Capítulo 1: Mi vida

2.5K 93 2
                                    

- Deep in the meadow, under the willow,

a bed of grass, a soft green pillow.

Lay down your head, and close your sleepy eyes,

and when again they open, the sun will rise.

Here it’s save, here it’s warm.

Here the daisies guard you from every warm.

Here your dreams are sweet, and tomorrow brings them true.

Here is the place where I love you…

Parece que ya está dormida. Acaricio su rechoncha mejilla, salpicada por su pelo rubio.

- Buenas noches Prim -susurro.

Le doy un besito en la frente y  salgo de la habitación, cerrando poco a poco la puerta, para no despertarla.

Ahora me toca a mí.

Me dirijo al comedor, para avisar a mi madre. Y ahí está.

Se ha quedado dormida en el sofá, otra vez, como todos los días, esperando a que mi padre vuelva a casa de trabajar en la mina, cada semana un minuto más tarde. Al parecer los sueldos bajan pero la jornada sube, y como continúe así, solucionaré yo misma el problema con cuatro gritos al jefe de mi padre, si hace falta.

Dos grandes ojeras surcan la expresión de mi madre, y la preocupación ha dejado mella en su aspecto. Antes era bellísima, todos lo dicen, e incluso yo misma he podido comprobarlo en las fotos de su boda, pero el estrés ha podido con ella. Pero yo no puedo dejar que pueda conmigo, también.

La tapo con una manta, y me voy a mi habitación, deseando que algún día todo vaya bien.

Con el MP4 encendido, me tiro en mi cama de espaldas, como si fuera mi lago. Atlas, de Coldplay, retumba en mis oídos.

¿Cómo hemos llegado a esto? No lo merecemos. Papá todo el día trabajando para sustentar a nuestra familia, y mamá preocupada por él y por nosotras, aunque de lo último me encargue yo. Prim es una buena niña, y yo, con dieciséis años, ya puedo controlar casi todo lo referente a ella, y a la vez lo mío. No quiero que se hunda, en realidad, no le dejo ver del todo la verdad. Sabe que el dinero escasea… pero no se imagina que llegamos a esto. La protejo todo lo posible, porque Prim, mi Prim, no puede desaparecer, como mamá ahora, esperado a papá, relajando la expresión sólo cuando duerme. Además, es un ángel; su fino pelo rubio, sus piel pálida y suave, su rostro fresco como una gota de agua, sus brillantes ojos… y su carácter. Es la niña más buena y dulce que existe, ninguna la supera. Yo tampoco estoy mal.

No soy Prim, pero tengo esa belleza de mi padre… delicada pero mortal. Mi pelo color miel, con un flequillo recto, dejando caer al resto liso u ondulado a su antojo, mi cuerpo fino aunque esbelto, y mi voz. Adoro mi voz; como la de mi padre.

 Los estudios… bueno, cuido de mi hermana pequeña, pero nunca bajo del +C. Tengo una media de +++B. Este curso espero llegar al +A, tengo que llegar al +A, por qué si no, todo se irá a pique. Necesito una beca, o no iré a la universidad; no tenemos suficiente dinero. Yo prefiero que las bocas en la familia estén llenas a poder estudiar botánica. En realidad, no soy de las que se quedan en casa estudiando por gusto; adoro mi arco. Salir por la mañana y que el viento meza mi trenza, mientras acaricio la robusta corteza de los árboles del bosque…

El sinsajo silba una melodía. Me quito el auricular y compruebo que es la misma que yo tarareaba; me incorporo en la cama, le sonrío y entono nuestro saludo de cuatro notas. Mi amiga Madge me lo regaló cuando llegué aquí (harán dos años) por mi cumpleaños, el ocho de mayo. Desde entonces, este pajarillo dorado vive conmigo, y le tengo gran cariño; hasta me identifico con él.

La Katniss real o no realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora