Treinta y cuatro: Miedo.

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Japonés = Negrita.

Inglés = Cursiva

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Era la primera vez que salía del trabajo antes de tiempo luego de recibir esa llamada tan alarmante de la madre de Rin; corriendo bajo los anaranjados árboles que de a poco iban dejando caer sus hojas en los suelos podía sentir como su corazón estaba a punto de salirse de su pecho.

Waratah había empezado a trabajar en una radio alrededor de hacía tres meses, cuando le hicieron la entrevista le dijeron que era perfecta para el puesto, siendo extranjera sin duda no conocía a las bandas famosas que frecuentaban la radio para entrevistas o grabaciones, ya habían tenido problemas con sus empleados principiantes que no paraban de acosar a las celebridades o que seles quedaban viendo y olvidaban sus tareas. Waratah sin duda era perfecta para el puesto, el trabajo no era demasiado difícil, hacer copias de papeles, preparar café, hacer pedidos por teléfono,enviar algunos e-mails, nada que no pudiera hacer con anterioridad;su senpai, una mujer de alrededor treinta y cuatro años llamada Hino le había dicho que probablemente lo que era más estricto en su trabajo era aprenderse qué clase de café tomaba cada una de las personas que se quedaba en la radio por la noche, lo cual no fue demasiado difícil ya que si eran seis personas en la noche era demasiado.

No podía quejarse de su trabajo, pero había algo en especial que le molestaba, entraba a las cinco de la tarde y salía a las cinco dela mañana, lo cual significaba no ver a Rin en todo el día. El pelirrojo salía de su entrenamiento casi a las seis de la tarde y sólo en la mañana tenía tiempo para hablar un poco con él antes de que se fuera ya que entraba a las siete. Aunque Rin le decía que fuera a dormirse de inmediato ella simplemente no podía, no lo veía en todo el día por lo que se obligaba a sí misma a mantenerse despierta un poco más para poder conversar mientras desayunaba.

Como todos los días Rin partió a su entrenamiento muy temprano luego de platicar un poco con la joven Heartnet y ella se fue adormir justo después. Se levantó un poco pasada la hora del almuerzo y se preparó la ropa para irse a duchar, recorrió la casa con los pies pegados al suelo sin tener las fuerzas suficientes para levantarlos y se dirigió a la cocina, como esperaba al abrir el refrigerador vio una bandeja con comida preparada que había dejado el chico la noche anterior. Cada vez que veía la comida que Rin le dejaba le daba rabia no poder almorzar ni cenar con él, era por eso que sin duda no iba a dejar que se fuera a la mañana sin haberle visto primero.

Terminó de bañarse y se comió su comida rápidamente al darse cuenta que se le habían pasado los minutos, al llegar a la radio saludó a la chica de la recepción como siempre y luego se dirigió al segundo piso que era donde ella trabajaba. Su compañera que estaba a punto de irse la saludó con la cabeza y luego la vio desaparecer en el ascensor. Hino se acercó a ella y le dio unos papeles, indicándole que necesitaba ocho copias de cada uno, que se asegurara de ponerlos en una carpeta y que las dejara en la sala de conferencias, cada uno frente a una silla, evidentemente habría una reunión luego.

Apenas el cielo empezaba a cambiar de color cuando su celular vibróen su bolsillo, sorprendida pero alegre de ver el nombre de la madre de Rin en la pantalla abrió el mensaje velozmente para que nadie la sorprendiera en su minuto de holgazaneo.

"No te asustes pero Rin está en el hospital".

Una frase que sin duda lo primero que hizo fue asustarla, comenzó a ver hacia todos lados frenéticamente sin saber qué hacer, tenía que salir en ese mismo momento, pero no podía dejar su puesto,quería ver a Rin, necesitaba verlo. Sin darse cuenta escondió el teléfono al ver como Hino-senpai se acercaba a ella, la mujer vio el rostro pálido de Waratah e hizo una mueca de preocupación, la agarró de un brazo con cuidado y la miró a los ojos, notó que la joven respiraba con dificultad y la llevó a su oficina para hablaren privado.

A mi lado「Matsuoka Rin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora