Al caer la noche, Brendon estaba decidido a partir hacia algún hotel para dormir y luego buscar un trabajo de día, pero obviamente Dallon se negó rotundamente dándole mil razones para quedarse con él esa noche, desde que podrían robarle, hasta que tal vez no conseguiría un cuarto.
Y luego de insistir, el pelinegro se rindió y aceptó la invitación del ojiazul aunque le dijo que dormiría en el sofá.
─¿Quieres cenar Pizza? No tengo ganas de cocinar y la comida China no es la mejor teniendo 20 perros ─Preguntó el mayor mirando de perfil al pelinegro que estaba muy concentrado en la televisión mirando un capítulo de Los Simpsons. Estaba entretenido con Jake entre sus brazos que besaba su mentón. El ojiazul sentía envidia.
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─Sí, como quieras. Muero de hambre ─Respondió sin despegar la vista del televisor. Aunque luego volteó apenado ─Lo siento, soné muy descortés. Cenaré lo que tu quieras.
Dallon estaba resistiendo con todas sus fuerzas el lanzarse a los brazos de Brendon y besarlo hasta quedarse sin aire. ¿Por qué tenía que ser tan tierno?
─Descuida, está bien. Solo me aseguraba que te gustaba la Pizza. Hay gente que no come esa delicia
─Esas personas deberían morir ─Dijo en tono serio al voltear de nuevo hacia el programa. Dallon rió enternecido
─Concuerdo eternamente, Bebbu.
Se levantó del sofá y caminó hacia el teléfono fijo donde marcó el número de la Pizzeria y ordenó.
Brendon tenía sus mejillas coloradas por el reciente sobrenombre que le había dado el mayor sin darse cuenta. Y se negaba a voltear para verlo, porque si se daba cuenta de su rostro no le gustaría que pensara cualquier cosa de él, menos Dallon, parecía un gran sujeto y era su única esperanza de tener un amigo finalmente.
....
Horas más tarde la pizza se había acabado y la mitad del helado que el ojiazul había ordenado con los gustos de cada uno. Dallon se había negado a que el pelinegro pagara la cuenta ya que era su invitado y no lo dejaría pagar aquello. En la tele pasaban una película de Adam Sandler que los hacia a ambos reír a carcajadas y luego mirarse avergonzados por eso.
Sin poder evitarlo Brendon analizó el rostro del más alto. Era muy atractivo, sus ojos eran los más hermosos que había visto y sus finos labios lo hacían muy deseable. Desde un principio Brendon sabía que sus preferencias no eran comunes ya que la primer persona de la cual se enamoró no era una chica linda ni tierna, más bien era un hombre y de los peores.
A demás de que podía sentir su corazón golpetear cada vez que un chico le preguntaba su nombre, que a diferencia de cuando las chicas le coqueteaban, eso no pasaba. Y ver a Dallon sonreír mirando la pantalla y luego voltear a verlo hacia a sus nervios ponerse en punta y a su corazón acelerarse de una manera que no parecía normal. Era demasiado atractivo como para fijarse en alguien tan patético como él.
O eso pensaba hasta que sus labios se unieron al estar desprevenido.
