Noah:
Lo primero que siento es el shock frío del agua contra mi cuerpo, hundiéndolo en las profundidades. El pánico me invade mientras inútilmente pataleo y doy manotazos en el agua para intentar ascender a la superficie. Los grilletes en mis muñecas me lo impiden y me arrastran hacia abajo. La desesperación y la adrenalina se disparan. Si mi inmortalidad no puede con el ahogamiento, es algo que no quiero descubrir.
Lucho con todas mis fuerzas contra el peso de las cadenas. El agua entra por mi boca cuando doy una brazada demasiado desesperada. Lo último que puedo oír es el palpitar de mi corazón luchando a medida que me sigo hundiendo en la oscuridad.
Mi pecho quema cuando el aire se filtra de repente, mis ojos se abren de golpe y la tos me raspa la garganta. Me incorporo para llevarme una mano al cuello y me toma un momento procesar las voces que me rodean.
-¡De todos los lugares en este maldito planeta! ¡¿Un lago?! -chilla una mujer agitando las manos en dirección al que reconozco como Morfeo-. ¡Con la nefilim encadenada!
-Un error de cálculo -dice el dios restándole importancia-. Además todo salió bien, hasta está despierta.
Me señala y la desconocida se voltea. Puedo ver los tatuajes llenando sus brazos y el cabello castaño rizado que cae por su espalda. Sus ojos, iguales a los de una víbora, se fijan en mí y miro a mi alrededor en busca de algo con lo que defenderme.
Tomo una rama cercana y me levanto con algo de dificultad, sigo un poco aturdida, pero gracias a que me quitaron las cadenas, al menos mi cuerpo no pesa horrores. Morfeo me mira con aburrimiento.
-¿Una rama? No sé si ofenderme o reír -dice haciendo a un lado a la mujer y acercándose, yo retrocedo.
-¿Dónde estamos? -pregunto con cautela.
-En el mundo terrenal. Puedo ser más específico si quieres -indica y mira a su alrededor-. Lago... Ypoá, si no me equivoco. -Respira hondo-. Nada como la naturaleza mundana.
-¿Me matarás aquí?
Ellos intercambian una mirada.
-No voy a matarte -repite él haciendo énfasis en cada palabra-. ¿Crees que me tomaría la molestia de preparar un portal a la Tierra para matarte aquí? Suena como mucho trabajo.
-Supongo que esta es la parte en la que decimos "bienvenida a la resistencia" -dice la desconocida acercándose-. Soy Medusa.
«Por supuesto que lo eres». Pienso con cansancio mientras bajo la rama.
-Noah Ward -digo soltando el palo.
-La última nefilim -pronuncia Morfeo y sus palabras me duelen-. ¿Qué? ¿Demasiado pronto?
Le atino un puñetazo en la mandíbula que lo hace tambalearse. El dolor en mis nudillos se hace presente, fue como golpear una piedra, pero no importa. Es una basura.
-Que forma rara de agradecer que tienen los de tu especie -masculla mientras se masajea la zona del golpe y una sonrisa soberbia se dibuja en sus labios-. ¿Siquiera sabes dar un golpe?
-¡Pudiste salvarlos a ellos! -exclamo mientras mis ojos pican por lágrimas-. ¡Pudiste hacer algo! ¡¿Qué quieres de mí que no podían darte ellos también?!
Le atino otro golpe, él no parece tener intenciones de defenderse. Descargo todo en él, hasta que de su nariz cae algo parecido a un líquido dorado y estoy muy cansada como para seguir. Mi respiración es agitada y las lágrimas siguen cayendo.
-¿Terminaste? -pregunta tomándome por las muñecas para alejarme con suavidad y lo miro a los ojos.
-Está oscureciendo -interrumpe Medusa parándose en medio de los dos-. Tú necesitas ropa y algo de cenar. Y tú contactar a Apolo -dice señalando al dios del sueño-. Dile que mañana estaremos en su casa.

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Los Brazos De Morfeo.
FantasyZeus, harto de que los humanos hayan olvidado la devoción por los suyos, se une a dioses de otros mundos olvidados para retomar el control de la Tierra. Empezando por la extinción de cualquier criatura celestial que reciba la devoción del hombre. S...