El final de la apuesta

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Narra Minho

Un cálido rayo de sol fue el culpable de que despertara temprano. Froté mis ojos para evitar quedar cegado momentáneamente al abrirlos. Traté de girarme para que la luz no me diera en la cara y poder seguir durmiendo, pero me fue imposible. Kibum estaba atado a mi cuerpo. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar la maravillosa noche que habíamos pasado.

Pasé mi mano sobre la sabana por su cintura abrazándolo y este se acurrucó aún más en mi pecho. Acomodé un par de mechones que no me permitían ver su rostro. Di un beso sobre su frente y uno más suave sobre sus labios teniendo cuidado de no despertarlo, pero al parecer fue inútil ya que lentamente abrió los ojos. Una enorme sonrisa se pintó en su rostro al verme.

—Buenos días— dijo ocultando su rostro en mi cuello.

—Buenos días— respondí y di un beso sobre su cabello.

— ¿Qué hora es? — preguntó con voz ronca.

—Las nueve— dije después de confirmarlo con el reloj que estaba en el buró. — ¿Por qué despertaste tan temprano? — rió frotando sus ojos.

—Ese rayo de sol me despertó y no cerré la cortina porque no quería despertarte y de todos modos no funcionó— ahora yo me acurruqué entre sus brazos.

—Yo la cerraré— dijo sentándose en la cama —Pero cierra los ojos— me señaló

— ¿Por qué? — pregunté extrañado

— Ciérralos— ordeno nuevamente mientras se cubría con la sabana y entendí porque quería que me cubriera los ojos.

—Precioso es estúpido que...

—No Minho— rió y finalmente obedecí y me cubrí hasta la cabeza con la delgada sabana, solo podía ver su silueta. La habitación volvió a oscurecerse.

— ¿Ya me puedo destapar?— pregunté

—Ya— contestó y bajé la sabana. Ahora su cuerpo desnudo era cubierto por una camisa a rayas celestes mía.

— ¿Me la prestas? — preguntó con una voz de niño pequeño.

—No, quítatela— mordí mi labio inferior

—Entonces iré por ropa— dijo caminando hacia la puerta

—Hey, Hey— le llamé y se detuvo —Vuelve— le dije señalando con la cabeza el lugar vacío de la cama. Sus ojos se iluminaron y regreso corriendo a la cama.

—Solo un rato más, tenemos que arreglarnos para esta noche y tienes que ir por tu traje— repitió nuestro itinerario.

—Y si mejor no vamos y nos quedamos aquí— dije envolviéndolo en mis brazos

—Minho...— alargó, para él era importante asistir.

—Está bien, Está bien.

— ¿Minho? ¡Minho! ¡Despierta! ¡Minho despierta! — abrí de golpe los ojos ante los llamados de Kibum

— ¿Qué? ¿Qué paso?- pregunté desorientado y alarmado.

—Pasa que son las cinco de la tarde y seguimos... ¡Así! — mierda, ¿las cinco? ¿Cómo habíamos podido dormir tanto? —Me daré una ducha, para después ir por mi atuendo a... A casa de mi madre— su tono de voz cambio por completo. Dio un apasionado beso sobre mis labios antes de salir corriendo hasta el baño. Pasé mis brazos por detrás de mi cabeza y mi mirada estaba perdida en el techo. Sin duda alguna estaba enamorado de él.

Del odio al amor [MINKEY || FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora