Cinco: Chocolate.

766 62 17
                                    

Cursiva = Inglés.

Negrita = Japonés.

...

Russell se levantó junto con su esposa y compartieron un café. El hombre fue a comprar el periódico mientras la mujer intentaba levantar a Rin, si bien ese día no tenían escuela por ser Viernes Santo, quería que cuando su amiga llegara a su casa estuviera despierto, ya que Russell iba a ir por ella de pasada cuando regresara de comprar.

Sin embargo, Rin no despertó.

Russell entró a la casa acompañado de la niña; a Lori le costó un poco reconocerla porque ésta llevaba una bufanda que le cubría la mitad del rostro y un suéter tan grande que parecía de su padre.

¿H-Hace frío fuera?—preguntó la mujer rubia con un poco de gracia. La niña rió suavemente y se quitó la bufanda.

¿Rin, dónde está?—Lori cruzó la mirada con su esposo que sonreía divertido.—¡¿Eh?! ¿Todavía no se despertó?—la pequeña suspiró, enfadada—¿Está bien si lo despierto?

Lori aceptó la propuesta de la niña, sentía que algo muy divertido iba a salir de aquello.

Waratah subió las escaleras y recordando cual era la habitación del pequeño desde la última vez que había estado allí, entró sin tocar. Rin estaba tapado con las colchas hasta la cabeza.

Russell y Lori no pudieron evitar seguir a la niña para ver que método usaría.

¡¿Por qué todavía duermes?!—chilló la niña, pero Rin dormía profundamente. Waratah chasqueó la lengua y tomando un poco de carrera se tiró sobre el niño que al sentir aquél peso despertó al instante por la falta de aire.

Los dos adultos regresaron a la cocina mientras reían encantados con la pequeña. Rin se sobó la cabeza y miró adormilado a la niña que estaba frente a él, quién tenía una expresión de enfado que no le había visto nunca.

Waratah bajó las escaleras luego de darle un golpe en la cabeza a Rin, iba a esperarlo en la cocina y también esperaría a que terminara de desayunar. Ella ya se lo había advertido, tenían que ponerse a estudiar; Waratah había llevado un par de libros y un cuaderno específicamente preparado para anotar todo lo nuevo que aprendería en japonés.

A pesar de que Waratah estaba muy entusiasmada con estudiar tuvo que esperar hasta después del almuerzo, pues Rin se había levantado demasiado tarde y ya no era hora de desayunar.

¿Por qué te cuesta tanto levantarte?—se quejó Waratah, pero aquella pregunta era sólo un comentario al aire. Rin bajó la vista avergonzado.

El pelirrojo no sabía si debía decirle lo que realmente había pasado. Desde que la niña le había pedido quedarse en su casa a Rin le había inundado una enorme curiosidad, sobre todo porque en el mensaje no parecía la misma enérgica Waratah de siempre y debido a eso se había quedado despierto toda la noche, pensando en qué podría sucederle a su amiga.

Luego de almorzar Rin y Waratah se encerraron en el cuarto del niño a estudiar. Rin pensaba que ella se estaba tomando muy en serio el querer estudiar japonés pero cada vez que intentaba ayudarla con la pronunciación ella se reía a carcajadas, como si le estuviera tomando el pelo.

¡Ya, lo siento!—intentó disculparse Waratah, mirando al niño mientras se tapaba la boca para evitar que otra carcajada saliera.—No era mi intención, pero nunca pensé que el japonés fuera tan diferente del inglés...—Rin la miró un poco enojado.

No tienes que tomártelo en serio si no quieres...

¡Qué estás diciendo!—la niña se acercó y le dio un golpe en la cabeza—¡Quiero aprender! Algún día iré a Japón y quiero poder comunicarme.

A mi lado「Matsuoka Rin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora