Sentimientos alterados

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Notas de autor:

Antes de que continúen leyendo este capítulo, les recomiendo hacerlo escuchando esta canción, yo lo hice cuando lo estaba editando y créanme fue mágico como si la canción encajara con la escena que vendrá a continuación...ahora si sigan leyendo *se va porque le empiezan a tirar tomates.



Maratón 2/3


— ¿Yo? — Soltó una carcajada — ¿Gustarte? Por favor— dijo irónico —A ti te gustan los engreídos esos, con dinero, popularidad y autos deportivos— describió con exactitud a Woohyun.

—Tú me criticas mucho sin siquiera conocerme

—No necesito conocerte más para saber cómo eres— contestó seguro

—Ya te lo dije Minho— mientras me acercaba lentamente a sus labios —Voy a hacer que te tragues cada una de tus palabras— susurré sobre sus labios, los cuales entreabrió esperando a que lo besara. Pero al contrario, lo solté y de un brinco baje el escalón sacándole la vuelta, caminé hacia la puerta. En segundos Sulli y Jisung bajaban las escaleras.

—Minho— dijo el pequeño — ¿Puedo ir a casa de Mark?— perfecto tendríamos la casa para nosotros solos.

—Está bien, pero pasaré por ti a la misma hora que por Sulli— le dijo y Jisung sonrió.

—Lindas botas Kibum— dijo Jisung riendo

—Lo ves...— alargué dirigiéndome a Minho —Tú eres el único que no las aprecia. — le reclamé

—Si claro— dijo sarcástico —Bien sabes que te estás muriendo por ponerte tus zapatos y tirar esas a la basura. — tenía razón.


Después de detenernos en una tienda de juguetes, para comprar un regalo, dejamos a Sulli en la fiesta de cumpleaños y a Jisung en casa de su amigo. La fiesta terminaba a las ocho de la noche, así que tendríamos casi tres horas y media solos.


— ¿Cuánto fue de lo de Sulli?— preguntó sacando su billetera de la bolsa trasera de su pantalón.

—No fue nada— dejé mi bolsa en uno de los sillones de la sala —Fue un regalo que yo le hice a Sulli— era verdad, además yo creo que Minho se infartaría con la cuenta, cualquier persona lo haría. Bueno excepto mi madre que tiene cosas más importantes que hacer que revisar en que uso mi tarjeta.

—Claro que no— dijo serio —Te lo pagaré ¿Cuánto fue?— preguntó nuevamente

—Ya te lo dije.

—Si estas tratando de quedar bien, no lo vas a lograr comprando a mi hermana— me señaló con su dedo índice.

—Es de mala educación señalar a las personas— bajé su mano —Y no— reí —No estoy tratando de quedar bien, y mucho menos tratando de comprar a tu hermana. — No mentía —Además ¿por qué me interesaría quedar bien contigo? ¿Quién te crees?— levanté mi ceja izquierda.

— ¿Lo ves?— habló y dio un paso hacia mí —Primero me besas, te beso, te "ofendes"— seguía acercándose a mí y por ende comencé a retroceder —Dices que solo tú puedes jugar conmigo, luego te gusto y ahora no soy nadie importante— su mirada era tan intimidante, -Estúpida pared, como te atreves a evitarme el paso- ya no podía retroceder más —Ves porque te considero un tonto, egocéntrico, que sólo piensa en lo que le quiere y le conviene, que...— no lo dejé seguir con mis 'defectos' y como otras veces lo tomé del cuello atrayéndolo hacia a mí, sólo que ahora yo marcaba el ritmo evitando que notara mi inseguridad ya que no estaba muy confiado de que me siguiera. Pero al parecer me equivoqué.


Apegó su cuerpo al mío, tanto que ni la más mínima corriente de aire era capaz de pasar entre nosotros, sus manos se posaron en mi cintura sosteniéndome con firmeza.

Su lengua se introdujo de abrupto en mi cavidad, el roce de su carnoso miembro con el mío era algo delirante. El abastecimiento de oxígeno en mis pulmones comenzaba a disminuir. Me separé de sus labios tratando de recuperar la mayor cantidad de aire posible .Eché mi cabeza hacia atrás dándole el acceso total a mi cuello, el cual con desenfreno comenzó a besar volviéndome totalmente loco.

Regresó a mis labios, rosaba, mordía, succionaba, hacía con ellos lo que le placía, y por mí, no había problema alguno. Una de sus manos que masajeaban mi cintura mortalmente comenzó a bajar hacia mi cadera hasta llegar a mi pierna, alzándola así hasta la altura de su cadera, en automático entendí y me sujeté de su cuello, sin nunca separar nuestros labios .Minho me levantó como si pesara menos que una pluma, rápidamente formé una llave con mis piernas alrededor de su cintura para evitar ser atraído hacia el piso.

Seguía besándome de esa manera tan intensa y única. ¿Pero cómo podía causar tanto en mí con un simple beso? Eran increíbles las sensaciones que me hacía experimentar.

Una de mis manos se mantenía en su nuca, atrayéndolo hacia mí dándole mayor profundidad al pasional beso, además me aseguraba de que no se alejara de mis labios, aunque dudo que este pensamiento le pasara por la mente.

Su lengua recorría cada centímetro cuadrado de mi boca, robándose por completo mi abastecimiento de oxígeno, no podía más, era seguir con ese beso pero prácticamente morir. Mi otra mano se encontraba en su mejilla, subí esta haciendo hacia atrás su perfecto cabello, luego corrí mi rostro unos centímetros solo para poder respirar, pero él no se detenía. ¿Qué acaso pretendía matarme?

Comenzó a bajar con sus besos por mi mejilla hasta llegar a mi cuello. Por instinto eché mi cabeza hacia atrás, dándole el acceso total a esa zona tan sensible de mi anatomía.

Rosaba, mordía, besaba, simplemente hacía lo que le placía conmigo. Así que era ahora o nunca, más bien era ahora o más delante no podré detenerme.

Lo tomé de la barbilla y lo guié nuevamente hacia mis labios besándolo nuevamente, como si no hubiera mañana. –Dios, este hombre no puede ser más provocativo- afirmé en mi interior, al mismo tiempo que -en contra de mi voluntad- lo separé de mis labios uniendo nuestras frentes. Abrí lentamente los ojos, ya que aún estaba tratando de controlar mi sistema nervioso. Sus labios estaban el doble de gruesos y de un rojo cereza. Me había equivocado. Si podía ser más provocativo. Sus ojos color avellana me miraban fijamente, mas no fríamente como de costumbre, tal vez me arrepentiría de esto.


—...Y te volví a besar— susurré sobre sus labios con un tono de voz victorioso, antes de deshacer la llave que había formado con mis piernas alrededor de él.


Me bajo esquivando su mirada, la verdad yo esperaba un '¡Lo ves! ¡Ves cómo eres!' pero nada. Su cara de estupefacción era indescriptible, no sé si era enojo, decepción, fastidio. O tal vez una mezcla de todas. Acomodé mi camisa y mi cabello antes de sacarle la vuelta. — ¿Empezamos con la guía?— pregunté como si absolutamente nada hubiera pasado. Me di la media vuelta para poder verlo, pero él seguía de frente a la pared, y me ponía algo nervioso. Tal vez había alterado 'algo' más que su respiración.



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Disfruten el siguiente capitulo ❤ ❤ ❤

Del odio al amor [MINKEY || FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora