Tú, Mi Peor Pesadilla.

Capítulo 10

Ha pasado una semana desde que mis padres me dieron la noticia. Y la verdad es que me lo he tomado bastante bien....Aunque ya no hablo con ellos, o con alguien más aparte de mis hermanos y Amy. Bueno, tal vez no me lo estoy tomando tan bien, pero hago lo que puedo.

Esta noche iré a una fiesta con Amy, no lo disfruto del todo, y aunque es mejor desperdiciar mi noche mirando Twitter, necesito despejarme y salir de esta casa. Comencé a alistarme dos horas antes de que Amy viniera por mí. Me puse unos shorts de color negro, y una camisa holgada blanca con un estampado y unos botines de color negro. Me maquillé ligeramente e hice ondas en mi cabello castaño.   

Salí de casa sin antes dejar una nota a mis padres diciéndoles a donde iría, subí en el auto de Amy y fuimos al lugar. 

Era una casa enorme, con unas luces en el jardín de enfrente para llamar la atención de aquellos que quisieran ir a la fiesta. Desde antes de entrar se veía una gran piscina en el patio trasero, y en la entrada una gran cantidad de personas, y a medida que íbamos avanzando a la entrada, más personas se veían y menos ganas tenía yo de estar en esa fiesta. Al entrar pude ver una gran sala donde se encontraban las mayoría de las personas bailando al ritmo de Sexy Bitch de David Guetta, unas escaleras que llevaban al segundo piso donde parecía que estaban las habitaciones, la puerta hacia una cocina y demasiada gente a punto de coger en los lugares más solitarios de la habitación.

Con Amy nos sentamos en un bonito sofá que se encontraba contra la pared que daba con la cocina. Amy y yo hablamos un rato mientras tomábamos la bebidas que nos ofrecían. En un momento a Amy la invitaron a bailar y yo me quedé allí sentada.

Después de una media hora, los minutos se me empezaron a hacer eternos y tortuosos, Amy no regresaba, y no había hecho nada en la fiesta a parte de tomar shots.

Afortunadamente, un chico mono y corpulento de ojos claros, se acercó para invitarme a bailar. El alcohol ya estaba haciendo efecto en mi sistema nervioso, así que me pude desenvolver más fácilmente y comenzar a disfrutar un poco más la fiesta.

Ya en la madrugada había bailado con varios chicos y estaba cansada, así que me senté para descansar. Al rato, un chico muy guapo de cabello azul y ojos oscuros, se acercó a invitarme a bailar.

-¿Cómo te llamas?-Dijo el chico mientras bailábamos, para cabar con el silencio.

-Dime B-Dije sonriéndole-¿Y tú?

-Lindo nombre-Respondió-Mi nombre es Taylor.

Y como si me hubiera leído la mente me dijo:

-¿Quieres salir para poder hablar? Hay mucho ruido y estoy algo cansado.

Asentí y salimos al patio trasero, donde la música ya no se escuchaba tan fuerte y no había tanta gente. Hablamos durante un rato. Taylor era un chico genial y tenía muchas cosas en común con él.

Ya a las 3, estaba demasiado cansada, así que intercambié números telefónicos con Taylor-Era demasiado guapo y estaba lo sufientemente ebria como para no darle mi número-.

Y estaba apunto de salir de la ruidosa casa, cuando una cabellera pelirroja llamó mi atención. Era Cristian increíblemente cerca de una chica con un vestido aún más increíblemente corto. Al verlo me hirvió la sangre, necesitaba hacer algo, lo que me hizo no se podía quedar así.

Así me acerqué a ellos sin titubear y me senté en las piernas de Cristian, creando una barrera entre la chica y él.

-Hola amor-Dije acercándome a su boca-Bebé ¿Por qué estás con ella?

-¿Qué? ¿B? ¿Qué carajos?-Preguntó Cristian sorprendido.

-Ay bebé dile que se vaya.-Dije mientras la miraba de forma despectiva, pero con un tono de viz triste-Sé que pasamos por malos momentos, pero yo te amo.-Terminé fingiendo que lloraba.

Ante la situación la chica que estaba unos minutos antes con Cristian se fue, confundida y molesta. Además, para mi fortuna, las chicas alrededor de nosotros vieron la escena y miraron al pelirrojo con desprecio para luego irse.

-B, te odio ¿Sabías eso?-Dijo Cristian de repente.

-Yo igual, cariño-Dije sonriéndole cínicamente-Ya estamos a mano-Hice una pausa-Tú me quitaste algo que yo quería y yo te quite algo que tú querías.

Y dicho esto me fui victoriosa. Había ganado y él lo sabía.