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Llegué a mi casa y entré a mi pieza volando, con cuea' saludé a mi mami y a mi perrito. Prendí el notebook y me desesperé buscando algo, me sentí un depravado, pero lo necesitaba.

Me puse a ver hentai con la mayor cantidad de tetas posible.

No me pude concentrar, tampoco es como si tuviera mucha trama, pero la imagen de la espalda de JiMin no se desaparecía de mi cabeza. Empecé a crear teorías. JiMin es más bajo de altura y su contextura es más pequeña, entonces la curvatura entre el cuello y su espalda llega a ser casi sensual, como la de una mina. Me metí, a duras penas, que esa era la razón de todo el calor y cosquilleo que me transmitió JiMin en ese momento.

Al otro día lo fui a buscar a la sala, ya que Padilla me hueveó por mensaje, toda la mañana, de que no dejara solo a JiMin. Me lo encontré sentado en los primeros puestos, al medio. Tenía la mochila arriba de la mesa y creo que buscaba algo.

— Hola, JiMin. ¿Cómo estay? — Me agaché para quedar a la altura de su cabeza. Me miró al instante y me sonrió.

— ¡JungKook!

Su carita era tan tierna, sus cachetitos tan apretujables. Me sentía mal por haber tenido un pensamiento sucio sobre el. Bueno, ni fue tan sucio, pero gusto verle un poco mas de cuero.

— Estoy bien, gracias. Estaba buscando jugo que mamá me envió. ¿Quieres acompañarme a comprar al...? — Se quedó callado, creo que en blanco, como buscando la palabra.

— ¿Kiosco?

— Sí

Le asentí. Ya tenía su jugo y su plata en la mano, listo para salir. Caminamos uno al lado del otro hacia el kiosco que estaba dentro del colegio. JiMin daba saludos agachándose a cada profe que pasaba. Me causaba ternura y a la vez...emperramiento.

— JiMin, deja de hacer eso que me poni' nervioso.

— Pero es que aún no me acostumbro a no hacerlo. — Tenía una mueca triste en sus labios. Puta, tenía que entenderle igual.

— Ya, pero inténtalo. Va a ser mejor para ti.

Llegamos al kiosquito y estaba la media zorra. Lleno, pero lleno, tal cual primer recreo en un colegio subvencionado, como yo po. JiMin me miró con culpa y, a la vez, con algo de decepción.

— Te voy a hacer perder todo recreo aquí. Además soy no alto, me va a costar más. — Formó un puchero en sus labios. Cada vez me preguntaba mas si de verdad tenía 18. — Si quieres te puedes ir.

— No — Le respondí al toque — Yo te compro. No te preocupes.

Era mas alto y ya tenía mis tacticas. Me demoré como cinco minutos, tiki taka. Le compré un yogurt de frutilla y morochas, justo lo que me pidió.

Mi vieja me mandó un pan con palta y un jugo de naranja en cajita, mucho amor para mi mami. Nos sentamos en la jardineras a comer, mientras veíamos a los que jugaban a la pelota. Mucha paja jugar a eso en el primer recreo, mas bueno el segundo.

Y como dije, en el segundo recreo que puse a jugar. JiMin no quisó, pero se quedó mirándome desde la jardineras, aveces pescaba su celular. Debió aburrirse, pero pico, metí tres goles.

— JungKook, ¿puedes ayudarme en algo?

Estábamos en el baño. Yo me estaba lavando la cara, la tenía terrible roja por el sol y por andar corriendo. JiMin se acercó hacia con las manos en la nuca y una expresión de molestia.

— Dime.

— Puedes revisarme el cuello, acá atrás. Es que tengo comezón, creo que se me metió algo por la camisa.

Sequé mis manos y me acerqué a él. Tenía todavía el primer botón de la camisa abrochado y la corbata puesta, así que con cuea' cabían mis dedos y no podía revisar bien.

— ¡Oh! — Dijo al notar mi expresión por el espejo — Espera.

Se soltó la cortaba lo suficiente y después de desabrochó los tres prineros botones y...la camisa se le fue a un lado.

"Oh, conchetumare"

Cerré los ojos, los apreté, más bien, y metí mi mano como pude. Encontré que le causaba la picazón, era una hojita. En vola se le pudo haber caído al árbol bde la jardinera donde estaba sentado.

Notó que era por el espejo, puso cara de sorprendido y luego sonrió. Se acomodó toda la ropa denuevo, pero cuando iba por la corbata, lo volteé y lo obligué a mirarme.

— ¡JiMin!

— ¿Qué pasa?

— ¡Vamos al colegio de minas hoy! Queda cerquita, avísale a tus viejos para que no se preocupen. Así conoces mas gente, te presento a unas amigas.

Creo que lo asusté, porque me miraba perplejo y su respiración se sentía rara. Le solté y al tiempo ya se notaba bien. Depravado y ahora agresivo. Como las hueas, Jeon.

— Está bien, me parece buena idea. — Su sonrisa se hizo notoria denuevo.

Ya, si esto no me devolvía mi "normalidad"...no se que huea'

Me cuesta imaginarlo, pero se supone que son así

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Me cuesta imaginarlo, pero se supone que son así. Fetooooos💖💖💖

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