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Anet se quedó sin palabras; nunca imagino que su esposo la defendería de esa manera frente a sus padres.
Miro con sorpresa y agradecimiento a Ronald.

- Estas bien querida?- pregunto más calmado el conde.

- Si...si estoy bien....grrracias- dijo Anet apenada por la situación y viendo a su esposo como una víctima a su salvador.

- No voy a permitir que nadie pero absolutamente nadie te falte el respeto y mucho menos te maltrate dijo serio el conde besando la frente de su joven esposa.

- Estoy acostumbrada a sus maltratos, desde que recuerdo siempre fui maltratada por ellos, siempre quisieron casarme para poder darse la gran vida.

- Pues antes no tenia problemas de ayudarlos pero ahora.... es mejor que no aparezcan  por aquí Anet comprendió que ese hombre viejo y de aspecto desagradable la quería, que el seria capas de protegerla, que ese anciano daría su fortuna por verla sonreír. El cariño que sus progenitores le negaron ese hombre se lo daba. Si claro no olvidaba a que precio.

Tres mese después...

El tiempo pasaba rápido para un Bastian enamorado y un Ronald muy enfermo. Pero para Anet el tiempo iba muy lento, su esposo postrado en una cama con una insignificante gripe y ella teniendo la obligación de ocuparse de el, mientras su esclavo paseaba libremente con esa maldita mujer.
Pero aunque Anet no entendiera su marido no estaba bien, su momento había llegado la insicitencia que el conde ponía a la presencia de su esposa era tan solo porque deseaba pasar sus últimos días junto a su joven amada. Pronto el conde partiría para siempre y la incertidumbre de no saber que destino le deparaba a su Anet, lo atormentaba.

Elizabeth ansiaba con desespero que Bastian llegara a la cabaña, su mayor miedo pero también su mayor alegría se convertía en realidad, dentro de algunos meses se convertirían en padres. Ella sabia que a Bastian le asustaría por su situación de esclavo.
Sintió unas manos fuertes que le tapaban los ojos, pero su aroma masculino he único no dejaban dudas de su identidad.

-Estaba ansiosa de que llegaras.

-Porque tantas ansias amor mio?- Elisabeth se volvió a verlo con una gran sonrisa.

-Tengo algo muy importante que contarte.

-Te escucho mi Elisabeth.

-Asi que esta es la campesina sucia!- Ambos se sorprendieron al escuchar las palabras de esa fría mujer.

-Quien es usted?- pregunto una confundida Elisabeth

-Señora no es lo que cree- se apresuro a decir Bastian.

-A no? me vas a negar que esta campesina es con quien te revuelcas?!

-Es solo un pasatiempo.

-Que ?de que hablas Bastian?- una dolida Elisabeth pregunto.

-Solo un pasatiempo? Pues ocupa todo tu maldito tiempo!!

-Bastian...porque dices eso, quien es ella?- preguntó en un mar de lágrimas Elizabeth.

-Callate estúpida!!- grito Bastian con temor.

-Solo me usaste? Que hago ahora con nuestro bebe?- esas palabras sorprendió a todos los presentes.

-La embarazaste?!- grito Anet con rabia y los ojos brillantes.

-De que hablas Elizabeth?- preguntó Bastían

-Eso quería decirte....aquí- dijo señalando su vientre esta nuestro bebe.

Los ojos de Bastían sonrieron de felicidad, pero recordó frente a quien estaban y su maldita situación de esclavo. Su rabia y miedo volvió a cubrir su rostro.

-Mio no es- con esas palabras se giro mirando a Anet, la tomo de la nuca y la beso, rompiendo en mil pedazos el Corazón de su amada pero salvándole la vida.


La rebelión del esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora