La mañana transcurrió normal. Brendon conoció a Debbie y más sobre Dallon, eran las mejores personas con las que se había topado en su vida después de la muerte de su madre. Tenían ese toque tan familiar que se le hacía imposible no sentirse en casa
A demás de que estaba rodeado de los animales más adorables que existían en todo el maldito mundo. ¿Qué más podía pedir?
─Bueno... tengo que irme, el director O'conner es muy molesto si no les llevo los informes repasados para mañana, cuidense chicos ─El tono en que dijo la última frase lo hizo sentir muy cómodo al pelinegro, en especial después de descubrir que la chica era muy sobreprotectora con Dallon. Sin duda a eso se le decía familia
─De a cuerdo boba, nos vemos mañana, ¿Okay? Y nada de mandar mensajes a las seis y media de la mañana, ¡Aprende a usar la maldita llamada! ─Alzó la voz haciendo sonreír a Brendon que se había asustado en un principio por el grito, pero luego le causó gracia
─Aprendería a usarla si me dijeras como
─¡Ay, por las manos de ganesh! ¡Te enseñé diez fucking veces! ¿En que rayos piensas cuando te hablo? ─Apretó el puente de su nariz con los ojos cerrados
─En como se vería Jensen Ackles desnudo, dah. Ni siquiera te estoy escuchando ahora Dallon.
─¿Jensen Ackles? Nah, es mejor Norman Reedus, ese físico dios akdkdkdns
Brendon a todo esto los miraba con una sonrisa de lado sin entender mucho de lo que hablaban, pero de todas formas le causaba gracia la escena.
─Nah, Benedict Cumberbatch
─¿Qué? ¿Ese flaco? Nah, Cameron Monaghan
─Nah
─Nah
─Nah
─Nah
─¿Que hay de Robert Downey Jr? Él es lindo. ─Dijo el pelinegro en voz baja mirando a ambos hermanos con timidez que voltearon en su dirección con confusión.
─Creo que no estas entendiendo el ritmo de la conversación ─Habló la chica y Dallon rió
─Hablabamos de series... pero creo de Robert no está tan mal ─Dallon alzó los hombros dándole la razón a Brendon
─No ─Negó la chica
─Sí, él tiene razón ─Hizo un ademán con la cabeza señalando al pelinegro que la chica entendió y asintió soltando un leve "Ahhh"
─Sí, lo siento. Brendon tiene razón. Robert es perfecto ─Sonrió en dirección a ambos ─En fin, tengo que irme. Nos vemos lovers.
Ambos agitaron la mano en saludo hacia la chica, que sonrió saliendo de la casa. Los ladridos de los perritos fuera de la casa fueron el único sonido que podía oirse en el nuevo silencio que se había creado en la habitación.
─No se si te lo dije... ─Habló Dallon llamando la atención del pelinegro ─Pero me gustas más sin camisa ─Brendon sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas
─Cállate ─Susurró, haciendo reír al ojiazul que sin dudar se acercó y beso su mejilla con delicadeza, con cariño.
─Sabes... yo siempre te miraba como dormias en las clases, también te defendía de todos cuando oía que te iban a golpear. ─Habló con voz triste, pero en el fondo podía notarse la molestia que le causaba aquello ─Y por alguna extraña razón siempre quise estar contigo, aunque era en vano ya que ni siquiera me notaste ─Suspiró Dallon algo apenado, volviendo a su posición en la silla ─Y tenerte aquí ahora... con el rostro y tu hermosa y delicada piel marcada o herida me llena de rabia. No me gusta verte mal Bren. Sé algunas cosas sobre tu familia... ─Dijo dando a entender lo de su madre ─Pero esto... lo siento. Siento no haber podido hacer algo.
La habitación quedó en silencio una vez más. Al mayor le angustiaba que su chico tuviera sus brazos y piernas marcadas, de cualquier forma, por cualquier persona. Él no merecía ese trato, nadie podía tocarlo. Eso lo hacía sentirse... impotente.
Brendon pudo escuchar un sollozo por parte de Dallon y sintió los movimientos leves que creaba su cuerpo por esta acción. Volteó hacia el ojiazul y lo vio con los ojos llenos de lágrimas y la cara llena de arrepentimiento, como si fuera su culpa.
─Me hace mal verte golpeado.. me duele. Porque... me importas, o más bien, me gustas mucho ─Dijo dejando escapar otro sollozo y luego cubriendose la cara con las manos ─Sé que pensarás que soy raro o que estoy loco pero es que tú siempre llamaste por completo mi atención y siento no haber estado allí para evitar esto.
Siguió llorando y Brendon sin decir nada se abalanzó a sus brazos, sentándose en sus piernas y rodeando su cuerpo, para luego ocultar su cara en el cuello del mayor.
─Es lo más lindo que jamás me dijeron... y no es culpa tuya si el imbécil que tenga como padre me golpea. Ahora puedes verme, puedo verte. Estoy aquí.
─Estás aquí...
─Y prometo devolverte el favor por dejarme pasar la noche
─¿Y si mejor te quedas?... Ya sabes, el tiempo que quieras... vamos hazlo, por mi. ─Susurró alejando el rostro de su hombro pero manteniendolo lo más cerca posible del contrario.
¿Como negarse a esos ojos llenos de lágrimas y repletos de cariño? ¿Como negarse a Dallon?
─Está bien... Por lo menos hasta que tenga un trabajo y pueda sustentarme yo mismo. ─Dallon sonrió, rogando porque eso nunca suceda.
─Genial.
Tiempo después ambos salieron a jugar con los cachorros. Brendon amaba a esos canes, eran como... pequeños bebés adorables. Aunque con el cual se había encariñado más era con Jake... ¿Jake?
─Dallon... si sabes que Jake no es un perro
─¡Cállate! Aún no termino el dibujo animado.
─No hablo de Jake el perro. Hablo de ese perro ─Señaló al cachorro que estaba a las piernas del pelinegro mientras intentaba enseñarle algún truco
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─¿En serio? ─Preguntó el ojiazul acercándose al can y alzandolo para fijarse si el pelinegro tenía razón. Y claro que la tenía ─Diablos, que torpe soy. ─Comentó dejando al Bulldog en el suelo, que sin esperar un segundo comenzó a correr hacia sus hermanos de distinta raza, aunque había uno que sí era su hermano, por ende había dos de la misma raza, solo que de distinto sexo. Y Dallon no había notado eso ─¿Deberíamos cambiarle el nombre? No creo que Jake sea nombre de hembra ─Brendon sonrió negando y poniéndose de pie junto al más alto
─Huhm.. ¿Que tal Penny? ─Preguntó observando a los cachorros. Su madre amaba esa canción
─¿Como la canción de The Beatles? ─Brendon Volteó instantáneamente hacia el ojiazul y sonrió sin poder evitarlo.
En serio, ¿Donde había estado Dallon toda su vida?
─Creo que te amo ─Soltó sin previo aviso. Dejando al dueño de casa con la boca abierta sin creer en lo que dijo su amado.
