Capitulo 1_ Familia y Nostalgia.

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Su auto era igual que él. No me sorprendía en absoluto que gastara horas y miles de dinero en arreglar esa chatarra.
Sabía que para llamar la atención tendría que hacer el Gost; Coloqué mis gafas oscuras en mis ojos y los visores crearon la atmósfera perfecta. Arranqué la 2.65K y me dispuse a realizar mi maniobra.
El motor de mi motocicleta rugió y salí disparada.
Estos imbéciles sabrán quien es Sabrina Allow.
-Bri... Estamos listas.- La seriedad de Anne me hacer reír. Pero me centro en mi objetivo: Bruno D.
-Muy bien.-Contesté, olvidando a mi amiga. La sirena de policía sonó. Era mi señal.
Todo el mundo estaba alerta, la mayoría tenía armas escondidas y apuntaban en caso de peligro. No necesité preocuparme ya que Hatty y Mey estaban como tiradores, y me cubrirían la espalda. Si o si.
Todos se quedaron un habla al verme. Claro que mi cara estaba cubierta por el casco blanco, en conjunto con mi vestimenta, pero aún así, todos me conocían. Escuché la sirena apagarse. Mi sonrisa no podía ser màs grande.
El niño rico de papi salió para encontrarse conmigo, frené de golpe y cree una tormenta de arena, cegando a todos momentáneamente.
-Fase uno, completa.-Amaba los informes de Anne, pero mi animo de calló al suelo cuando...-Bri, Allen sabe quien eres?.- Fruncí el ceño.
-Negativo.-Mi voz era sombría. Olvidé todo por un instante, pero volví a sentrarme. No podía distraerme. - Iniciando fase dos. Hatty...-Ella era mi refuerzo por si acaso.
-Si?
-Azme un favor, cuando el grnadote detrás de Allen intente dispararme... Perforale la oreja.-Escuché su risa, lo que tomé como un si.
Sabía que Bruno Darlyk era el más ambicioso canalla hijo de... Su madre. Pero no creí que Allen se les uniera. Después de todo... seguía siendo mi hermano.
El se acercó y quedó a tres o cuatro metros de distancia. Su sonrisa arrogante me hizo odiarlo más, pero le daría su merecido.
-Que es lo que quieres?- Preguntó Bruno al ver que Allen no hablaría. Pensé mis posibilidades, y la segunda era la que más me gustó.
Me bajé de mi motocicleta y caminé por el silencio de ultratumba que me rodeaba. Metí mis manos en mi jaketa y los visores me advirtieron de lo que yo ya sabía.
-Listo.-La voz de Hatty sonó asesina, y me satifació el escuchar el grito de dolor del gardaespalda.
-Creí aberte dicho la ultima vez que te vi, que si alguno de tus matones intentaban lastimarme... Lo pagarían caro.-Dije con voz divertida. Hace mucho que no veia a los allí presentes. Así que hice una lista mental, los fui viendo uno a uno. -Austin, Lía, Amber, Nayl, Suliban. Es bueno verlos. Vivos.- Me quité el casco y mi melena calló por mis hombros. Fui consciente de que todos lo que estaban ahí me rodeaban, en un circulo, pero nadie tocaba a mi bebe blanco. Mi motocicleta era sagrada, y ellos lo sabían muy bien.
-Quien eres?- Preguntó una vocesita. Mi cabeza se giró violentamente en busca de esa voz, y vi a una pequeña de rojizos cabellos y ojos tan azules que ni el cielo se le comparaba asomaba su cabecita, una mujer estaba detrás de ella, la tomó en brazos cuando la vi. Allen eligió bien.
Me giré hasta donde él estaba y vi su mirada de advertencia, reí y caminé hacia él.
-Es linda. Tu familia, me refiero.- Lo pensé un segundo y puse fin a este absurdo juego.- Agamos un juego.
Vi desconfianza en su mirada y me ofendió que pensara que podría hacer trampa.
-Dime quien eres.-Puso su voz de macho dominante que resonó por todo el maldito callejón. Iba a responder, pero la voz de Mey me interrumpió.
-Ten cuidado, Bri.-Era la voz de repreoche de una hermana mayor. Y aunque ella no participara mucho de esto, yo y todas sabíamos que cuando ella decía algo... Se respetaba y se cumplía.
-Soy una conocida, tendrás que conformarte con eso. Así que esta es mi propuesta...-El asintió, por lo que asumí que había ganado. -Una carrera, por la gruta del Escorpión.-Me encojí de hombros.-Entrada libre claro, cualquiera puede participar. Después de todo, lo Allow mantenemos la igualdad... O no?- Escuché el gruñido de las chicas en protesta, pero había pasado demasiado tiempo en la oscuridad. Ya era hora de salir.
-Allow? Eres una Allow?-Preguntó mi ex amiga, Lía.
Reí al saber que solo mi hermano sabia quien era, suponía eso al menos, no podía ser tan estúpido.
-Raro, no? Ahora, quien se apunta?-Pregunté, no quería irme por las ramas. Había venido para algo, y no me iría sin conseguirlo.
-Yo.- La voz de Bruno me complació más que cualquiera. Varios se apuntaron, lo que me sorprendió fue que Allen se fuera. Tampoco veía a mi sobrina ni a mi cuñada por ninguna parte. Dejé eso de lado, Bruno Darlyk era mi punto fijo ahora.
-No te importa que valla en mi motocicleta, verdad?-
-No.-Una respuesta simple, pero era lo que necesitaba.
Corrí con velocidad y me coloqué mi casco, ya encima de mi baby white, le hablé a las chicas.
-Fase dos, completada.- Escuché el Bip que me indicaba que lo habían escuchado. Hatty habló con voz agitada.
