Allí estaba esa sensación de nervios, como cosquillas indeseadas en el estómago.
El viento sopló como una ráfaga y trajo hacia su cara una gran concentración de polvo.
Escuchó a los monstruos chillar a lo lejos, advirtiendo que estaban a punto de abalanzarse contra ella, pero Alessa no se los pondría tan fácil.
Esperó, midió estrategicamente el tiempo, aún con los ojos cerrados supo exactamente a cuantos metros estaban a ella y cuanto tiempo tardarían en llegar.
Milésimas de segundo antes de que pudieran atacarla extendió las manos, justo como esperaba, la dirección del viento cambio rotundamente y se llevó consigo a las bestias que casi habían rozado con las uñas a su enemiga.
La adolescente abrió los ojos en el momento exacto para ver la belleza en las bestias, las contempló atenta a cada detalle.
¿De qué van esas depresiones atrevidas en momentos cualquiera? Son tan atrevidas como las ideas que se escapan.
Así se sintió ella, sorpresivamente congojada por lo que había hecho, y a todo esto...¿Qué fue exactamente lo que acababa de hacer?
》Fin del juego 《
Escuchó , el sonido parecía provenir de todas partes, pero de ningún lugar en concreto.
Alessa sintió un escalofrío que le recorrió de extremo a extremo la columna vertebral, podía sentirlo justo detrás, a centímetros de ella.
》Por ahora《