El dilema de la inspiración.

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El dilema de la inspiración.

Durante esta última semana me he dedicado a intentar escribir una nueva historia corta, las ideas sobre novelas que conlleven un poco mas de trabajo las he descartado casi de forma inmediata, no me siento listo para escribir algo que cuente con más de un capitulo y algo curioso ha ocurrido en cada intento por plasmar una nueva vida en letras; como usualmente lo hago me sujeto a una idea base, pienso lo que podría ocurrir en el principio de esta y cuando comienzo a desarrollar el nudo y desenlace todo se viene abajo... Esto me ha frustrado al principio, pero después me he concentrado en estudiar este extraño hecho, así que aquí comienzan mi amasijo de ideas y conjeturas.

¿Qué es la inspiración? Esta pregunta ha venido a mi cabeza después de no poder escribir algo como me hubiera gustado, creo que se podría definir como un estado mental, una fuerza emocional que nos permite desenvolver nuestros pensamientos, ideas, deseos en cualquier forma de expresión, esa es la respuesta más adecuada que encuentro para esta pregunta, y después llego otra interrogante igual de compleja e interesante ¿De dónde surge la inspiración? Muchos dicen que viene de la felicidad, otros que viene de la nostalgia, algunos mas dicen que es una porción del alma que impregnas al crear algo, desde la más pequeña obra tiene un gramo de inspiración y otros afirman con su vida que de la tristeza, yo opino que cada una de esas respuestas es válida, pero creo que en mi persona, en mi ser ninguna de ellas se adecua realmente, me explicare:

La inspiración que utilizo no viene de una emoción especifica, cuando he escrito estando extasiado de felicidad he plasmado ideas tristes y frías que terminan haciéndome entrar en un estado de depresión momentáneo e incluso algunas veces enojado; en otras eventualidades ha ocurrido lo contrario, he comenzado a escribir triste o molesto y he terminado contento al leer el resultado en pantalla, considero que el estado de ánimo puede ser un catalizador poderoso para nuestra mente, pero no es un ingrediente principal y tampoco creo que solamente sea uno el que nos mantenga con esas ansias de crear y evolucionar en nuestro arte, se que puede sonar egocéntrico, pero cualquier medio de expresión es arte, o al menos así se me ha definido a lo largo de toda mi vida; creo que el ingrediente que puedo mencionar como uno de los primordiales para cuando creo algo es simplemente la necesidad de expresar una idea, llevar un mensaje; el ejemplo más claro y quizá el más cercano es esta serie, esta pequeña conjunción de textos en los cuales me expreso, para algunos pueden parecer desproporcionados y llenos de incoherencias; pero quizá para otro lector esto puede ser una representación de sí mismo, el mundo es demasiado complejo para querer encasillar las creencias que tenemos; lamento las vueltas sin curso en el texto pero como ya mencione, no quiero ser el nuevo escritor de la era moderna, simplemente quiero expresarme.

He aprendido después de esta pequeña desventura emocional una de las reglas más simples y quizá por ello de las más olvidadas, no puedes forzarte a expresarte, no puedes obligarte a escribir algo que no quieres decir o que no piensas, no puedes moldear la imagen que no está en tu cabeza, no puedes cantar o tocar la emoción que no sientes, esto es lamentable, pero al menos así se maneja toda esta compleja red en mi cerebro, nunca he sido capaz de plagiar una idea y renombrarla como mía después de hacerle un cambio, no me sentiría conforme con esto y tampoco soy bueno haciéndolo, entonces no tendría caso hacerlo, me gusta crear no simplemente tener fama, una amiga me comento algo parecido a esto: "Deja de darle vueltas al asunto y simplemente date tiempo, después podrá escribir algo", y en mi terquedad la he ignorado un tiempo, pero como la mayoría de las mujeres, ella suele tener razón y de nuevo...la tuvo. Mi reflexión para ti es bastante simple, pero no por simple es mala, no te fuerces a crear, no te obligues a evolucionar en tu desempeño creacional, el tiempo es el mejor maestro siempre y cuando lo emplees correctamente, el talento artístico es algo que ayuda cuando se crea, pero no es un don que abra las puertas del conocimiento, estudia, infórmate, lee, explora el mundo y tu mente, forja creencias que te ayuden a crear lo que quieras, para que cuando la inspiración te toque y te de una oportunidad la sepas aprovechar, si escribes lo mejor que puedes hacer es leer; clásicos, contemporáneos, los libros del momento...da lo mismo, lo importante es que leas para que forjes, formes una entidad propia, si pintas observa a tus artistas favoritos y a los que no te gusten tanto también, aprende porque no te agradan, y lo mismo te puedo decir en cualquier ámbito artístico, no te dejes derrotar cuando no logres hacer algo que te agrade, simplemente espera el momento adecuado y disfruta cuando logres tu objetivo.

                                                                                                                               La Bestia.

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