Ella disfrutaba de cada pequeña cosa, como las gotas que caían de una rosa después de la lluvia (...)
Como la mayoría de los adolescente, estaba enamorada.
Amaba más que nada el viento que soplaba su pelo cada mañana.
Creía que era un hombre que había muerto y mostraba su tristeza, felicidad y enfado con las personas a su alrededor, lo creía un ser que no fue amado, que buscaba atención para sentir cariño.
Perdidamente enamorada de como movía los arboles sus días de enojo, hasta eso le gustaba a Emily.Em tenía una tes clara, tal como los copos de nieve, unos ojos grandes y caídos, que le hacían parecer tristeza, cabello largo que solía peinar todas las madrugadas a las 3. Desde la cual se levantaba a sentir el viento calmado, sereno.
Solía usar blancos vestidos, para llamar la atención de él, hacerlo venir.Escribía sobre cada una de sus experiencias sintiéndolo en su gran "amigo", su diario. Quien sabía de hasta sus más misteriosos miedos, placeres y sueños.
Tenia miedo de que en algún momento su viento, que tenía más que claro que soplaba para todos, pero lo sentía especial para ella, algún día desapareciese, dejase de moverlo todo a su paso.
Su placer era sentirlo en sus brazos, orejas, hasta en sus piernas, de esta forma creía que él le demostraba su aprecio.
Soñaba que fuese una persona, que volviese a la vida para abrazarlo fuertemente y no soltarlo jamás, amarlo físicamente y no solo con su corazón.