Del odio al amor [MINKEY || FINALIZADA]

|Maratón Especial 1/4| La apuesta sigue en pie

Hoy tardé más tiempo eligiendo que ponerme, pues me vería con Minho. Bajé las escaleras corriendo al escuchar el claxon del auto de Minho.

— ¿A dónde vas?— preguntó mi madre desde la sala, quien leía unos papeles.

—Minho me invitó a cenar— dije con una enorme sonrisa

— ¿Y cuándo me pediste permiso?— lo hacía intencionalmente ¿cierto? Podía faltar dos días a casa y no se daba cuenta. Pero no podía ir a cenar y regresar si no le había pedido permiso.

—Te lo dije el martes— mentí, de todos modos no recordaría.

—Está bien— dijo sin despegar la mirada de las hojas. Rodé los ojos y caminé hacia la puerta.

—Wow— Minho levantó ambas cejas al verme —Creo que tendremos que ir a un lugar más elegante de lo que había pensado— ambos reímos.

—Si quieres me cambio— dije señalando hacia atrás

—No, no— negó con la cabeza. — ¿Vamos? — Caminamos hacia su auto, él hacia el lado del piloto y yo al del copiloto. Abrió la puerta y subió, al contrario, yo puse mis brazos en mi cintura y lo miraba a través del vidrio frontal. Me miró y rió negando con la cabeza.

— ¿Es de verdad?— preguntó con la sonrisa en sus labios.

—Pues en mis tiempos las cosas se hacían así— dije como si fuera una mujer de noventa años.

— ¿En tus tiempos?— preguntó saliendo del auto

—Solo hazlo y no preguntes— mordí mi labio inferior reteniendo mi risa.

—Como ordene 'princesa'— rodeó el auto y abrió la puerta.

—Hay— dije enternecido —Me dijiste princesa— lo miré con ternura.

—Fue sarcásticamente— puso los ojos en blanco.

—Yo sabía que había un Minho dulce detrás de esto— hice un ademán señalando su ropa

—SAR-CAS-MO— separó en silabas —Lo conoces de sobra.— Quería reír a carcajadas, era divertido molestarlo así.

— ¿Y a donde tenías planeado que fuéramos?— le pregunté y subió los hombros en señal de 'No lo sé' — ¿Mc Donalds? — una vez más rió y volteó a verme por un par de segundos y luego regresó la mirada al camino. Condujo al menos cinco minutos.

—Es broma ¿verdad?— esta vez sí solté una carcajada.

—Tú querías venir aquí ¿no?— sonrió divertido mientras aparcaba el auto en el estacionamiento del mencionado restaurant.

—Minho era sarcas...— bufé y bajé del auto, se estaba vengando por lo de 'princesa'

— ¿No te gusta?— preguntó cerrando la puerta del auto y caminó hacia mí

—Si lo hubiera sabido antes, no me hubiera partido tanto la cabeza tratando de encontrar un lindo atuendo.

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—Yo quiero el número uno y una malteada de... — dije pensativo tratando de decidir que sabor. —Fresa— dije seguro y el chico tocó la pantalla — ¡No! mejor chocolate— reí —Disculpa— le dije apenado ya que ya lo había marcado.

—No te preocupes, tómate tu tiempo— dijo el rubio con una galante sonrisa. Sentí como la mano de Minho pasaba por mi espalda, para llegar a mi cintura y lentamente me apegó a él. ¡Bienvenidos celos!