En las vacaciones de verano piensas en el cielo azul, el sol resplandeciente y quemador, y el salado y refrescante mar.
¡Florianópolis es genial!
Bueno, eso es lo que dice Tamara.
En mi caso, no comparto ninguno de esos pensamientos porque me quedé en mi casa encerrada y a oscuras. Bueno, no tan así, pero digamos que no viaje a ningún lado en especial. Sí, así de interesante y aventurera es mi vida.
Lo único bueno, y que puedo agradecer, es que Sam venga a pasar el rato conmigo y viceversa.
Podría decirse que su vida es igual de genial que la mía. Parecemos dos viejas.
-Las vacaciones de verano ya se terminan...-Le comento.
-Sí, así es.-Dice ojeando una revista.
-¡No me digas que "así es", Sam! ¡Tamara está con su novio en Florianópolis! ¡Mariana también está disfrutando con su novio!-Le comento-Y yo me pasé el verano acalorándome en tu casa, Sam.
-Qué desagradecida.-Dice mirándome de una vez-Si dices esas cosas, dejaré de pasar el rato contigo.
-Es broma.-Digo abrazándola-Te quiero mucho, Sam.
-Pero tú tienes a White, ¿no?-Me siento en su cama-¿No te invitó a ir a ningún sitio?
-No. Ni siquiera me envió un solo mensaje desde que empezó el verano.
Era de esperarse, supongo que puedo ser su perro solo cuando vamos a la escuela. Aunque no me molesta en absoluto, no tengo porque pasar el rato con alguien a quién ni siquiera le importa mi presencia. Pero debo admitir que extraño un poco sus fastidiosas órdenes.
-Vaya, no me lo esperaba.-Contesta ella-Yo pensaba que te llamaría en cualquier excusa para que fueras con él.
-Sí, yo también estaba preparada para que me usara como mensajera o algo.-Digo ya acostada sobre la cama con las rodillas flexionadas.
-¿Le gusta desatenderte?-Cuestiona.
-¡No digas esas cosas!-La reprocho-Al fin y al cabo, solo somos novios cuando hay alguien delante.
-Se recuesta en la cama conmigo-No me digas que estás molesta porque White no te presta atención-El calor invade mis mejillas aunque así no lo quiera-Quizás en algún momento se ganó tu corazón y empezó a gustarte.
-¡N-No digas eso! ¡¿Por qué iba a...?!-La reprendo sentándome.
-Era broma, ¿por qué te alteras tanto?
No me da ni un poco de gracia. Un hombre como él, tan retorcido, manipulante, sádico y frío... ¿Cómo podría gustarme?
A mi mente vuelven los recuerdos de aquel día en el que me defendió de Michael y sentí un dolor en el pecho.
¡No, no, no!
¡No puedo dejar que esos pensamientos se crucen por mi cabeza!
¡Sería el colmo que me enamorará de él!
¡En ese momento estaba deprimida y su amabilidad me hizo delirar!¡Ni hablar, no pienso enamorarme de él!
Niego con mi cabeza aún sonrojada hasta que Sam vuelve a hablar.-Pero podría ocurrir que El Príncipe se enamorara de ti.
-¿Qué? Eso no podría pasar ni en sueños. Él dijo que no necesitaba amor.
-Nunca se sabe-Dice sentándose a mi lado-Todo el mundo tiene momentos en los que cambia de idea, ¿verdad? Vos misma empezaste a pensar en el amor hace poco.
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La Chica del Lobo
Novela JuvenilErica Brooks es una chica cualquiera que comienza la preparatoria. Al no poder estar en la misma clase que su amiga Sam, decide mentir sobre un novio que no tiene para poder hacer nuevas amigas y no estar sola. Para tener pruebas, decide tomarle una...