llenando de besos a Glenn haciendo que todos me mirasen.

-¿Ha dicho que si?- dijo Maggie con una voz débil.

- Sí. - dije repitiendo mi ataque de besos con ella pero esta vez con más delicadeza.

- Daryl, no te pongas celoso, tú vives con ella y la tienes siempre que quieras. - dijo Glenn riéndose.

- A saber lo que habrán hecho. - dijo Rick moviendo sus cejas de arriba a abajo.

- Papá. - dijo Carl negando con la cabeza y haciéndonos reír a todos.

- Esto no os va a hacer mucha gracia. - interrumpió Abraham refiriéndose a la carretera.

- Da la vuelta. - dijo Rick sin paciencia.
   Ya nos habíamos cruzado tres veces con los Salvadores y sólo nos quedaba un camino por el que no habíamos ido para llegar a Hilltop.

- Abraham, ¿crees que tenemos salida?- dije queriendo pensar que su respuesta fuera positiva.

- No. - dijo concentrado en el puro que se estaba fumando. - ¿Tienes miedo?- dijo apartando la mirada de la carretera para posarla en mis ojos.

- No, pero me preocupan los demás, me preocupais.- dije tragando saliva.

- Tranquila, no pasará nada, esos hijos de puta van a acordarse de nosotros y no va a ser bien, te lo aseguro. - dijo dándome un puro sin empezar.- éste es el puro de la victoria, hasta que no ganemos a los Salvadores, no te lo fumes, y si muero, te regalo mis puros gnomo de jardín.

- ¡Oye! - dije dándole un puñetazo cariñoso en el hombro.

- ¡Qué floja eres! - dijo riéndose.

   Pero nuestra felicidad no duró mucho. Frente a nuestra caravana habían unos cien salvadores y justo en el centro una caravana donde se suponía que estaba Negan.

   Al bajar todos los Salvadores silvaban haciendo que el ambiente fuese tenso.

- Hola, soy Simon, la mano derecha de Negan. Simon dice que dejéis las armas en el suelo.

   Todos miramos a Rick, y este nos asintió en señal de asentimiento.

- Ahora conoceréis al temido y todopoderoso Negan, con todos ustedes.... - tocó a la puerta de la caravana de donde salió un hombre. - ¡Negan!

   El hombre llevaba un bate de béisbol con pinchos y llevaba una chupa de cuero negra, pantalones grises, botas negras y un pañuelo rojo.

   Todos nos encontrábamos arrodillados en fila, esperando con miedo a lo que nos dijese.

What A Dixon Needs (Edición lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora