capítulo 6

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Seguía flipando en colores con la psicóloga y con mis padres. Pero ellos piensan que es por mi bien cosa que le llevo la contraria.

Cada vez me sentía más antisocial y deprimida. La verdad, quien no conozca mi pasado nadie puede comprenderme. Esa persona que no la conozca no sabrá porque estoy así, dirá o pensará que lo hago por un chico, y no lo es.

Al día siguiente no fui al instituto, entre que no me sonó el despertador y no quería ver a nadie, no fui al instituto. Me madre entro en mi cuarto, me vio tumbada despierta y se fue. Sabia perfectamente que no iba a ir al colegio y se fue sin decir nada, ni una sola palabra. Esta vez comi, pero por comer.

Me senté en la mesa y mis padres no dijeron nada. Sólo me miraban pero mi madre pregunto.

Mamá: ¿te gusta?, es tu plato preferido.

Yo: esta muy bueno mamá.

Mamá: me alegra peque. Como estas? 

Yo: bien, estoy bien. -decía mientras miraba hacia abajo-

Mamá: cariño esta tarde va a venir la señora Gutiérrez. Quiero que sepas que creemos que es lo mejor para ti.

Yo: vale, no pasa nada. Me arreglaré si hace falta. -dije sin ganas-

Mama: no hace falta. Si quieres puedes quedarte en tu cuarto, no hace falta que salgas.

Me levante de la mesa, lleve el plato a la cocina y me fui a mi cuarto. Puse la tele, me tumbe en la cama y je puse a jugar con la tablet. No sabia que hacer, no se como tenia que decirle a la psicóloga.

Llego la tarde y mi madre entro despacio en mi cuarto para no despertarme ya que me había quedado dormida. Se acercó y me empezó a llamar susurrando.

Mamá: Marina, Marina, vamos arriba que está aquí la señora Gutiérrez.

Me levanté de la cama y peine un poco y me fui al salón a hablar con ella.

Mamá: te acuerdas de la señora Gutiérrez?

Yo: si, claro.

Gutiérrez: me han dicho que te gusta un chico del colegio.

Yo: si.

Gutiérrez: ¿has vuelto a habla con el?. -preguntaba como si le importase-

Yo: no. -respondía un poco borde-

Gutiérrez: ¿por qué?

Yo: los tontos de ahí afuera no me dejan verle.

Gutiérrez: ¿y eso?

Yo: dicen que sus padres son como enemigos suyos, y por ese motivo no puedo ni mirarle. Pienso que Daniel no tiene la culpa, la pelea es de los padres no de los hijos.

Gutiérrez: puede que tengas razón. Veo que estas un poco enamorada.

Yo: ¿un poco?, antes de que mis padres me lo dijesen, no podía dejar de mirarle.

Gutiérrez: te gusta no? ¿como es?

Yo: él, él es... no hay palabras para describirlo. Él es alto, tiene un pelazo rubio con un flequillo que reluce cada vez que se refleja con la luz del sol.

Gutiérrez: y de personalidad?.

Yo: es igual que yo. Es noble y valiente, es increíble. Sus padres le dijeron lo mismo que mis padres me dijeron a mi el mismo día.

Gutiérrez: ¿y que cambio en él aquel día?

Yo: todo. Su flequillo ya no brillaba como siempre, se volvió antisocial, se sentaba solo en el recreo y los niños ni le miraban.

Gutiérrez: bueno pues si que estas enamorada. Yo he venido a hablar y solo te digo que hagas lo que tu corazón fuerte crea. Tu también eres valiente y se que lo estas pasando mal, pero sé que lo estas pasando mal. Bueno aquí acabo la sección, si quieres puedo venir otro día o no venir, tu decides.

Yo: no no, venga el próximo día. Me ha gustado hablar con usted.

Gutiérrez: muy bien.

Cuando salió de mi cuarto se fue para el salón a hablar con mis padres. Yo me puse como una de  mis vecinas cada vez que quieren enterarse de alguna pelea, pegada a la puerta para enterarme de todo lo que ocurra.

La psicóloga les dijo que Daniel no tenia la culpa de nada, que lo que me pasaba era que ellos me separaron de la persona a la que amaba y que a mi me había afectado. También decía que tenia que seguir hablando conmigo porque dice que guardo algo que no quiero contar cosa que es cierta.

Cuando terminaron de hablar, la psicóloga ya se iba a ir y me fui corriendo a mi cuarto como si no hubiera paso nada.

Lunes, maldito lunes. Los odio, es el comienzo de una orrible y larga semana. Esta vez si que fui al colegio y otra vez volví a ver al señor Romero, el hombre que me llega al instituto todos los días.

Ya estaba cansada y eso que estamos en el segundo trimestre. Por qué no lo hicieron con 3 meses de colegio y 9 meses de vacaciones?, que caca de instituto.

Volver a ver a mis amiga de toda la vida, al gilipollas de Rafael y sobre todo a Daniel. No se como alguien que ha entrado nuevo este curso, que he hablado con él dos veces y ni siquiera lo conozco, me pueda atraer tanto. Pero eso era amor de verdad.

Luis, Luis es mi mejor amigo, bueno se supone, él es alto, poco listo, y un poco pesado con las chicas. Cuando él se enamora -entre comillas- no para de hablar de esa chica, pero luego está todo el día con otras. Él se suele juntar con mi grupo de chicas y por eso nadie quiere salir con él, la gente piensa que es afeminado así por decirlo.

Cuando yo llego al colegio el siempre está ahí. Cada vez que me ve me da un abrazo pero es muy pesado. Me dio un abrazo y nos fuimos a clase porque pasaba de hablar con él.

Esperaba anciosamente a que llegas el recreo, estaba pensando en hacer alguna locura pero no quería arriesgarme mucho. No se quería hablar con Daniel desde que hable con la psicóloga. Pero no me acordaba que tenia una costa pendiente que hacer antes de hablar con él.

A esperar el próximo capítulo para ver lo que tengo en mente.

Un amor de niñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora