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-Pobre hombre, el de ayer en el café. -dijo Evelyn a su madre, que yacía recostada en su cama, viendo su celular, pero atenta a lo que su hija decía; veía una noticia, más muertes.

-Si...

-¿Cómo se llamaba?
Eva dejó el celular a su lado, se sentó en el borde de la cama (estaba sudando), sacó una libreta del primer cajón del buró que se encontraba al lado de ésta y la abrió en una hoja marcada.

-Heart, Joel. ¿Por qué?

-¿Mencionó el nombre de su esposa?

-No tenemos anotado nada, supongo que no. -suspiró. -Odio esto de olvidar cosas.

-Lo sé, madre, lo sé. Está bien, gracias de todas formas.

Evelyn encendió su computadora, se sentó frente a ella y cuando prendió, abrió una aplicación y tecleó el nombre de Joe.

-H-E-A-R-T, J-O-E-L

-¿Tienes que deletrear siempre los nombres en voz alta? -se quejó Eva.

-Lo siento, no puedo evitarlo.

No hablaron, en la habitación se escuchaban los tecleos de la mujer y unos silbidos que se producían producto de la respiración de Eva. Evelyn escuchó aquellos silbidos, se detuvo en sus tecleos y dijo:

-¿Segura que estás bien? Esos silbidos no son normales.

-Soy vieja, hija, estoy bien.

-No eres tan vieja, mamá.

Ambas rieron. Evelyn regresó a la computadora y después de unos minutos volvió a detenerse, había encontrado lo que buscaba.

-Su esposa se llamaba Ámbar Colorfly, y su funeral es hoy, dentro de... -revisó la hora. - tres horas, a la una de la tarde.

-Hey... No me digas que estás pensando ir.

-¿Por qué no ir?

-No les conocemos, sus asuntos no nos incumben.

-Lo sé, simplemente siento compasión por él, nosotras pasamos por algo parecido.

Su madre suspiró. -Espero que sepas lo que estás haciendo.

La familia de Ámbar durmió en el departamento de Joe, no hubo problemas por el espacio, pues había bastante.

Ya en casa, Erick durmió en el sofá, Joe ocupó la cama, abrazando bajo las sábanas el vestido de Ámbar; sacarlo de su departamento fue sencillo, lo guardo en una bolsa grande y sobre este colocó algunas sábanas, con la excusa de que hacía frio en el departamento de ellos.

Esa noche, Joe creyó escuchar como ella le decía a su oído: "No puedo dormir", mientras sentía como se acurrucaba con él. Mientras esto ocurría, su amigo lo escuchaba decir palabras inentendibles.

Al amanecer, a eso de las nueve de la mañana, Joe despertó tranquilo, había descansado esas horas de sueño; se levantó de la cama con facilidad y desayunó con Erick, quien estaba despierto desde hacía media hora antes, durante esto, tuvieron una pequeña charla acerca de los sueños, su amigo le contó un sueño que aún no olvidaba (lo había tenido a los diez años). En su sueño, Erick viajaba a través de un mar de nubes, flotaba a la deriva en un barco hasta encontrar una gran torre, no recordaba cómo era, sólo que entraba y ahí encontraba un barco de papel, sólo eso.

Habiendo terminado de desayunar, se prepararon para el funeral, ambos vistieron de traje, el de Joe era negro, una camisa blanca y una corbata roja. Erick vistió de un traje azul marino, una camisa beige y una corbata negra.

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