Atrapada en su propio engaño II

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-Da tres vueltas y ladra.-Repite con una mirada que me causa escalofríos.

-¿Cómo que ¨ladra¨?-Cuestiono.

-Vamos, hazlo.-Se cruza de piernas.

-¿Hacerlo? Quiero decir...

Chasquea la lengua.

-¿Por qué miras con la boca abierta?-Dice en tono arrogante.-No esperabas que te siguiera la corriente en este disparate por nada, ¿cierto?-Si voy a participar en tu pequeña farsa, tendrás que ser mi perro.-Me lanza una mirada diabólica.

¿Perro?

-¡¿Eh?! ¡¿Perro?! ¡Ni muerta! ¡Me rehúso!-Suelto exasperada.

-No tienes que hacerlo si no quieres. Pero si cuento algo sin querer, me tendrás que disculpar.

-¿Qué?

-Chica del lobo.

¿Chica del lobo? 

En mi cabeza se formula la idea de que soy una pastora que se encuentra en el suelo, con mis ovejas alrededor y a Tamara y Mariana (pastoras también), aplastándome con sus pies y gritándome: -¡Toma eso, chica que gritó lobo! ¡Con esto te echamos fuera!

Sin pensarlo más, doy tres vueltas.

-¡Guau!

La mirada de Edward es desconcertante.

-¡Sí, así! Eres una buena chica. Pero tus padres llorarían si te vieran así. Patético.

Cielos, que humillación.

-Es una pena que seas tan tonta, pero podrías ser un buen pasatiempo.-Continua.-Cuidaré muy bien de ti, Poochie.

¡Qué coraje!  ¡Vaya nombre!

Ya nada, lo entiendo. En realidad le estoy pidiendo un gran favor. ¡¿Pero convertirme en un perro?! ¿Qué querrá él de mi?

No puede ser...

-¿Qué tal si te vendo en una profesión de dudosa reputación? ¿O te uso de saco de arena para liberar mi estrés? ¿Quizá disfrutarías de algunas actividades indecentes? 

No...¿Qué tal si se aprovecha de mi?

Una voz me saca de mis sumidos pensamientos.

-¿Erica? ¿Qué te pasa?-Es Mariana.

-¿Eh?

-Luces algo pálida.

-N-no pasa nada. Estoy perfectamente bien.

Mis balbuceos me hacen la mejor mentirosa, genial. Nótese el sarcasmo. 

-¿Brooks?-Me llama alguien más.

-¡¿Si?!

-Creo que ha estado llamándote desde hace rato.

-¿Llamándome?

Edward está en el marco de la puerta de mi clase saludando con una falsa sonrisa.

White.

No se demoró en venir.

-Bueno, yo ya me voy.-Dice la chica que me avisó de la presencia de mi ¨novio¨.

-Claro, muchas gracias.-Dice él.

La chica no pudo evitar sonrojarse.

-N-no fue nada.

-Adiós.

La Chica del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora