«Durante siglos los humanos han tenido un pacto con los vampiros, dicho pacto dice que ningún humano o vampiro podrá tener una relación amorosa con alguien de la especie contaría. La ruptura de dicho pacto traerá la muerte a los desertores»
Todo com...
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Rubén Suspiro y miro la ventana, la vista era hermosa y el clima era muy frío. Por alguna razón le parecía totalmente perfecto «Tal vez porque te recuerda a Miguel»
Bufo, ignorando a su estúpida conciencia y abrió la ventana, se sentó en el borde y suspiro el aroma a tierra húmeda, sin duda era hermoso
—No pienses en tirarte, bebé —Rubén dio un ligero brinco, sintiendo los brazos de Mangel en su cintura— —Estúpido, casi me da un infarto
Dijo Rubén algo molesto y Mangel río, se acerco lentamente a Rubén. Sus respiraciones se mezclaron, Rubén en un intento desesperado de sentir los labios de Mangel, lo tomo del cuello, juntando sus labios. Mangel sonrió a la mitad del beso, Rubén cada segundo caía mas por Mangel, justo como un tonto lo haría
«Tan estúpidamente ingenuo» Se mofo Mangel y tomo de manera delicada la cintura de Rubén
—Vamos bebé, entra, podrías enfermarte y no seria lindo —Murmuró Mangel, haciendo unamueca preocupada, le parecía simple engañarlo— —Esta bien
Murmuro y entro a la habitación, sintiendo una calidez muy reconfortante abrazarlo, se sentía como cuando tu madre te apretaba entre sus brazos. Un nudo se formo en su garganta «¿Cuando fue la última vez que sentí esto? » pensó y camino lentamente hacia su cama
Mangel al escuchar tal pensamiento, se acercó curioso y se acostó a un lado de Rubén
—¿Sucede algo? —Rubén negó y cerro los ojos— ¿Por qué el suspiro triste entonces? —Solo recordé algo muy especial, no pasa nada, estoy bien —Mangel suspiro y abrazo la cintura de Rubén con cariño— La extraño. Extrañó a mi madre
Soltó en un murmuro roto, haciendo que algo dentro de Mangel se revolviera «¿Que demonios me sucede?» pensó y miro como las lágrimas bajaban de las mejillas de Rubén «No puedo mas con todo esto» Pensó Rubén y sollozo aún mas fuerte
Sintió protección y consuelo en aquellos brazos, que rodeaban sus caderas con un agarre fuerte, sin llegar a dañar. Rubén encontró la protección, calidez y consuelo necesario en los brazos de un demonio
