Tú, Mi Peor Pesadilla.

Capítulo 8

Era lunes. Cómo detesto los lunes, son el peor día de la semana. Y este lunes era específicamente horrible, por que además de tener un sueño infernal por escuchar la larga discusión de mis padres en medio de la noche, tenía historia con mi profesor Prolgue. Él era un hombre viejo y mal humorado, que tenía una voz lenta y gruesa, que arrullaba desde que comenzaba su lección, y sumado al hecho que el tema de la clase de hoy era terriblemente aburrido, no pude evitar quedarme plácidamente dormida recuperando el sueño de la noche. 

-Señorita Evanson-Dijo el hombre antes nombrado haciendo que me despertara de mi plácido sueño-Supongo que si está dormida en mi clase es porque sabe quién fue el quinto presidente de los Estados Unidos.

-¿Thomas Jefferson?-Pregunté sin tener una remota idea de si mi respuesta era acertada o no.

-Señorita Evanson.-Hizo una pausa con una expresión de decepción dibujada en su rostro-La espero al final de la clase.

Mierda.

La clase terminó de transcurrir normalmente, a excepción de unas burlas por parte de mis compañeros, ya que lo que Prolgue me había dicho solo podía significar una cosa: Citarían a mis padres para hablar con él personalmente a cerca de mi "insolencia" en su clase. Cuando el timbre sonó intenté salir junto a los demás con la esperanza de que no me viera, pero desafortunadamente no soy lo suficientemente invisible.

-Evanson.-Dijo con un tono de voz severo que frisaba al sarcástico-No hay prisa para salir, ven aquí.

-Profesor Prolgue, en serio me siento muy avergonzada de mi comportamiento, no he dormido bien y a esta hora me siento demasiado cansada, no es nada que tenga que ver con su clase.-Dije rápidamente antes de que él pudiese decir otra cosa.

-Lo lamento señorita Evanson, pero su rendimiento ha bajado y su indisciplina en clase me indica que debo hablar con sus padres.-Dijo mientras sacaba y llenaba un formato para aclarar la hora y fecha de la reunión.-Firme aquí.

Mierda, mierda, mierda.

El resto del día transcurrió de forma casi normal, sin embargo, el miedo me carcomía por dentro, mis padres habían dicho en la mañana que se quedarían en casa porque tenían que decirme algo importante, algo que aparentemente no era nada bueno. Además, ahora tenía que llegar a comentarles lo de Prolgue, cosa que no les iba a gustar mucho. Por ello, decidí caminar hasta la casa, haría ejercicio y retrasaría mi horrible destino por lo menos unos 40 minutos. Cuando llegué, decidí subir a la terraza sin tenerle mucha importancia a la advertencia de Cristian. Sin embargo, ese imbécil había cumplido su promesa. Había un guardia con un muy alto grado de sobre peso, del cual tuve que escapar unos cuantos pisos, una vez llegué al primer piso y salí del edificio, tomé aire intentando calmarme, pero nada me haría cambiar de opinión.

Ese imbécil me las va a pagar.
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Hola personitas bellas ¿Cómo están? Esta nota es para decirles que no veo que la historia esté gustando mucho. Así que voy a subir unos 2 capítulos más y si veo que no va para ninguna parte, la dejo hasta ahí. Les quiero.