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Bastian observó a la dama sin entenderla.

- Usted me dirá mi señora- hablo Bastian con sus manos a su espalda y con la cabeza a gachas.

- Mañana un sastre vendrá para traerte tu nuevo uniforme.

- Debo usar uniforme para trabajar en el campo?- pregunto confundido.

- Ya no trabajaras en el campo- Bastian levantó la mirada y se encontró con el hermoso rostro de la condesa- trabajaras para mi.

- Soy hombre de campo.

- Sos un esclavo, mejor dicho mi esclavo. Harás lo que yo ordene y desde mañana trabajaras para mi.

- Y que es lo que haré?- pregunto fastidiado por la altaneria de la condesa.

- Lo que yo ordene. Mi chofer, mi burro de carga, mi seguridad, mi am...- Anet cerró la boca rápidamente, estuvo a punto de decir una barbaridad. Por Dios ese hombre la descontrolaba.

- Seré su doncella?- preguntó burlón.

- Si. Hay problema con eso?-  pregunto enojada Anet por el descaro del esclavo.

- No señora.

- Puedes retirarte.

Bastian salió con rabia del despacho del conde. Esa maldita mujer lo convertirá en su doncella. A el siendo macho de campo.
En cambio una Anet nerviosa y con manos sudorosas cambiaba inpasiente por el despacho. Comenzaba a repentirse de la decisión tomada; no podría controlar su cuerpo estando tan cerca de ese hombre.

A la mañana siguiente el sastre llegó a la hacienda para entregar el uniforme del esclavo.
Cuando Bastian observó los uniformes se dio cuenta que se trataban de dos trajes azules con corbatas negras y camisa blanca.

- Señora creo que trajeron mal el uniforme- dijo Bastian a la condesa.

- porque? No es tu talla?

- Señora son trajes.

- Si. Cual es el problema?

- No pienso usar esto. Será suficiente siendo su doncella- palabras decididas salieron de boca del esclavo. Anet no podía creer lo que escuchaba.

- Que? Quién te piensas que eres?!- grito furiosa- harás lo que ordene!

- No los voy a usar- Desafío Bastian.

- llama al capataz- dijo Anet a su doncella y Bastian se tenso. Lo amenazaria con ese desgraciado. El capataz entró a la sala.

- Condesa me ha llamado?- pregunto segundo.

- Que el esclavo se ponga este nuevo uniforme- dijo Anet entregandole el traje al capataz.

- Como ordene señora- sin más el capataz se llevó a Bastian a las caballerías.

Horas más tarde Ante pidió que Bastian se presentará ante ella. Pero ella no imagino lo atractivo y apetecible que se veía el esclavo vestido de traje. Verlo así, la hacía imaginar el estar casada con el, que fuera el y no el viejo conde quien la tocará en las noches.

Pero el rostro de Bastian mostraba enojo, mucha furia y un moratón en el ojo; verlo herido la hacia sentirse culpable pero no podía abandonar su propósito.

La rebelión del esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora