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Mi vida llegaba a su fin, junto a mí se iría mi bebé y en el cielo nos reencontrariamos con su hermanito. Lista para partir, escuché un golpe y una vos muy familiar para mí que me dijo corre estás a salvo, Yoja acababa de salvarme la vida, la gratitud y felicidad me inundaba el alma.

Corrí y corrí junto a los demás esclavos escapando hacia la libertad, por primera vez en mi vida senti la libertad a la cual los esclavos anelaban.
Todos los sobrevivientes marchamos en grupo hasta el momento no había visto a Bastian, sabía que el estaba allí pero no podía verlo y en parte lo agradecia. No fue fácil mi barriga  cada vez pesaba más y la caminata fue larga más de tres días en marcha la comida y agua era escasa supuestamente en el campamento había suficiente, que no lo creí hasta hoy.

Llegamos a un bosque donde habían varias carpas y se encontraban los esclavos que habían marchado con Bastian la primera vez, todos estábamos felices de estar libres aunque no fue fácil tener que despedir a los muertos, y para mí tampoco lo fue, Eva no soporto el viaje, murió en el camino producto a una herida que recibió en la fuga, nunca creí que lloraría por un esclavo a esepcion de Bastian, pero Eva en tan solo unos meses me dio el cariño que mi madre nunca me dio, me mataba ver a Yojan el estaba sufriendo mucho quería acercarme a él y abrazarlo, pero no sé hasta qué punto el lo permita.

-Perdimos a nuestros amigos, por culpa de esos malditos burgueses...yo tengo una idea para vengarlos!!- gritaba Seca unos de los esclavos recién liberado.

-No! No haremos ninguna estupidez, recién pasamos un momento muy complicado, no hecharemos a perder todo por el enojo y dolor- las palabras de un verdadero líder, Bastian, se veía tan fuerte, tan lindo y a la ves dolido Eva también era importante para el.

-Escuchen a Bastian, el tiene razón, el odio no es un buen consejero- maldita mugrosa me toca aguantarte como toda una salvadora.

-Es mejor que siga escondida entre nosotros- me susurró Lana y eso mismo pienso hacer.

Encontré tres días después mi primera prueba, todos comenzaban a limpiarse en el río, todos se veían más presentables, ahora sí yo no lo hacía llamaría la atención, pero si lo hacía era obvio que no podría seguir fingiendo ser una esclava. Pero a Lana se le ocurrió que comenzará a cubrirme la cabeza y parte de la cara con telas y así no lo notarían, ya que era común que algunas lo hicieran.
Era complicado siempre debía cuidarme, pero por el momento sobrevivía. Una semana después todos debíamos ocuparnos de algo, hombres haciendo los trabajos más rústicos y las mujeres debíamos encargarnos de lavar los trapo, recolectar comida, etc. Lo complicado era tener que lavar trapos en el río sin mojarme y que no se calleran las telas que me envolvían más aún, lavar ropa de Bastian y...de ella.
Eso fue muy complicado pero también logré superarlo.

La rebelión del esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora