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Noah: 

Cuando las sombras de Hades comienzan a disiparse, un grito corta el aire. Mi mano va a la daga de forma automática, pero el sonido de la televisión me hace dudar. Una gran pantalla ocupa la pared frente a nosotros, un hombre está de rodillas en el suelo, su cabello largo y rubio toca el piso. Miro de reojo a Morfeo, quien se sujeta el puente de su nariz con estupor.

—Es tan triste e injusto —farfulla el que parece ser Balder—. La puedo ver mil veces y siempre sufro cuando lo suelta. ¡En esa tabla cabían los dos!

Freya le salta encima y lo abraza con tanta fuerza que pareciera no dejarlo respirar. 

—Ah... Titanic —suspira Hades.

—Apolo, ve a revisar el lugar —ordena Morfeo y el dios del sol se marcha de mala gana.

—Freya, p-por favor —balbucea Balder tratando de soltarse de la diosa—. ¿Qué hacen aquí?

—Estuve buscándote por todas partes —dice Morfeo acercándose.

Balder se zafa de Freya y se levanta, sus ojos grises van desde mí a Morfeo por un momento.

—Ah, yo estuve evitándote —confiesa y miro al dios del sueño.

—¿Hay alguien que se alegre de verte? 

—Oh, se alegran por dentro, créeme.

—No es cierto —masculla Vyn cruzándose de brazos.

—Para nada —añade Apolo acercándose desde el pasillo tras nosotros—. Está despejado. 

—Claro que lo está, sé cuidarme solo —dice Balder poniendo las manos en su cadera—. Sé a lo que vienes, Morfeo. La respuesta es no. 

—Tienes toda una colección aquí. —La voz de Hades capta la atención, está junto al televisor donde hay una gran estantería con películas—. ¡Mira, Morfeo! Pretty Woman edición especial, hasta tiene escenas eliminadas...

—¡No toques eso! Están ordenados por título y género —exclama el dios nórdico.

—¡¿Tienes todas las del Hobbit?! —Hades saca tres películas más, Balder parece al borde del desmayo.

Acabamos de llegar y ya me quiero ir. Me siento débil por el ataque del demonio y siento una presión en el pecho que no hace más que aumentar. Ojalá Medusa estuviera aquí. Morfeo no quiso despertarla ni dar ningún tipo de explicación, cuando bajé luego de ayudar a Vyn con Apolo, Artemisa ya se había ido. Aunque no es que me queje, esa diosa no iba a ayudar en nada. Pienso en la daga, en cómo el tiro de Artemisa era algo que no iba a poder . Empiezo a creer que no solo necesito entrenamiento, necesito un milagro. 

—¿Qué planeas hacer? ¿Quedarte aquí a ver tus películas mientras Zeus se apodera del mundo? —pregunta Morfeo—. No podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que detenerlo.

—Yo no tengo nada que ver con esa locura que los griegos están preparando. Odín fue claro, la imparcialidad es lo correcto para mí —zanja Balder echándose el cabello tras el hombro—. Soy el dios de la paz, un conflicto como este no hará más que enfermarme. Además, los mortales no tienen salvación. Quizá Zeus los ponga en el camino adecuado.

—¿Camino adecuado? —bufo—. Asesinaron a todos los que conocía. Trataron de extinguir a los de mi clase. —La furia empieza a consumirme, quisiera estrellar su cabeza contra una pared, solo es otro dios arrogante—. A Zeus no le importan los humanos, le importa algo más.

—Tú debes ser la nefilim —musita ladeando un poco la cabeza—. En verd...

El ruido del vidrio rompiéndose nos alerta, veo como algo impacta a Balder y lo arroja hacia el otro lado de la habitación. Una mano envuelve mi brazo y tira de mí con violencia. Morfeo me cubre la boca mientras nos escondemos tras una pared. Su cuerpo es firme y frío contra el mío. Un siseo rabioso se escucha y luego una serie de golpes, los dioses deben estar peleando.

Los Brazos De Morfeo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora