Caen gotas.
Gotas por la ventana de aquella habitación.
Lluvia torrencial al igual que el anhelado viento todo el día.Em miraba a lo lejos un perro callejero que buscaba refugio, se notaba su cansancio y desesperación.
Em quería ayudarlo, necesitaba saber que un ser vivo tan vulnerable, podía tener su ayuda.Eran las 2 a.m, había estado despierta lista para cepillar su cabello.
Pero aun quedaba media hora para seguir observando al animal, mirar y reprimir sus deseos de salvarlo, sabia que si salia en ese instante, moriría de hipotermia.Aguardo hasta perder de vista a tal pequeña y pobre criatura.
Ya hacían las 3:30 a.m y Em no había cepillado aun su larga melena, pero el viento y la tormentosa lluvia ya habían cesado.Provocó en Em una de las más tristes lágrimas al igual que aquella ventana llena de gotas de lluvia.
Sollozó tanto como pudo, ahogo gemidos entristecidos y hasta sus ganas de gritar tragó.
Su viento había terminado sin que ella pudiese alistarse para él.Su madrugada, su primera madrugada sin viento.
Seria un día horrible y desastroso para recordar, uno de los tantos que le harían llorar los días soleados.Le dolía pensar que no pudo estar bella para él, que no pudo. conquistarlo y tenia miedo de que no volviese por su irrespetuosa ausencia de un cabello peinado y vestido blanco.