-Posiciones listas, fase tres iniciada. - Ya debían de estar ubicadas por los puntos, para protegerme.
-Bien. Hora del show, chicas.- Dije para aligerar un poco el ambiente. Y funcionó, Hatty y Anne rieron bajo, Mey soltó una maldición y susurró: Yo pago la primera ronda. - Sonreí.
Arranqué y me coloqué en la meta de salida, al tiempo en que los demás también lo hacían.
El viejo equipo reunido para las carreras, como en los viejos tiempos. - Pensé.
Pero mi nostalgia fue interrumpida por la ira, la ira pura.
Un auto se estacionó a mi lado. Era el auto de papá. Y Allen lo conducía.
Una chica de quince o catorce años se colocó y sacó una bandera, no me permití sentir pena por ella.
Fui la primera en salir, no lo dudé ni un segundo. El objetivo no era ganar, era quitarle algo a Darlyk. Y de paso, golpear a Allen.
Amber conducía su ferrari rosa junto con Lía. Suliban y Nayl en otro negro.
Bruno y Allen me pisaban los talones. Doblé en la primera curba y le dije a Mey que estaba lista. No me detuve a esperar respuesta, pero si escuché la confirmación de los hechos.
Amber y Lía estaban fuera.
Casi llegábamos a la gruta del Escorpión, mi salida.
Hatty ya esperaba mi afirmación. No se la pude dar, ya que una bala me rozó la cabeza. Maldecí y casí vuelco. Bruno me las pagaría.
Los visores me indicaron que mi amiga lo había echo sola, agradecí a que ella era buena improvisando.
Suliban y Nayl no tuvieron suerte.
Solo quedábamos tres. Allen en el fondo, Bruno en segundo lugar y yo a la cabeza.
Solo recé para que mi baby resistiera un poco más.
Estábamos listas; maniobré para conducir de espaldas y quedar cara a cara con Darlyk; Hatty y Anne la dispararon en las ruedas traseras y yo en las luces delanteras, frenó de golpe, tratando de no morir. Golpeó el auto de Allen... El de Papá, y ambos frenaron. Solo esperaba que mi hermano no sea tan idiota como para estropear todo.
Cuando me volví hacia el camino di media vuelta y esacioné frente al auto magullado de Bruno. Levanté el capó y observé, entre la nube de humo, el brillo característico de la tecnología ilegal. Lo quité con cuidado de que no explotara y vi a mi equipo salir de entre los árboles de la montaña y apuntar ambos autos.
Bruno estaba inconsciente, Allen no.
Le entregué el artefacto a Mey y me aproximé hacia el cuerpo golpeado de mi odioso hermano. Hatty y Anne lo tenían atado con esposas.
Me quité el saco y los lentes; me quedé observando una cara tan familiar como la mía.
-Hola.- Dijo, un hilo e sangre salió de su boca al hacerlo. Me acerqué hacia él y le acaricie la mejilla. Me pregunté cuantss veces lo había visto así: lastimado y esposado. Parecía confundido. Pero yo no .
-Hola.-Gruñí. Y mi puño se estampó contra su mandíbula. -Que crees que haces con el auto de papá?- Su cara se giró para verme. Ahora tenía el ojo morado.
-Yo no fui el que casi lo destruye hace cinco minutos. -Escupió con descaro.
Mi puño no se resistió, un golpe, dos, tres... Mey me apartó y miró hacia nuestro hermano con odio.
Los ojos de Allen se abrieron de para en par, e iba a decir algo pero mi hermana lo calló.
-Juro por Dios, Allen, que si no fueras mi hermano ya te habría matado. - Me apretó más contra sí y nos alejamos del pasado. De él, del dolor. De todo.
-Siguen siendo familia. -Susurró con la voz débil.
Y eso me hirió más que una puñalada. Solté una carcajada sin humor y me giré para verlo. Anne y Hatty se alejaron, dejándonos a nosotras desahogarnos. A mi, al menos.
-Familia? Que significa eso para ti? Personas que te cubren la espalda y que luego abandonas con su suerte? -Apunté a mi hermana que miraba al suelo con los ojos brillosos. - Sabes al menos cuanto pasamos? No. Pero claro que no, si a ti lo único que te importa es el dinero, el sexo y drogarte a más no poder. -Respiré hondo, tratando de no llorar, y no ver a los ojos a la personas que una vez quise más que nada. -Eres nuestro... Eres mi hermano, mi otra mitad... Y tiraste todo a la basura, así que no nos juzgues. Hicimos lo que pudimos mientras tu tenías la vida de rey. No voy matarte ahora, no por ti. Si no por la niña que tienes, porque ella no tiene porque sufrir las mierdas de su padre. Cuidala, Allen. Mucho. Porque es lo único bueno que tienes en la vida. - Le di la espalda; Y nos fuimos lejos, muy lejos. Sin mirar atrás, pero con el corazón echo cenisas.
Dos horas después, luego de recibir las felicitaciones del Jefe y de todo el cuerpo policial... Cumplimos con lo prometido.
Fuimos al 'Jou and Jess' y tomamos nuestras frustraciones, los dolores y tristezas en litros de cerveza. Era viernes, y descansaría de mi pasado todo el fin de semana. Al menos por un tiempo.
La música a todo volumen y bebidas alcohólicas era el único panorama que encontré. Reconfortaba, de alguna manera.
Bailé hasta que me ardieron los pies y tomé hasta que no veía con claridad. Hatty me llevó hasta mi casa y me derrumbé en mi cama. Para mi suerte, estaba lo suficientemente cansada como para pensar en lo triste, sola y agotada que estaba. Mi vida era una mierda.

Vivir Para ContarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora